Revista del Museo de Antropología
versión impresa ISSN 1852-060X versión On-line ISSN 1852-4826
Rev. Mus. Antropol. vol.14 no.3 Córdoba dic. 2021
https://doi.org/10.31048/1852.4826.v15.n1.34598
ARQUEOLOGÍA
Explorando la red social Facebook: una reflexión sobre la comunicación en nuestra práctica arqueológica
Exploring the social network Facebook: a reflection on communication in our archaeological practice
Fernanda Anabella Day Pilaría*, María Pilar Martínez** y Melisa Ayelén Auge***
*Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina. E-mail: fernandaday@yahoo.com.ar
**Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. CONICET. E-mail: alapilar@hotmail.com
***Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. CONICET E-mail: augemelisa@gmail.com
Resumen
Reflexionar sobre las formas en las que hemos establecido y establecemos vínculos con las comunidades locales y académicas, nos permite repensar el quehacer arqueológico. En tal sentido, este trabajo busca presentar el recorrido por el Facebook “Arqueologia Rioplatense” de nuestro equipo de investigación. Sistematizaremos dicha experiencia y realizaremos el relevamiento de las estrategias comunicativas utilizadas para interactuar con lxs seguidorxs de la red social. Consideramos que esta tarea es un paso importante para comprender el proceso comunicativo que emprendimos, dar cuenta del cómo y el por qué de su desarrollo, así como de los resultados a los que arribamos. Entendemos finalmente que propiciar espacios para dialogar y compartir experiencias y saberes es fundamental para democratizar el conocimiento construido colectivamente.
Palabras clave: Sistematización de experiencias; Investigación; Extensión universitaria; Construcción colectiva; Costa rioplatense.
Abstract
Thinking about how we have established and establish links with non-scientific and scientific communities allows us to rethink the archaeological work. In this sense, this work seeks to present the path of the Facebook account of our research team: “Arqueología Rioplatense”. We will systematize this experience and conduct a survey on the communication strategies used to interact with followers on the social network. We consider that this task is an important step to understand the communication process that we undertook, to give an account of how and why it developed, as well as the results we reached. We finally understand that fostering spaces for dialogue and sharing experiences and knowledge is essential to democratize collectively constructed knowledge.
Keywords: Systematization of experiences; Research; College extension; Collective construction; River Plate coast.
Recibido 25-08-2021
Recibido con correcciones 15-11-2021
Aceptado 23-02-2022
Introducción
Desde la década de 1970, en el marco de movimientos de descolonización, y en Argentina particularmente luego de la última dictadura cívico-eclesiástica-militar, lxs arqueólogxs comenzamos a prestar más atención a la relación con las comunidades locales en el contexto de producción del conocimiento. En este marco se consolidan la arqueología pública y las corrientes críticas dentro la extensión universitaria (Tommasino y Cano 2016; Zabala et al. 2020). Esto impulsó múltiples reflexiones en torno a las prácticas arqueológicas y se llevaron adelante diversas propuestas con el objetivo de establecer nuevos escenarios de comunicación con los distintos sectores de la sociedad. Se comenzó a buscar la creación de espacios de diálogo para la construcción de conocimiento basados en relaciones democráticas, que tengan en cuenta los intereses, inquietudes y saberes de las diversas comunidades locales (ie. Montenegro 2009; Paleo et al. 2009; Zabala y Fabra 2012; Zabala et al. 2016; Endere y Conforti 2016; Chaparro et al. 2017).
En los últimos años nos encontramos en un momento de transformaciones en las maneras de relacionarnos y comunicarnos asociadas al uso cotidiano de Tecnologías de la Información y la Comunicación, cambios profundizados en el país a través de iniciativas como el “Plan Nacional Argentina Conectada” y “Conectar Igualdad” (CELE 2013; Dussel y Quevedo 2010). En este escenario advertimos, por un lado, una creciente demanda de participación en la producción de conocimiento en torno a temas de diversidad cultural, patrimonio e historia local por parte de diversos sectores sociales. Por otro lado, también es notable el interés de distintos equipos de arqueología por introducirse en el mundo de las redes sociales y la comunicación. Estos cambios instan a repensar las distintas formas en las que hemos establecido y establecemos lazos con las diversas comunidades locales del territorio en el que se desarrollan los programas de investigación y extensión universitaria (Montenegro 2009; Gnecco y Ayala 2010; Zabala y Fabra 2012; Izeta y Cattáneo 2016; Milán et al. 2019).
