Resumen de Tesis:

“Militancia estudiantil universitaria. Dinámicas y tensiones en torno al fenómeno alfonsinista durante la reconstrucción democrática, 1982-1986” [1]

María Constanza Castro

(Universidad Nacional de Mar del Plata)

constanzacastro2593@gmail.com

En los últimos años, la producción académica sobre el movimiento estudiantil y las juventudes políticas han tenido un notable impulso. No obstante, la investigación realizada vislumbra que esos estudios –en su mayoría– se han concentrado en tres coyunturas específicas: la primera, durante el primer cuarto del siglo XX con el movimiento reformista; la segunda, en el proceso de radicalización política abierto con el Cordobazo y, por último, en la activación que caracterizó a la última década del siglo pasado producto de las embestidas neoliberales.

A raíz de esta observación, la tesis se propuso ampliar el conocimiento sobre la participación juvenil durante los años ochenta desde la perspectiva de la agrupación Franja Morada –brazo estudiantil de la Unión Cívica Radical (UCR)– en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP). Los estudios que han abordado este período enfatizaron el enorme crecimiento que adquirió esa agrupación durante la apertura democrática como correlato de las adhesiones que sumaba el partido encolumnado tras el liderazgo de Raúl Alfonsín. En esa línea, la propuesta de la tesis se orientó a analizar la actuación del sector juvenil universitario en dos niveles: por un lado, dentro de la dinámica partidaria local y, por otro lado, en el ámbito universitario. De esta manera, el partido fue concebido como un campo en disputa en el que estaba en juego el control de la organización. Sin embargo, su estudio no se restringió a los límites impuestos por la dinámica partidaria, sino que se amplió su esfera de actuación al observar a la universidad como un ámbito más de lucha política.

La periodización estuvo ajustada al problema de investigación. El estudio partió de la Guerra de Malvinas dado que provocó una intensa movilización –de la ciudadanía en general y de los jóvenes en particular– que fue en ascenso luego de la derrota bélica. El punto de llegada guarda relación con la dinámica de la política universitaria ya que culmina con los sucesos de la Asamblea Universitaria de abril de 1986, año en el cual todas las casas de estudios del país debían concluir con el proceso normalizador. No obstante la delimitación cronológica, las fronteras temporales fueron flexibles dado que se privilegió la construcción de los procesos históricos y, por lo tanto, fue constante la referencia a la década previa con el fin de comprender los cambios y las continuidades respecto de los procesos analizados.

El corpus de fuentes incluyó un amplio material de trabajo que abarcó la prensa periódica y partidaria –revistas y volantes–; documentos institucionales de la UNMdP, tales como resoluciones de rectorado y ordenanzas del consejo superior provisorio y entrevistas orales a autoridades, docentes y militantes de las distintas agrupaciones estudiantiles que actuaron en el periodo.[2] La información extraída de cada una de ellas fue sometida a un proceso de triangulación mediante el cual se contrastaron los datos obtenidos. Para el abordaje de la prensa se tuvo en cuenta que se trata de un actor político y formador de opinión cuyo objetivo radica en tratar de influir sobre el lector. En igual sentido se trabajó con la prensa partidaria, considerándose que no solo expone su mirada sobre determinados acontecimientos de la realidad, sino que trata de socializar esa lectura con el fin de generar cohesión interna en sus filas ( Rompato, 2015).

En base a esos recaudos, el plan de exposición de la investigación fue organizado en tres capítulos. El primero de ellos se ocupó de analizar la dinámica interna de la UCR en la ciudad de Mar del Plata entre fines de la última dictadura militar, la apertura democrática de 1983 y las elecciones internas de 1985. Particularmente, se focalizó en una de las vertientes mayoritarias que nutrieron el partido, el Movimiento de Renovación y Cambio (MRyC) cuyo máximo referente fue Raúl Alfonsín. Se muestra que las tensiones que protagonizaron las diferentes facciones que disputaron la titularidad del movimiento durante la apertura democrática derivó en una marcada autonomía de funcionamiento e impidió la integración de todas ellas en pos del control de la organización.[3] Es en ese escenario que irrumpió la agrupación Franja Morada en la universidad local. Su conformación estuvo asociada al “fenómeno alfonsinista” que incorporó a una nueva generación de jóvenes a la vida política constituyéndose como un sector autónomo que se sumó e involucró en los enfrentamientos partidarios en el plano local. Socializados en el ámbito universitario y encolumnados tras el liderazgo de Federico Storani, ostentaron su doble filiación en tanto militantes de la Franja Morada y de la Juventud Radical nucleada en la Junta Coordinadora Nacional (JCN). Paulatinamente fueron convirtiéndose en un factor decisivo dentro del MRyC local al ser protagonistas de los enfrentamientos entre “históricos” y coordinadores, al compás de los conflictos políticos que se suscitaban en el orden provincial entre los dos sectores que conformaron el alfonsinismo.

