Reseña Bibliográfica: Hernández de Miguel, C. (2015). Los últimos españoles de Mauthausen. Barcelona: S.A. Ediciones B. 576 pp.

Palabras clave: Deportación – Nazismo – Mauthausen – Exilio – Dachau

Keywords: Deportation – Nazism – Mauthausen – Exile – Dachau

El título hace alusión a una realidad, ya que se apaga la voz de los últimos hombres y mujeres españoles en los campos de concentración Nazis. Eso hace que sea primordial recoger sus testimonios, cuestión que no ha sido sencilla porque su deportación fue silenciada durante décadas en la dictadura franquista. Esos supervivientes, al día de hoy, son personas de 100 años. El autor, Carlos Hernández, toma como punto de partida y motivo del libro su propia experiencia personal y familiar, el hecho de que es sobrino-nieto de un español de Mauthausen, su “tío de Francia”. A lo largo del libro, el autor varias veces hace hincapié en la importancia de la generación de sobrinos-nietos y nietos de deportados para recuperar aquella historia. La propia dictadura de manera oficial y oficiosa provocó un salto de memoria, sumiendo en el olvido a buena parte de la generación de hijos o sobrinos de deportados españoles. También explica que la dificultad de las comunicaciones con los deportados durante la dictadura franquista, en su mayoría exiliados, acrecentó el desconocimiento de la realidad que expone el libro, y es el hecho de que aproximadamente 10.000 españoles y españolas fueron prisioneros del Reich Nazi, lo que tuvo como consecuencia la pérdida de su vida para dos terceras partes de los mismos.

Es un libro de sencilla lectura, que no busca un lenguaje adornado. Es más, explica bien los diferentes conceptos, para que sean de fácil comprensión para el lector, como lo que es un kapo o un kommando. Incluye también un buen dossier gráfico y una amplia bibliografía. Resulta serio y bien documentado.

Cuenta con dos áreas de trabajo entrelazadas, una es el relato histórico y vivencial ordenado y la otra introduce documentaciones y testimonios de deportados, que ayudan a la comprensión del mismo. Eso hace que pueda ser una lectura amena y no monolítica o pesada. Es un libro duro, pero a la vez necesario para explicar bien los crímenes, torturas, el sufrimiento de aquellas personas. Hace muchas alusiones a los españoles y españolas, pero también, a través de ellos, explica la situación de otros prisioneros, rusos, franceses y, especialmente, judíos.

El punto de partida es el final de la Guerra Civil española (1939), cuando se explica de manera pormenorizada el exilio y la actitud de las autoridades francesas, al principio muy duras y críticas con los exiliados. Como comienzo de lo que va a ser la ruina de los españoles y su deportación, el autor hace hincapié en la guerra contra Hitler y cómo los españoles, y también antiguos miembros de las Brigadas Internacionales, pasan a formar parte de las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) en la frontera, lo que facilita su captura por los alemanes. Desde ese momento, se centra en las deportaciones, y explica de manera detallada diferentes convoyes.

El libro explica cómo sería la vida de un deportado, cómo veía todo, su llegada y registro en el campo, la organización del campo, el día a día, el duro trabajo esclavo, la comida y la muerte en sus diferentes modalidades: cámara de gas, horca, fusilamiento, congelación, inyección letal, “suicidios” forzados arrojándolos a vallas electrificadas linchamiento con perros, entre otras. También expone de manera detallada los experimentos médicos, como continuidad de prácticas de eutanasia ya realizadas por los nazis antes de la segunda guerra mundial. El tipo de trabajo dentro del campo también es importante, ya que de la dureza del mismo depende la balanza de la vida y de la muerte del deportado; también las razones psicológicas o de motivación que llevan a aumentar la capacidad de supervivencia o de autodestrucción. También es importante la organización interna de los deportados, tanto meramente política como de subsistencia, y la activación de diferentes mecanismos de solidaridad o ayuda.

Hay un rasgo importante que describe bien el libro y es que normalmente se tiene la imagen de un campo de concentración como un lugar concreto. El libro hace ver la realidad, que es un campo central, pero existen una multitud de subcampos y kommandos, de diferentes tamaños y funciones, que van desde la producción de una fábrica, el trabajo en una cantera hasta, por ejemplo, en una granja.

Muy importante en el desarrollo del libro, con un respaldo en amplia y seria documentación, es la búsqueda de la complicidad del franquismo, que conocía de diferentes maneras la existencia de los campos, y del eje colaborativo y totalmente perjudicial para la supervivencia de los deportados españoles Pétain-Franco-Hitler. Mucha de la documentación la generó el propio régimen, sobre todo, el ministro y cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, si bien luego todas esas pruebas y documentos se intentaron eliminar, como también los Nazis intentaron eliminar documentaciones, desmantelar los campos e, incluso, eliminar a los propios deportados por ser precisamente la prueba y testimonio más potencial en la imputación de los crímenes del nazismo. El libro señala el protagonismo de los deportados españoles para esconder pruebas y testimonios de la existencia de los campos, como las fotografías de Francesc Boix, siendo referentes los libros Francisco Boix: el fotógrafo de Mauthausen (2002) y El fotógrafo del horror: la historia de Francisco Boix y las fotos robadas a los SS de Mauthausen (2015), ambos de Benito Bermejo.