La presente contribución surge de una serie de reflexiones sobre las relaciones que establecimos con las comunidades locales desde el equipo de arqueología del Laboratorio de Análisis Cerámico Nº19 (LAC) de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. El objetivo principal de este trabajo es presentar el recorrido por el Facebook “Arqueologia Rioplatense”. Esto se realizará a partir de la sistematización de la experiencia y del relevamiento de las estrategias utilizadas para interactuar con lxs seguidorxs de esa red. El período de trabajo comprende los años 2018, 2019 y 2020, debido a que consideramos este lapso temporal como una etapa de reflexión en torno a la comunicación, familiarización con el manejo de redes sociales y consolidación de un proyecto de comunicación más amplio para nuestro grupo de trabajo. En segunda instancia, haremos un breve comentario sobre cómo el recorrido planteado en este artículo nos permitió transitar la pandemia causada por el virus SARS-COV-2, continuando con el trabajo de comunicación del equipo.
La visualización y análisis crítico de la experiencia, sus problemáticas y potencialidades en el hacer, aportan herramientas para mejorar las prácticas de comunicación arqueológica. Consideramos importante poder socializar estas experiencias con colegas para contribuir al diálogo, debate y producción de nuevos conocimientos hacia el interior de la disciplina.
Sistematizar la experiencia: con qué y cómo
Con qué: La red social Facebook y las estrategias de comunicación
Hoy en día las tecnologías de la información y la comunicación permean todos los ámbitos de la vida social, la forma en la que interactuamos y entendemos el mundo que nos rodea. La Web es entendida como un espacio informativo universal, que puede ser definido a grandes rasgos bajo dos vertientes. Por un lado, la Web 1.0, que incluye aquellas páginas o dominios estáticos con acceso a información de forma unilineal, vertical y con mínimas posibilidades de diálogo. Por otro lado, las páginas dinámicas, o Web 2.0, que permiten la interacción de usuarixs con el servidor (de forma que pueden aportar contenidos y modificarlos) y entre ellxs. Este último tipo de web modifica la dinámica comunicacional generando espacios donde la información no sólo se consume, sino que se incentiva constantemente a crear y compartir contenidos de forma inmediata, estableciendo una comunicación y colaboración en línea. Estas nuevas plataformas dan lugar a la existencia de las redes sociales y a nuevas formas de relacionarnos (Aparici 2010; Romero 2018).
La red social con la que trabajamos, Facebook, es parte de una compañía estadounidense creada en el 2004 para uso exclusivo de la población estudiantil de la Universidad de Harvard. A partir del 2006, se expande hacia cualquier persona que asuma tener al menos 13 años de edad. Facebook es gratuita, cada usuarix debe registrarse para crear una cuenta, se pueden crear perfiles personales, páginas y/o grupos, espacios donde compartir contenidos nuevos o replicar los ya existentes. Facebook permite a sus usuarixs hacer “Comentarios” en las publicaciones propias o de otrxs, así como “Compartir” los contenidos y reaccionar a las distintas publicaciones por medio de la opción “Me gusta”. La red posee un amplio desarrollo multimedia que habilita compartir fotos, videos, juegos, contenido escrito y enlaces hacia distintas páginas. Permite al mismo tiempo, recibir notificaciones de las actividades de otrxs usuarixs, chatear en línea por medio de mensajes privados o públicos, realizar llamadas y videollamadas. Por último, posibilita reportar y bloquear contenido y/o usuarixs no deseadxs. Una de las particularidades que tiene, como otras redes sociales, es que los contenidos son generados por lxs propixs usuarixs (para más detalles ver Romero 2018).
En el escenario local, hacia el año 2016, 1 de cada 2 argentinxs era usuarix de Facebook (Casasola 2017). El transitado espacio de las redes sociales es entonces un escenario propicio para que lxs científicxs comuniquemos nuestro trabajo, dialoguemos con colegas y con diversos públicos, intercambiemos saberes y generemos redes colaborativas. Estas nuevas formas nos permiten pasar de un modo informativo o de trasmisión de conocimientos, de difusión o divulgación, donde lxs destinatarixs son receptorxs pasivxs, hacia estrategias de comunicación dialógicas (Casasola 2017).
En este caso el material con el que trabajaremos será nuestra experiencia y las estrategias utilizadas para interactuar con lxs seguidorxs del Facebook “Arqueologia Rioplatense”. Entendemos dichas estrategias, como las diferentes propuestas llevadas a cabo por el equipo y publicadas en el mencionado perfil. Éstas fueron cambiando en la búsqueda de un mayor diálogo con nuestros seguidorxs. Si bien en el artículo no proporcionaremos un análisis exhaustivo de las respuestas de los usuarixs, los “Me gusta”, “Compartidas” y “Comentarios” nos han permitido ver cómo lxs amigxs de nuestra red respondían a las distintas estrategias y de esta forma poder adaptarlas en el transcurso del tiempo. Entendemos los “Me gusta” y “Compartidas” como respuestas que implican una primera forma de interacción y aceptación o acuerdo con la publicación y su contenido, mientras que los “Comentarios” y mensajes privados han posibilitado establecer un diálogo más profundo a través de los intercambios de opiniones entre seguidorxs, y entre ellxs y el equipo.