El segundo capítulo se ocupa de indagar los ámbitos de actuación de los jóvenes en la ciudad. El eje de análisis se concentra en dos espacios que dinamizaron la intervención política: el Movimiento de Juventudes Políticas (MOJUPO), cuyo foco estuvo dirigió a observar las coincidencias generales entre las distintas expresiones juveniles de los partidos políticos y; por otro lado, en el ámbito universitario, en la Federación Universitaria Marplatense (FUM) que canalizó las demandas por el ingreso irrestricto y la regularización de los concursos docentes, entre los aspectos más sobresalientes.[4] En este último espacio se examinan las principales agrupaciones que fueron protagonistas de la política estudiantil como también sus vínculos, evidenciándose el predominio de Franja Morada en la mayoría de los centros de estudiantes y, en consecuencia, en la FUM. En base a la actuación en los dos escenarios, el capítulo muestra que si bien las juventudes políticas se autorrepresentaron como disruptivas respecto de la generación anterior –caracterizada bajo el estigma de la violencia política–, sus demandas políticas y sus referentes simbólicos se expresaron en los mismos términos de la etapa que pretendían dejar atrás. Es decir que se introducen especificidades propias de la coyuntura política, valorizándose el sistema democrático y sus instituciones, pero existe cierta continuidad con las prácticas políticas preexistentes.

Finalmente, el último capítulo se concentró en el proceso de normalización de la UNMdP y en las políticas implementadas por el entonces rector, contador Víctor Iriarte. Para ello, se realizó un breve recorrido por la universidad heredada de los años setenta que se remontó al tercer gobierno peronista y a la última dictadura militar para dotar de mayor complejidad el análisis del periodo normalizador y los desafíos que el mismo supuso. En efecto, en base a los lineamientos generales de la reorganización de las casas de altos estudios impulsados por el gobierno alfonsinista, se indagó en la gestión política del equipo normalizador, en la conformación y el funcionamiento del Consejo Superior Provisorio (CSP) y en la constitución de los claustros de graduados y docentes. Con respecto a este último, se examinaron sus demandas de participación en los órganos de cogobierno, en la elaboración de la reglamentación en el CSP asociada a su incorporación y a la sustanciación de los concursos de antecedentes y oposición que, en el caso de la UNMdP, incluyó a los estudiantes con voz y voto. Este capítulo concluye con los resultados de la Asamblea Universitaria celebrada el día 30 de abril de 1986. Allí, la agrupación Franja Morada cumplió un rol determinante en la elección del primer gobierno universitario al promover a Javier Rojo, un candidato ajeno al partido que compitió con el rector normalizador que aspiraba a obtener un nuevo mandato y para ello contaba con el apoyo de la UCR local y provincial. Imbuidos en la concepción reformista de la universidad y protagonistas de las disputas dentro del movimiento alfonsinista entre “históricos” y coordinadores, los jóvenes radicales trasladaron esa lucha interna a la universidad al romper con la disciplina partidaria y los acuerdos de cúpula entre dirigentes.

En síntesis, la investigación muestra que el resultado de la Asamblea Universitaria se explica en el universo de ideas que sostuvieron los jóvenes radicales que pretendió finalizar con la lógica de acuerdos entre cúpulas. En un escenario en el que confrontaban distintos intereses, se transformaron en un axioma fundamental que terminó por definir las riendas del primer gobierno universitario de la UNMdP y la situación interna del movimiento de Alfonsín en el orden local. Al mismo tiempo, exhibieron su capital político en el ámbito universitario a partir del despliegue de una activa militancia que sostuvo la candidatura de Rojo. En términos generales, ese evento significó una importante experiencia política para la primera generación de militantes universitarios de la Juventud Radical de Franja Morada al presentarlos como un grupo perteneciente al radicalismo, pero con decisión política propia. Esta juventud, que no controlaba la dirigencia del partido ni la postulación de candidaturas, en buena medida porque a su generación aún le estaban vedadas esas instancias que retenían las redes construidas por los alfonsinistas, pero también en el orden local los integrantes del balbinismo, sí se mostraron muy eficientes a la hora de controlar la universidad. Ese era el terreno donde los coordinadores habían sentado sus bases aún en contra de la voluntad de su propio referente provincial. Franja Morada controlaba los centros de estudiantes de la UNMdP y presidia la FUM. De alguna manera, la universidad les pertenecía; en ocasiones, a contrapelo del propio partido.

