Reseña bibliográfica de: Califa, J. S. y Millán, M. (2023). Resistencia, rebelión y contrarrevolución. El movimiento estudiantil de la UBA, 1966-1976. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Edhasa, 256 pp.

Palabras clave:Movimiento estudiantil; Universidad; Política; Protesta; Conflictividad

Keywords:Student movement; University; Policy; Protest; Conflictivity

En esta obra, los sociólogos Juan Sebastián Califa y Mariano Millán presentan los resultados de su investigación sobre la experiencia del movimiento estudiantil de la Universidad de Buenos Aires (UBA) entre los golpes de Estado de 1966 y 1976. El libro consta de cinco capítulos organizados en sentido cronológico, un anexo estadístico y un apartado sobre la metodología específica de esta pesquisa. A lo largo de las distintas secciones, se abordan las transformaciones políticas en la UBA entre las dictaduras de la “Revolución Argentina” y el “Proceso de Reorganización Nacional”, incluyendo la tercera presidencia de Juan Domingo Perón.

Los autores buscan comprender los cambios y continuidades que durante ese período atravesó el movimiento estudiantil a partir del examen de sus relaciones con las autoridades universitarias y nacionales y con otros actores políticos y sociales como los partidos políticos, organizaciones profesionales y sindicales, entre otros. En ese recorrido, tratan de dilucidar las tradiciones ideológicas intervinientes en los conflictos y las discusiones sobre el funcionamiento y la orientación universitaria.

Un aporte fundamental de esta obra es la consideración del protagonista estudiantil como una categoría social específica irreductible a otros conjuntos sociales como las clases medias o los intelectuales, aunque relacionada con esos y otros grupos. El propósito es conocer el impacto social del movimiento estudiantil de la UBA en un período signado por la conflictividad política, en el cual fue un actor fundamental del devenir histórico. Este objeto es construido a partir de una intención clara de vincular el pasado con el presente y el futuro, ya que, según sus propias palabras: “El pasado es una luz poderosa que cuando no encandila el presente ilumina el futuro” (p. 206).

En los años examinados, la UBA albergó un cuarto de la matrícula universitaria argentina, por lo que su caso resulta relevante para analizar la experiencia estudiantil. La escala, que podría considerarse porteñocéntrica, se equilibra con un esfuerzo comparativo para cotejar ciertas tendencias en la UBA con procesos sincrónicos en otras universidades nacionales, reconociendo que la experiencia porteña no es sinónimo de historia nacional.

En ese gran mosaico de agrupamientos que constituyó el conjunto de organizaciones políticas universitarias, los autores se posicionan historiográficamente para discutir dos hipótesis. La primera que se refuta en la obra es la relación que supuestamente existió entre peronización y radicalización del movimiento estudiantil, y la segunda es la atribuida superioridad de la nueva izquierda sobre la tradicional. Respecto de lo primero, Califa y Millán contraponen un gran conjunto de evidencia recogida al sentido común instalado en la memoria colectiva del período que supuso que el movimiento estudiantil se peronizó entre 1966 y 1976 y que, en consecuencia, aumentó su radicalización. De allí que el aporte de esta obra sea un minucioso análisis de la composición del movimiento estudiantil, a modo de reconocer los espacios que ocuparon las agrupaciones peronistas en él y la incidencia que tuvieron esos núcleos en la activación y la radicalidad del colectivo universitario en los distintos subperíodos que se identifican. Pero, sobre todo, esa empiria se interpreta a partir de otro clivaje que consiste en la polarización política entre izquierda y derecha en el marco del conflicto social, de manera que las preguntas cambian en torno a la radicalización. Respecto de la hipótesis secundaria de esta obra, con relación al campo de las izquierdas universitarias, los autores discuten la idea difundida de que la nueva izquierda creció mucho más que la tradicional en este período. A partir de los datos que reúnen, Millán y Califa demuestran que las raíces reformistas en la Universidad dieron mayor protagonismo a las agrupaciones de izquierda comunistas y/o marxistas por sobre las de la nueva izquierda.

Las explicaciones que elaboran los autores parten de un análisis multicausal que reúne datos sobre qué organizaciones estudiantiles existían, sus alianzas y fragmentaciones; las modalidades de las protestas; la participación en elecciones de centros de estudiantes; y las discusiones sobre ingresos, concursos docentes, legislación específica y presupuesto. Todo ello estaba atravesado por una disputa estructural: los límites de la autonomía universitaria, un debate que inició hace más de cien años y que todavía no pierde vigencia.

En ese clivaje izquierda-derecha, la dinámica política se transformó de acuerdo con coyunturas políticas que dialogan con conflictos específicos: el Cordobazo y el Navarrazo, la vuelta de Perón, el Rodrigazo y la “misión Ivanissevich”, entre otros, son hitos que impactaron en el escenario universitario y que, al mismo tiempo, fueron condicionados por los enfrentamientos en la UBA. Así como se analizan los conflictos de la universidad con el mundo extrauniversitario, en la obra también se reconstruye la configuración interna de la UBA, la composición por facultades y sus diferentes tradiciones, posiciones políticas, conflictos específicos por área disciplinar, etc. A partir de ese análisis reticular en tiempo y espacio, los autores abordan las diferentes posiciones de las agrupaciones políticas estudiantiles: desde el reformismo y el radicalismo hasta el peronismo; desde la izquierda tradicional y nueva izquierda hasta las organizaciones católicas y de derecha.

En el devenir histórico que construyen los autores, la historia de la UBA entre 1966 y 1976 posee un curso cuya gravitación está signada por el aumento de la represión. En este, la bisagra está puesta en 1974, en lo que ellos denominan el “terrorismo de Estado peronista”. Este abordaje acentúa las líneas de continuidad entre 1974 y 1976 y entre el terrorismo de Estado y la dictadura militar, cuyas diferencias están en la cantidad y sistematicidad más que en la modalidad de represión. Asimismo, el estudio de los discursos políticos de ese subperíodo les permite hallar precedentes de la “teoría de los dos demonios” que, se conoce, circuló durante la dictadura y los años posteriores como un discurso de verdad que explicó los crímenes de la dictadura como una respuesta a los supuestos crímenes de los grupos revolucionarios.

La obra es sólida teórica y metodológicamente. Califa y Millán reúnen un exhaustivo conjunto de fuentes para esta investigación, en el que predominan los periódicos de distribución masiva y una base de datos construida anteriormente por el Dr. Pablo Bonavena, quien junto al Dr. Pablo Buchbinder fueron los impulsores de esta indagación. Los autores del libro también consultaron una importante cantidad de prensa partidaria y publicaciones de las agrupaciones estudiantiles estudiadas, como también publicaciones propias de la UBA. Los documentos escritos se contrastan con casi treinta entrevistas en profundidad, realizadas a protagonistas de aquellos años. Una parte importante de esta información es sistematizada en alrededor de 30 tablas y gráficos que ilustran los virajes del movimiento estudiantil en el período examinado.

El énfasis puesto en el análisis de las variables del conflicto estudiantil como un conflicto social en el que los enfrentamientos ocupan un lugar central ‒pero que a su vez son interpretados a la luz de los discursos políticos‒ transmite con mucha lucidez el contenido de la experiencia del movimiento estudiantil de la UBA entre 1966 y 1976.

María Laura Ortiz

Universidad Nacional de Córdoba

laura.ortiz@unc.edu.ar