Cómo: Sistematización de experiencias
Según Jara Holliday (2018), la sistematización es una interpretación crítica de experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica y el sentido del proceso vivido en ellas: los diversos factores que intervinieron, cómo se relacionaron entre sí y por qué lo hicieron de ese modo. Este recorrido cobra sentido al considerar a las experiencias como procesos históricos y complejos en los que intervienen diferentes actorxs y que se desarrollan en determinado contexto económico, social y cultural e implican una vinculación física, emocional y también intelectual. Así, las experiencias son lugares dinámicos de creación e intercambio de saberes (Algava 2006, Jara Holliday 2018).
Hacer un repaso crítico de las estrategias de comunicación implementadas en el proceso de construcción y desarrollo de nuestra cuenta de Facebook nos permitirá objetivar la experiencia y apropiarnos del conocimiento producido en el camino transitado. Este trayecto es indispensable para entender las prácticas que venimos desarrollando y mejorar nuestras estrategias a futuro. Para ello recorreremos las diferentes decisiones tomadas por el equipo de trabajo, su materialización y las implicancias que las mismas tuvieron en la organización interna del grupo y los cambios o nuevas ideas que surgieron a partir de los modos de interactuar con lxs diferentes usuarixs. De esta forma presentaremos, en orden de implementación, las distintas estrategias de comunicación creadas y utilizadas que delimitamos de la siguiente forma: 1) síntesis de trabajos científicos; 2) “¿Sabías qué…?”; 3) espacios de reflexión sobre sucesos cotidianos; 4) preguntas abiertas; 5) efemérides; y 6) creación de contenido inédito. A su vez, tendremos en cuenta algunos aspectos o variables que atraviesan a las estrategias y que funcionaron de soporte material, como el tipo de imágenes, estilo narrativo, tipo de soporte (imagen, video, audiovisual o sonoro), así como las formas “de decir” o vocabulario utilizados.
Un vistazo al pasado
Como primer paso para reflexionar sobre nuestra experiencia, creemos que es necesario mirar hacia atrás en la historia de la comunicación del LAC. Trabajamos desde 1989 en los actuales partidos de Magdalena y Punta Indio, y recientemente en la costa de Berisso (provincia de Buenos Aires). Desde los inicios, las tareas que desarrollamos en los campos de la investigación en arqueología y la extensión universitaria llevaron a mantener estrechos vínculos con las comunidades locales.
Desde aquel entonces nos comprometimos a propiciar diálogos que promuevan la interacción entre el equipo y lxs diversxs actorxs sociales, teniendo en cuenta los condicionamientos asimétricos (sensu Cortassa 2010) bajo los cuales interactúan lxs participantes en el acto de compartir socialmente los saberes. Consideramos que los conocimientos producidos a partir del trabajo arqueológico sólo cobran sentido al ser recibidos y apropiados por la comunidad, y a la vez enriquecidos con los saberes populares; todos procesos indispensables para lograr la colaboración conjunta en la elaboración de políticas públicas (Pérez Meroni y Paleo 2004; Paleo et al. 2009). En este marco, entendemos que es central el establecimiento de un modelo de comunicación que conciba diálogos y la participación de múltiples voces, para alejarnos de aquellos modelos clásicos o de déficit unidireccionales (Polino y Castelfranchi 2012) y para caminar hacia la producción de saberes populares, colectivos y transformadores.
Las actividades de vinculación del equipo con las comunidades se concentraron en proyectos de extensión y en la participación en eventos locales como charlas, talleres, muestras arqueológicas, entre otros. La mayor parte de estas propuestas se realizaban en forma presencial, mientras que en algunas oportunidades, fueron difundidas a través de diversos escenarios de comunicación locales (TV, radio, revistas, diarios, museos. Ver Figura 1). Al mismo tiempo, nuestra producción científica era compartida en formato papel en sedes de organismos gubernamentales, bibliotecas públicas, instituciones educativas y en formato digital, en plataformas de acceso abierto.
Figura 1. Taller de arqueología para niñxs durante las vacaciones de invierno de 2018 (Verónica, Buenos Aires). Foto publicada en facebook prensa punta indio.