A modo de cierre, consideramos que la importancia de este trabajo a escala local radica no solo en las especificidades del caso marplatense o en la historia de la agrupación Franja Morada en un escenario situado. También abre interrogantes y líneas de investigación a futuro. En efecto, creemos que los resultados de la investigación invitan a pensar en la proyección de la Juventud Radical a escala subnacional en la provincia de Bueno Aires a fin de advertir la gravitación que tuvo en ese escenario y ampliar el análisis de las tensiones que protagonizaron dentro del alfonsinismo los “históricos” y los coordinadores. No obstante, como evidencia la investigación, el análisis de la organización partidaria debe estar imbricado con el entorno partidario para dilucidar los mundos sociales de pertenencia (Sawicki, 2011; Vommaro, 2016) con el objetivo de dar cuenta de las formas de sociabilidad y las prácticas mediante las cuales los militantes se socializan y adquieren esquemas interpretativos, saberes prácticos y repertorios de acción (Gradinetti, 2017). De esta manera, se podrán advertir los recursos y/o capital político que son relevantes en la lucha interna, el grado de concentración y dispersión de los mismos y el margen de juego en la competencia intrapartidaria (Servetto y Moyano, 2009, p.12).

Referencias bibliográficas:

Grandinetti, J. (2017). ¿Cómo y para qué estudiar la militancia partidaria? Aportes para un estudio sociológico de las organizaciones juveniles en los partidos políticos. En XIII Congreso Nacional de Ciencia Política “La política en entredicho. Volatilidad global, desigualdades persistentes y gobernabilidad democrática” . Buenos Aires, Universidad Torcuato Di Tella.

Morgesten, S. (2001). Grupos organizados y partidos desorganizados. Incentivos electorales en Uruguay. América Latina hoy 29, 109- 131.

Rompato, M. E. (2015). El diario como actor político. Análisis de la prensa marplatense y su relación con el primer peronismo (1946-1955). Cuadernos de H Ideas 9 (9), Recuperado de https://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/cps/article/view/2639.

Sawicki, F. (2011). Para una sociología de los entornos y las redes partidistas. Revista de Sociología (25), 37-53.

Servetto, A. y Moyano, J. (2009). Algunas claves para la investigación de la historia política en los espacios locales y regionales. Estudios 2 (22), 9-18.

Vommaro, G. (2016). Los partidos y sus mundos sociales de pertenencia: repertorios de acción, moralidad y jerarquías culturales en la vida política. En G. Vommaro y M. Gené (Comps.), La vida social del mundo político. Investigaciones recientes en sociología política (pp. 35-62). Los Polvorines: Ediciones UNGS.

Referencias:

1. Tesina de Licenciatura en Historia defendida el 3 de diciembre de 2018 en la Universidad Nacional de Mar del Plata; dirigida por la Dra. Marcela Ferrari y co-dirigida por la Dra. Mariana Pozzoni. Miembros del jurado evaluador: Dra. Marcela Ferrari, Lic. Daniel Reynoso y Prof. Rodolfo Rodríguez. Calificación obtenida: 10 (diez).

2. Las fuentes orales utilizadas para la investigación conforman un corpus de 16 entrevistas a ex militantes de diferentes agrupaciones universitarias, docentes y autoridades. De la totalidad, dos fueron realizadas en el marco del proyecto de investigación por los 30 años de la normalización de la UNMdP; otras dos fueron realizadas en conjunto con Mariana Pozzoni y las once restantes, por la autora.

3. Por facción se entiende a los grupos que trabajan por el bien del partido pero que tienen interés en diferenciarse por propósitos electorales (Morgensten, 2001, p. 109).

4. El MOJUPO estuvo conformado por militantes de hasta 35 años de edad de los partidos justicialista, UCR, Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Democracia Cristiana (DC), Partido Intransigente (PI), Partido Comunista (PC), Partido Socialista Popular (PSP), Partido Socialista Auténtico, Socialista Unificado, Confederación Socialista Argentina y Conservador Popular.

Para citar este resumen:

Castro, M. C. (2019). Resumen de tesis: “Militancia estudiantil universitaria. Dinámicas y tensiones en torno al fenómeno alfonsinista durante la reconstrucción democrática, 1982-1986”. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, 15, 96-100.