Reseña bibliográfica: Ferreyra, S. (2018). El peronismo denunciado. Antiperonismo, corrupción, y comisiones de investigación durante el golpe de 1955 . Buenos Aires: Eudem y GEU. 118 pp.

Palabras clave : Peronismo – Comisiones de Investigación – “Revolución Libertadora” – Corrupción.

Keywords : Peronism – Investigation Commissions – “Revolución Libertadora” – Corruption

El libro de Silvana Ferreyra, El peronismo denunciado, es el segundo volumen de la colección La Argentina Peronista, editada por el Grupo Editor Universitario y Eudem, la Editorial de la Universidad de Mar del Plata. La autora, doctora en historia, investigadora asistente del Conicet y especialista en el campo de estudios sobre el antiperonismo, se adentra en la comprensión del proceso de “desperonización” que se pretendió llevar a cabo durante el gobierno de facto autodenominado como Revolución Libertadora, a partir del análisis de unas de las facetas menos abordadas que la caracterizaron: las comisiones investigadoras que funcionaron entre el 7 de octubre de 1955 y el 31 de marzo de 1956. El subtítulo de la obra, Antiperonismo, corrupción y comisiones investigadoras, tal como señala la historiadora en la introducción, refieren a las temáticas que se entrecruzan en los cuatro capítulos que componen la obra.

En la introducción, la autora nos adelanta cual será el carácter del libro: conjugar la divulgación histórica con la investigación académica. A lo largo de las páginas, Ferreyra se adentrará de manera sucinta, pero sin perder la complejidad y los problemas históricos, en el estudio de las comisiones investigadoras creadas por la autodenominada Revolución Libertadora, de los sentidos de la “corrupción” en el contexto del posperonismo y en el dialogo que a partir de estos ejes se puede establecerse entre el pasado y el presente de la Argentina.

El capítulo inicial del libro, “Antiperonismos”, es una mirada al campo de estudios sobre el tema, en el cual la autora presenta las obras académicas clásicas y recientes dentro de este campo, que si bien más acotado que el que estudia al peronismo clásico ha ido nutriéndose de nuevas perspectivas y corpus documentales. Los ejes temáticos que guían este primer capítulo abordan la dicotomía peronismo/antiperonismo, dos campos políticos en constante transformación y puntos de contacto, que conformó identidades dinámicas que se fueron construyendo como dos caras de la misma moneda. Los textos de Nicolás Azzolini, Omar Acha y Nicolás Quiroga y Marcela Rogé, son algunas de las muestras más significativas que la autora enumera para dar cuenta de la complejidad del campo y las líneas de investigación más recientes acerca de la forma en que funcionaron ambas identidades y de las formas en que fueron construidas y reconstruidas en la práctica política concreta.

En un segundo apartado, Ferreyra profundiza la caracterización del antiperonismo añadiéndole la diversidad de manifestaciones que este adoptó antes y después del 1955. De esta forma, en el apartado titulado “ Antiperonismos y el antiperonismo antes y después de 1952”, se detiene en las diferentes corrientes políticas e ideológicas que el antiperonismo adoptó por aquellos años. El texto de Marcela García Sebastiani, uno de los más representativos dentro del campo de estudios del antiperonismo, le ofrece una nomenclatura ya clásica en el campo del antiperonismo, el de antiperonistas radicalizados, optimistas y tolerantes.

En el último apartado de este primer capítulo, destinado a hacer un repaso historiográfico, Ferreyra se centra ya en la Revolución Libertadora. Allí, además de hacer un breve relato fáctico de los hechos, se detiene en los pormenores del surgimiento de la Comisión Nacional de Investigaciones (CNI), uno de los principales órganos que se encargó de llevar adelante el proceso de investigación y condena de la multiplicidad de denuncias de corrupción que pesaban sobre el gobierno de Juan Domingo Perón.

El segundo capítulo trata sobre el funcionamiento y la labor de la Comisión Nacional de Investigaciones. Para desentrañar la especificidad de este organismo, creado a partir del decreto 479/55 proclamado por el gobierno de Lonardi, la autora propone una serie de interrogantes que funcionan como ejes de acercamiento a diferentes aristas relacionadas con su papel en el proceso llevado adelante por “la libertadora”. De esta forma, a partir de las preguntas, ¿qué fueron las comisiones investigadoras?, ¿cuántas fueron?, ¿quiénes las integraban?, ¿cómo funcionaban? y ¿qué dejaron las comisiones?, Ferreyra intenta arrojar algo de claridad sobre estas instituciones que han sido poco abordadas por la historiografía. Es relevante destacar el interés de la autora por dotar de sentido y especificidad propia la actuación de estas comisiones en relación con otros intentos a lo largo de la historia argentina de creación de comisiones investigadoras, principalmente en el carácter que adquirieron al ser producto de un gobierno de facto que les otorgó atribuciones extraordinarias para realizar sus tareas de investigación y producción de material con el objeto de juzgar la actuación de funcionarios e instituciones de los dos gobiernos peronistas. En segundo lugar, remarca el carácter de tensión entre la justicia legal, por juzgar las irregularidades y crímenes cometidos, y la justicia política en razón del proyecto de “desperonización” que caracterizó el gobierno de Eduardo Lonardi y el de su sucesor, Eugenio Aramburu. Entre esta dicotomía y el funcionamiento, a veces complejo y no carente de diputas internas tanto administrativas como políticas, este segundo capítulo ofrece un panorama amplio sobre las comisiones de investigación.