Figure 1. Archeology workshop for children during the winter holidays of 2018 (Verónica, Buenos Aires). Photo published on facebook punta indio press.
A partir de las prácticas extensionistas buscamos la conformación de espacios comunales para el encuentro, donde se reconozcan a todxs lxs participantes como sujetxs cognoscentes y que permitan la co-participación y concientización en conjunto como agentes de transformación social (Freire 1973, Pérez Meroni y Paleo 2004). En este contexto, una de las estrategias metodológicas adoptadas fueron los encuentros-taller. Priorizamos las instancias educativas presenciales a partir de considerar a la educación como un proceso de comunicación y diálogo consciente y con discernimiento (Freire 1975). Esta dinámica permite que las personas realicen aportes para el desarrollo grupal, que se reconozcan y pongan en práctica sus conocimientos previos, así como la formación de espacios para la expresión, el juego y el intercambio de saberes colectivos (Algava 2006, Ghiani Echenique et al. 2018). Además, estas instancias constituyen espacios de planificación participativa para gestionar programas de acción a futuro (ver Tommasino 2008; Tommasino et al. 2010; Thiollent 2011). Esto hace posible generar un debate crítico y horizontal que permite delimitar problemas y definir propósitos, objetivos y metas para iniciar una acción transformadora democrática. Hacia principios del 2018, en un contexto de expansión en materia de comunicación y tecnología, y un mayor acceso y uso de dispositivos electrónicos, vimos la necesidad de implementar nuevas estrategias comunicativas. Estas reflexiones, comenzaron a tomar impulso y materializarse a partir del diálogo con un grupo de docentes que expresaron su interés por acceder a nuestros trabajos. Este intercambio nos permitió ver que las plataformas digitales masivas de acceso abierto podrían ser herramientas importantes para la comunicación arqueológica, complementarias a las estrategias anteriormente mencionadas.
Nuestro transitar por Facebook
Etapa 1: la biblioteca virtual y los primeros intercambios
El 11 de julio del año 2018 comenzamos a construir la cuenta de Facebook llamada “Arqueologia Rioplatense”, colocando una foto de perfil, una de portada y la información básica del LAC (Figura 2). Para sostener la actividad en las redes sociales se planificaron reuniones internas donde se discutieron los riesgos y potencialidades de esta plataforma, y se plantearon acuerdos comunes para dar inicio a su funcionamiento. Algunos de ellos fueron la implementación de un lenguaje cotidiano para realizar las publicaciones, la utilización de fotos propias en las que se evitara la exposición de niñxs, y en caso de jóvenes y adultxs, contar con su consentimiento para hacerlo. Toda la información utilizada debía estar acompañada con su correspondiente autoría y toda publicación debía ser avalada previamente por el equipo. Por otra parte, en primer lugar, se acordó que este canal de comunicación serviría principalmente como un repositorio bibliográfico de las producciones del LAC para docentes y en segundo lugar, para la población de las localidades donde trabajamos y la sociedad en general. Al mismo tiempo, serviría para difundir nuestras actividades como equipo de investigación.
Figura 2. Captura de pantalla del perfil de facebook “Arqueologia Rioplatense”.
Figure 2. Screenshot of the facebook profile “Rioplatense Archeology”.
Luego de estos acuerdos, se distribuyeron las primeras tareas. Todas las integrantes del equipo de trabajo colaborarían en la generación de contenido escrito y visual para las publicaciones. Cada una cargaría sus trabajos en algún repositorio web que permitiera su descarga gratuita (i.e. Sedici, Academia.edu, Google Scholar, entre otros); buscaría una foto que la represente y escribiría un breve texto a modo de presentación personal para ser incorporada al primer álbum que se llamaría “El Equipo”; y por último, realizaría un breve resumen (que no superara las 150 palabras) de algún trabajo publicado y accesible en la web. Mientras tanto, dos de las integrantes del equipo tomarían el rol de “editoras”. Ellas serían quienes planificarían las publicaciones, adaptarían las síntesis de los textos científicos a un lenguaje cotidiano y además responderían a los comentarios y mensajes privados en caso que los hubiera. Todos los aportes circulaban por una cadena de e-mail para su corrección y consenso. Luego de estos pasos, los trabajos se publicaban intentando mantener una periodicidad de 15 días. Pretendíamos generar presencia en la red, mantener activo el perfil y no abrumar con contenidos diarios, pero sobre todas las cosas, generar contenido riguroso con un lenguaje cotidiano.