Los SS, su organización y comportamiento, y los kapos, entre estos últimos, varios españoles, también son los protagonistas del libro. Al final del mismo, Carlos Hernández explica los diferentes juicios o castigos tanto a SS, como a kapos y, en algún caso, a población civil de los pueblos próximos a los campos, conocedores y, en algunos casos, cómplices, como muchas empresas que se beneficiaron del trabajo esclavo, de la terrible realidad de los campos de concentración. El autor hace hincapié en la existencia en los campos de concentración de hornos crematorios para quemar cadáveres funcionando día y noche, visibles a kilómetros e, incluso, que se podían oler desde casas más próximas a los campos.

El libro presta especial importancia a las enfermedades como la tuberculosis, que aparecen incluso antes de la deportación en los campos de refugiados de Francia, pero sobre todo aumentan en los campos de concentración mientras son prisioneros de los Nazis, aunque también al ser liberados, ya que, además, pasaron semanas y meses hasta que pudieron salir de los campos. Relata también cómo muchos fallecieron en las semanas siguientes a la liberación y cómo muchos arrastraron secuelas físicas y psíquicas durante toda su vida.

Aunque el libro explica bien la presencia de hombres y mujeres españoles en Dachau, Buchenwald y otros muchos campos, se centra sobre todo en Mauthausen y Ravensbrück. En caso de Mauthausen es central, por ser el primero en tener prisioneros españoles, que prolongaron su presencia allí hasta la liberación en 1945. Ravensbrück, por su parte, por ser al que fueron a parar mayoritariamente las deportadas españolas. También el autor explica la presencia de hombres y mujeres españoles en la Resistencia, vinculados, sobre todo, a las deportaciones de 1943 y 1944.

Carlos Hernández explica bien la relación deportados-PCE y, sobre todo, el sueño de muchos deportados de ser reconocidos y dignificados por Stalin, situación que se convirtió para muchos republicanos españoles en una pesadilla, pasando a ser enjuiciados y cuestionados por el propio PCE y por Stalin, llegando a ser recluidos muchos de ellos en los gulags. La acusación se basaba en que, si habían sobrevivido en los campos de concentración del Nazismo, es porque debían haber colaborado con los nazis. La cuestión del gulag también ha abierto una línea de estudio y de bibliografía en España, siendo Españoles en el gulag: republicanos bajo el estalinismo (2011) de Secundino Serrano y En el Gulag, españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin (2014) de Luiza Iordache libros que se centran en su análisis.

El libro analiza la vida tras la liberación de los campos: en el exilio en diferentes países, preferentemente en Francia; el reencuentro con sus familias, ya sea recuperándolas y reagrupándose en el exilio, ya sea volviendo a España, cosa que supuso muchos riesgos, ya que, si bien unos pocos retornaron y normalizaron su vida, muchos fueron enjuiciados y ejecutados. Algunos de ellos, incluso, volvieron a la guerrilla o retomaron la actividad política y sindicalista. También crearon colectivos, como las Amical o federaciones de deportados (FEDIP o FNDIRP).

Varios deportados, como Mariano Constante o Neus Catalá, pudieron publicar libros sobre la deportación recogiendo sus vivencias. Sin embargo, eso no se pudo hacer de manera efectiva hasta la Transición española, con la aparición del libro Noche y niebla, los catalanes en los campos nazis (1978) de Montserrat Roig, momento en el cual se pudo abrir una potente y continuada línea temática sobre la deportación de españoles.

El final del libro nos introduce en la situación actual del estudio de la deportación y, sobre todo, en las perspectivas del reconocimiento de los deportados, ya sea por vía legislativa o por medio de diversos homenajes. Señala también el importante papel que desempeñan las asociaciones “Amical”, en el caso de España la “Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo”, que fue fundada en 1962 en Barcelona por antiguos deportados y que cuenta con cerca de mil socios, con una potente actividad divulgativa y educativa.

El autor del libro también ha publicado junto con Ioannes Ensis el cómic Deportado 4443 (2017) y administra la página web deportados.es, en la cual hay documentación y bibliografía de deportados españoles. También ha impartido diferentes conferencias y ha sido entrevistado en varios programas de televisión y radio.

La importancia del libro de Carlos Hernández reside sobre todo en el hecho de que un sobrino-nieto retome, en un cambio generacional, y de paso de testigo, el análisis y divulgación de la deportación y, más aún, el hecho de que muchos de los testimonios recogidos en la elaboración del libro no podrían volver a obtenerse porque, desde la propia publicación del libro, varios de esos deportados han fallecido ya.

Referencias bibliográficas

Bermejo, B. (2002). Francisco Boix: el fotógrafo de Mauthausen. Barcelona: RBA libros.

Bermejo, B. (2015). El fotógrafo del horror: la historia de Francisco Boix y las fotos robadas a los SS de Mauthausen . Barcelona: RBA libros.

Hernández de Miguel, C. y Ensis, I. (2017). Deportado 4443. Barcelona: S.A. Ediciones B.

Iordache, L. (2014). En el Gulag, españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin. Barcelona: RBA libros.

Roig, M. (1978). Noche y niebla, los catalanes en los campos nazis. Barcelona: Ediciones Península.

Serrano, S. (2011). Españoles en el gulag: republicanos bajo el estalinismo. Barcelona: Ediciones Península.

Juan Pedro Rodríguez Hernández

Centro Madrid-Sur

Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

jprodriguez@madridsur.uned.es

Cuadro de texto: Para citar este resumen: 
Rodríguez Hernández, Juan Pedro (2018): “Reseña Bibliográfica: Hernández de Miguel, C. (2015). Los últimos españoles de Mauthausen. Barcelona: S.A. Ediciones B. 576 pp.”. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, 14, 150-153.