En el tercer capítulo, “Peronistas corruptos”, la autora se propone, más que intentar una comprobación sobre la existencia de hechos de corrupción durante el peronismo, aportar herramientas para poder pensar una genealogía sobre la imaginación social en torno a la corrupción en la Argentina. Así, el capítulo comienza advirtiendo que se prescindirá de enfoques esencialistas sobre la corrupción, centrándose en un enfoque contextual, es decir un análisis de la corrupción en relación con los sentidos que esta tenía en un contexto específico para evitar valoraciones moralistas o desde el presente. A razón de esto, Ferreyra ofrece una breve reconstrucción de los sentidos del término “corrupción” a lo largo de la historia, aportando además un conciso recorrido genealógico de la corrupción en la Argentina desde Juárez Celman hasta el gobierno actual de Mauricio Macri. Centrándose en su objeto de estudio, la historiadora recupera el sentido que tenía en 1955 el término “corrupción” aplicado a la política y la actividad pública y privada, para mostrar cómo, a partir del papel de las comisiones de investigación, se fue elaborando un sentido de amplio alcance dentro del antiperonismo sobre la corrupción y el peronismo. Siguiendo este camino, la autora ilumina las figuraciones construidas por los miembros de la comisión y el gobierno de facto sobre la corrupción en tiempos del peronismo. Las categorías de dilapidación, irregularidades y negociados son los ejes temáticos que ordenan el capítulo basados en los tipos de acusaciones vertidas sobre el accionar de instituciones y actores durante el gobierno de Juan Perón.

El capítulo final, “Denuncias al ras del suelo”, ofrece una visión interesante y novedosa del estudio y análisis de la corrupción durante el peronismo. Distintos episodios cotidianos de corrupción son vistos a la luz del papel de la ciudadanía “de a pie” y de quienes ocupaban los cargos estatales de baja jerarquía durante el peronismo y el periodo inmediatamente posterior. En este último peldaño que conforma la obra, la autora se detiene a explorar dentro de los diversos casos en que la “gente de a pie” denunció y acusó actuaciones inmorales, reprochables y hasta criminales durante el peronismo. El testimonio de diversos actores cuyo relato formó parte de las comisiones, permite conocer las voces de maestros, funcionarios municipales, miembros de comisiones de fomento y clubes de barrio o empleados administrativos de diversos organismos estatales a lo largo y ancho del país. En otras palabras, ilumina las acusaciones de sujetos que, en diferentes reparticiones estatales y privadas, denunciaron a aquellos, partidarios o no del gobierno depuesto, que consideraban que ocuparon lugares indebidos, que actuaron inmoralmente amparados por un Estado también inmoral, o que utilizaron el erario público con fines privados, banales, de adicción y pleitesía para con los mandatarios de turno. Ferreyra consigna un amplio repertorio de acusaciones realizadas por la “gente del común” contra funcionarios estatales de bajo rango u otros miembros de la comunidad vinculados a la gestión peronista. De esta forma, la autora deja claro que amparándose en el clima de denuncia y de descredito sobre las prácticas del gobierno peronista y sobre funcionarios que provenían del periodo previo, se mezclaban acusaciones cargadas con cierto revanchismo de clase, acusaciones de corrupción genuinas y hasta la búsqueda de un ajuste de cuentas personal con algún miembro de la burocracia estatal media y baja.

El libro de Silvana Ferreyra, además de revestir un estilo ameno de escritura no pierde profundidad de análisis, funciona como un perfecto eslabón entre el libro de divulgación histórica y el libro de investigación científica. Junto a sus cualidades estilísticas, uno de los elementos más destacables entre sus páginas es el de servir como una primera aproximación a un tema que goza de la potencialidad de abrir un conjunto variado de líneas nuevas de investigación sobre el papel y el accionar de las comisiones y subcomisiones de investigación creadas a partir del decreto 479/55 a lo largo de todo el territorio nacional. Es cierto que el núcleo del análisis es la CNI, pero al mismo tiempo el libro posee el mérito de abrir perspectivas novedosas relacionadas al estudio de las representaciones sobre la corrupción en el imaginario social en la Argentina y de la gente “común” en relación al proceso de denuncia del peronismo y de “desperonización” emprendidos por los gobiernos de la autodenominada “Revolución Libertadora”. Por todo esto, el libro de Ferreyra es un aporte insoslayable sobre un proceso del que poco sabíamos, a pesar de la importancia que revistió para nuestra historia reciente.

Rodrigo Arvas

Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina.

rodriarvas@hotmail.com

Cuadro de texto: Para citar esta reseña: 
Arvas, Rodrigo (2019). “Reseña bibliográfica: Ferreyra, S. (2018). El peronismo denunciado. Antiperonismo, corrupción, y comisiones de investigación durante el golpe de 1955. Buenos Aires: Eudem y GEU. 118 pp.”. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, 16, pp. 180-183.