De esta forma, las primeras publicaciones en Facebook consistían en una síntesis introductoria sobre un trabajo científico, que era acompañada por imágenes alusivas, ya sea de trabajo de campo, de laboratorio o de materiales arqueológicos, y un enlace de descarga de ese texto académico en formato digital. Otro tipo de publicaciones realizadas en esta etapa correspondía a la difusión de actividades de vinculación con las comunidades, así como participación en jornadas científicas. Con un esquema semejante al anterior, estas incluían una imagen y una invitación a los eventos.
Para el año 2019 comenzamos a entablar diálogos más estables con personas de las comunidades de Punta Indio, Magdalena y Berisso a través de la red. La cuenta de Facebook se convirtió en un canal donde lxs usuarixs comentaban sobre hallazgos arqueológicos particulares en sus localidades, concretábamos entrevistas, colaborábamos con medios de comunicación local y recibíamos invitaciones para participar de festividades realizadas en las localidades. Lentamente llegamos a tener ¡2500 amigxs!
Este recorrido, con todas las actividades mencionadas y el incremento en las interacciones con lxs usuarixs, llevaron a una nueva división de tareas dentro del equipo de trabajo. A partir de ese momento seríamos cuatro las encargadas de la edición del perfil: dos continuarían con el trabajo de las publicaciones periódicas y otras dos se encargarían de atender a los mensajes recibidos y concretar encuentros presenciales, tanto en las localidades de trabajo como en el laboratorio. En este contexto surgió una situación sobre la que no habíamos reflexionado previamente: usuarixs comenzaron a realizar publicaciones ajenas a nuestras temáticas, lo que llevó a que modifiquemos la política de privacidad de nuestra cuenta.
A medida que avanzábamos en esta experiencia de construir un perfil propio, comenzamos a pensar que ciertos aspectos de la arqueología merecían ser tratados puntualmente, buscamos destacarlos y ofrecer nuestro punto de vista. Fue así que comenzamos a probar un nuevo tipo de estrategia, los “¿Sabías que…?”. En estas publicaciones lo visual era central, abordamos temas y conceptos fundamentales para la disciplina, así como otros referidos a las problemáticas arqueológicas locales, por ejemplo, los cordones de conchilla, el patrimonio, la forma de manejarlo y gestionarlo, entre otros. Por otra parte, y con la finalidad de visibilizar distintas situaciones que atravesamos como trabajadoras de la ciencia, comenzamos a desarrollar un nuevo tipo de publicaciones con el objetivo de invitar a la reflexión. La primera fue en abril del 2019, cuando se dieron a conocer los resultados de la convocatoria para el ingreso a la carrera de investigadorx de CONICET, y el equipo de trabajo, así como muchos otros, se veía gravemente afectado por la situación social del momento.
En esta etapa se destacan, por la cantidad de interacciones y el grado de participación de lxs usuarixs, cuatro momentos centrados en dos de las estrategias utilizadas (síntesis de trabajos y “¿Sabías qué…?”). Uno de ellos fue en diciembre del 2018, y consistió en la síntesis del libro “Historias y personajes de Punta Indio”, creado junto a la comunidad educativa en el marco de un proyecto de extensión. La publicación recordaba la participación de lxs estudiantes en la redacción e ilustración de historias de su pueblo. La propuesta tuvo gran cantidad de interacciones, principalmente “me gusta” y “compartidas”. En mayo de 2019, las síntesis de dos libros, “Las plantas y sus usos como patrimonio del Parque Costero del Sur” y “Las estancias y sus árboles”, fueron las publicaciones con las que superamos, por primera vez, los 150 “me gusta”, las 50 “compartidas” y que generaron más de 10 comentarios. Por último, en octubre de 2019 un “¿Sabías qué...?” sobre los cordones de conchilla del litoral rioplatense y su vinculación con elementos como el patrimonio arqueológico y el agua potable destacó por su replicación en forma de “compartidas”. Este último evento resultó coyuntural, por diversas problemáticas actuales vinculadas al acceso al agua segura, a la conservación del patrimonio bio-cultural, así como a la salud integral de las poblaciones costeras rioplatenses (Figura 3).
Figura 3. Captura de pantalla de la estrategia “Sabías qué…?” Sobre los cordones de conchillas del litoral bonaerense y el acceso al agua potable.
Figure 3. Screenshot of the “did you know…?” Strategy about the shell cords of the bonaerense coastline and access to drinking water.
Hacia el principio de esta etapa, la mayoría de los comentarios realizados por lxs usuarixs en las publicaciones consistían en felicitaciones o agradecimientos por nuestra labor, ya sea en investigación o en la red. Mientras tanto, en el transcurso del 2019 comenzaron a hacernos preguntas sobre datos puntuales de los sitios arqueológicos a los que hacían referencia las publicaciones, se comunicaron con nosotras familiares de personas que nombramos en nuestras investigaciones interesadas en las mismas, y amigxs del Facebook nos brindaron información sobre nuevos sitios o hallazgos semejantes a los de nuestros trabajos en sus localidades. Fue así que comenzó a instalarse un diálogo público entre nosotras y lxs usuarixs de la red. Al mismo tiempo, vía mensaje privado, se establecieron contactos personales de los que surgieron colaboraciones conjuntas.
Etapa 2: en búsqueda de la participación
Luego de un año y medio de trabajo, ya establecidas en Facebook, iniciamos una apertura en los modos de relacionarnos y apostamos a una mayor diversidad de estrategias de comunicación para profundizar el diálogo y los intercambios de opiniones. A partir de noviembre de 2019, una de estas acciones fue la realización de preguntas abiertas que buscaban la participación de lxs usuarixs y el intercambio de saberes. La primera pregunta fue sobre una planta nativa de la ribera rioplatense, indagando sobre su identificación y los posibles usos populares y enlazando el trabajo en Facebook con las investigaciones paleoetnobotánicas del equipo en la zona.
En esta etapa nos propusimos reformular la manera de presentar nuestros trabajos científicos, incorporando la escritura en forma narrativa. También comenzamos a escribir crónicas de experiencias de campo y de laboratorio. Este nuevo “decir”, buscaba presentar dudas, interrogantes e interpretaciones abiertas, dar lugar al intercambio a través de preguntas, comentarios y percepciones, e invitaba a nuestrxs seguidorxs a pensar otras formas de recrear los pasados.
Incorporamos una nueva estrategia comunicacional, las fechas calendario (o efemérides), como el Día de la memoria, el Día de la diversidad cultural o el Día de la ciencia digna. Estas instancias buscaban movilizar y generar en nuestrxs amigxs el espacio para dar su opinión sobre qué significados tienen para ellxs esas conmemoraciones, así como para pensar cuál es nuestro rol como ciudadanxs y como científicxs respecto a ciertos temas.
A lo largo de un 2020 marcado por la pandemia mundial por COVID-19 y el aislamiento preventivo, social y obligatorio, continuamos trabajando en la comunicación de nuestro trabajo. Este contexto hizo que la virtualidad fuera una de las pocas alternativas para mantener vínculos con otrxs. En esta instancia buscamos interpelar por medio de las preguntas abiertas, invitando a la reflexión sobre temas en concreto, por ejemplo: “Para vos, ¿qué es la Antropología?” o “¿Qué significa para vos el 12 de octubre?”.
También incorporamos una estrategia que denominamos “contenido”, en la que desarrollamos temas puntuales que podrían no estar presentes en los trabajos académicos publicados. Esto nos facilitó la producción de síntesis temáticas sobre ciertos debates públicos y reflexiones que realizamos en forma participativa (como la referente al 12 de octubre). Así, ¡en mayo de 2020 teníamos 5000 amigxs y más de 200 seguidorxs en la red social!
En esta segunda etapa, al igual que en la anterior, todas las actividades del perfil tuvieron interacciones, pero se destacan algunas. En diciembre del año 2019 presentamos la síntesis de una publicación científica sobre trabajadorxs rurales del partido de Magdalena durante el siglo XIX. Esta fue la primera vez que, por un lado, escribimos una narración incorporando personajes y posibles escenarios, y por otro, que este tipo de estrategia comunicativa superaba los 160 “me gusta”. En mayo de 2020 se destaca una publicación asociada al día de lxs ceramistas latinoamericanxs. Incluyó un breve texto sobre la labor de mujeres alfareras en la Cuenca del Plata en el siglo XVIII y superó la cantidad de “me gusta” de todas las publicaciones anteriores de la categoría “efemérides”. Por otro lado, la acompañaba una pregunta abierta que invitaba a la comunidad a compartir sus creaciones cerámicas. Esto último generó 57 “comentarios” que incluían fotos e intercambios entre lxs usuarixs que generaron distintos diálogos. El tercer momento que destacó por la cantidad de interacciones ocurridas es un video sobre el día de lxs antropólogxs en Argentina, con más de 100 “me gusta” y 55 “compartidas” (Figura 4). Por último, a finales del año 2020 sobresalió una pregunta abierta asociada al Día del respeto por la diversidad cultural: “¿Qué significa para vos el 12 de octubre?”. Esta pregunta propició 74 “comentarios”, sin contar aquellos subordinados a otros que abrieron pequeñas conversaciones entre usuarixs. Fue la publicación que más “comentarios” concentró hasta ese momento en la cuenta de Facebook. Otro aspecto llamativo de esta última instancia fue que también se replicó la pregunta a través de “compartidas” por parte de usuarixs, generando a su vez el intercambio de opiniones en cuentas ajenas a la nuestra.
Figura 4. Captura de pantalla de la estrategia “efemérides” sobre el día de lxs antropólogxs.
Figure 4. Screenshot of the “efemérides” strategy on the day of anthropologists.
Enlazando etapas
Las dos etapas por las que transcurrió el Facebook, “la biblioteca virtual” y “la búsqueda de la participación”, tuvieron un carácter exploratorio. En un primer momento indagamos en el funcionamiento de la red y buscamos responder las interpelaciones que el territorio nos había hecho, esto es compartir de manera digital todos los trabajos arqueológicos que el equipo había realizado en el área de estudio. Mientras que en la segunda etapa buscamos profundizar el diálogo entre nosotras y lxs usuarixs, y entre usuarixs también, promoviendo el intercambio y la construcción colectiva de saberes a partir de espacios de reflexión.
Las publicaciones de síntesis de nuestros trabajos académicos fue una estrategia que en todo momento despertó interés y generó interacciones a pesar de las transformaciones que experimentó. En la escritura se observa el tránsito desde una etapa de “traducciones” (de un lenguaje científico a uno cotidiano, ver Pupio et al. 2009, Polino y Castelfranchi 2012) hacia otra que propone contar de una forma espontánea y amena anécdotas, estado de las investigaciones y breves historias de personajes que recorren distintos tiempos y lugares. Por otro lado, las publicaciones que aludían a efemérides también suscitaron atención y propiciaron intercambios. Su abordaje buscaba, la mayor de las veces, recabar opiniones y comentarios, lo que incentivó la participación y el diálogo.
En cuanto a las denominadas preguntas abiertas, notamos que en un principio no hacíamos ninguna “devolución” respecto a lo que preguntábamos. Fue entonces que comenzamos a recuperar las participaciones y esbozar una respuesta colaborativa. Esto nos permitió acercarnos a la posibilidad de construir relatos y definiciones sobre el quehacer antropológico y sobre el significado de ciertas fechas relevantes para la ciencia en general con la particularidad de fundarse en saberes colectivos. Por último, las publicaciones que se engloban en la categoría difusión de actividades, cuyo objetivo fue visibilizar las presentaciones del equipo en eventos científicos y comunitarios, mantuvieron una interacción constante en ambas etapas. Nuestrxs seguidorxs las acompañaron siempre con felicitaciones y aliento.
A partir de la sistematización realizada es que pudimos diferenciar las dos etapas que desarrollamos en el trabajo, marcadas por cambios en las estrategias de comunicación implementadas, las cuales tendieron hacia la búsqueda del intercambio de opiniones y saberes, así como a una mayor participación colectiva.
Cabe destacar que los últimos meses durante los que se desarrolló la experiencia de comunicación que relatamos, se produjo el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio producto de la pandemia por COVID 19. Esto generó grandes modificaciones en los modos de relacionarnos donde gran parte de la vida social se volcó a las redes y la virtualidad, generando un aumento de la conectividad y de la producción de contenido. El trabajo presencial sostenido en el tiempo y la consolidación del perfil de Facebook en momentos previos a la pandemia, permitieron un trabajo de comunicación ininterrumpido.
Reflexiones sobre nuestra práctica
En un escenario cada vez más interpelado por los desarrollos en el ámbito de la comunicación, pensamos y nos recreamos dentro de los procesos de cambio que transita nuestra disciplina en relación a la producción del conocimiento, la comunicación y las formas de relacionarnos socialmente. La sistematización de la experiencia nos permitió, no sólo entender la experiencia misma, sino también visualizar problemáticas y fortalezas del equipo y avanzar hacia nuevas formas de comunicarnos. Al mismo tiempo, consideramos que compartir estas experiencias de trabajo con colegas es un aporte para reflexionar sobre el quehacer arqueológico.
Si bien los procesos de sistematización no son ajenos a nuestra disciplina, muchas veces se realizan sobre el final de las experiencias. En este sentido, consideramos de importancia que las sistematizaciones sean planificadas y acompañen todos los procesos de trabajo desde su inicio, ya que es importante contar con registros detallados de todas las etapas de desarrollo. Hablamos tanto de las tareas en el ámbito de la investigación como de extensión y educación, ya que constituyen tres pilares complementarios. Las sistematizaciones nos otorgan espacios para reflexionar, mejorar y compartir experiencias con otros equipos para nutrirnos colectivamente.
El proceso de crear un perfil de Facebook fue una tarea novedosa que tuvo muchos desafíos para nosotras. El análisis crítico de este recorrido nos permitió reflexionar sobre distintos aspectos de nuestra formación como científicas. También pensar en la incorporación de nuevas tecnologías a las prácticas de comunicación arqueológica y la necesidad de capacitación que se desprende de ello, así como en la importancia del trabajo interdisciplinario. En un comienzo, las experiencias personales fueron las que guiaron la forma de comunicar a través de esta red social. Además, en las plataformas digitales, muchas veces lo visual tiene una mayor preponderancia que lo escrito, por lo que una adecuada selección de imágenes, composición y edición son elementos clave a la hora de entablar un diálogo. Al mismo tiempo, desde nuestra disciplina estamos habituadas a comunicar a través de las palabras escritas, sin embargo fue necesario buscar en distintos espacios herramientas para poder formarnos en temas como comunicación, diseño, producción y edición de audiovisuales, escritura y redacción.
La experiencia también llevó a cuestionarnos sobre la accesibilidad a los saberes científicos. Promover el acceso abierto de nuestras producciones, en formato papel y digital, así como en los encuentros taller, fue un acercamiento a ello. Sin embargo, quedó en evidencia que esto no es suficiente para que los conocimientos que se generan en el sistema sean de acceso público y democrático. Facebook es un canal de comunicación que, por las características que lo definen, nos facilitó masividad, gratuidad y una gran diversidad de herramientas multimedia. No obstante, este alcance masivo se encuentra limitado en función de diversas condiciones que atraviesa la vida cotidiana de usuarixs y no usuarixs de las redes sociales, como los contextos geográficos, socioeconómicos, etarios y de manejo de dispositivos electrónicos, entre otros aspectos.
A partir de nuestra experiencia, podemos señalar que el trabajo de comunicación en las redes no reemplaza en absoluto las estrategias y formas presenciales de establecer vínculos y propiciar intercambios con las poblaciones locales. Ambas estrategias, presencial y virtual, son complementarias, y deberían ser constitutivas de los planes de comunicación de todo proyecto de investigación-extensión-educación desde sus inicios. En este sentido, destacamos que lxs primerxs amigxs habitantes de las zonas de estudio y que luego fueron en parte responsables de acompañar y difundir nuestro trabajo, en su mayoría nos conocieron de forma “presencial”. Por otra parte, entendemos que las tareas de extensión universitaria y de comunicación de la ciencia deben salir de la esfera del trabajo ad-honorem y no curricularizado, para acompañar en igualdad de condiciones a la investigación y educación; si estas esferas estuvieran articuladas fuertemente, tendríamos una matriz de investigación diferente, ya que el diálogo con la sociedad modifica la agenda (Muriello 2020).
Durante la pandemia, el Facebook fue un espacio para sostener y profundizar las relaciones establecidas presencialmente y establecer nuevos contactos y discusiones con un público más amplio. Se expresaron intereses, se intercambiaron opiniones y experiencias en relación a las temáticas de investigación desarrolladas por el equipo, que resultaron en la planificación de encuentros en el territorio para continuar profundizando el trabajo conjunto y comunitario.
Los espacios para dialogar y compartir experiencias son imprescindibles para democratizar el conocimiento y gestionar programas de construcción en conjunto entre el ámbito científico y el resto de la población. En la virtualidad, Facebook permite la interacción, creación y modificación de contenidos. En la esfera de la comunicación dialógica, lxs arqueólogxs ya no somos lxs únicxs que generamos conocimientos y comunicamos, sino que se abre el juego al aprendizaje y la producción de saberes de forma colectiva. Solo en este momento, en el que los saberes sean vivos, en su transformación y dinamismo, y circulen libremente, podemos pensar en espacios de diálogos públicos y democráticos, y en la existencia de verdaderos conocimientos colectivos para la transformación. Insistimos en la importancia de buscar el diálogo y en hacer de las arqueologías, sus debates y temáticas más presentes en la cotidianeidad, situadas, territorializadas y abiertas a la participación popular.
La Plata, 24 de Agosto de 2021
Agradecimientos
A nuestrxs amigxs de Facebook y del campo “no virtual” de Magdalena, Punta Indio y Berisso, a nuestras compañeras del LAC y a lxs evaluadorxs que con sus comentarios enriquecieron este trabajo. Esta contribución fue realizada con subsidios provenientes de la UNLP (11/N822) y PICT (PICT-2015-157), así como dos becas doctorales de CONICET, y una beca posgraduada de la UNLP.
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