N.
o
5 (2022)
ISSN 2618-2882
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discursiva (epistémica, deóntica, volitiva y valorativa), entendida esta como «el modo de
manifestación de la toma de postura del emisor frente al texto […] y al destinatario a través
de distintas marcas lingüísticas presentes en los textos que revelan, justamente, dicha
posición» (Rodríguez, 2012, p. 149). El concepto de modalidad es clave en el Análisis Crítico
del Discurso y, por extensión, del discurso lexicográfico, pues, de acuerdo con Fairclough
(2003, p. 166), este remite a la forma lingüística en que se materializa la relación entre los
redactores y redactoras y las representaciones que construyen en sus textos. La modalidad
opera en el diccionario en el nivel de la microestructura, en concreto en el segundo
enunciado de la definición (citado por Rodríguez y Ramallo, 2015, p. 475).
Al DPVC se le han señalado diversas limitaciones metodológicas y técnicas (Alpízar,
1989; Varona, 1875), condicionadas por el nivel de desarrollo en que se encontraba la
lexicografía, tanto en Cuba como en otros territorios de América en el siglo XIX (Alfaro,
2007, p. 150) cuando los postulados teóricos de esta disciplina no se habían formulado
completamente. Por esa razón, con independencia de las diferencias entre la confección de
diccionarios en el siglo XIX y el XXI, se toman varios aportes lexicográficos modernos como
guías para caracterizar el artículo guagua desde el punto de vista lexicográfico, comprender
su estructuración y, con esta información, analizar y descubrir la subjetividad subyacente en
la elección de Pichardo. Específicamente, se tomarán los presupuestos teóricos de Porto
Dapena, en cuanto a la separación de las acepciones, su ordenación y marcación.
Por último, para obtener más información sobre las posiciones ideológicas que
impulsan a Pichardo en la toma de decisiones etimológicas para guagua, en el epígrafe 3 se
tienen en cuenta tres elementos relacionados con las condiciones de producción del
diccionario: la posición de Pichardo ante la política de la Real Academia Española hacia los
extranjerismos, la propuesta de Pichardo para la normalización ortográfica de las voces
indígenas y el proceso de asimilación, tanto en Cuba como en España, de wagon, una de las
fuentes etimológicas propuestas para el término en cuestión.
2. Análisis crítico del discurso lexicográfico en el artículo guagua
Numerosos autores citan incorrectamente 1836, el año de la primera edición del
DPVC, como el momento del primer registro de guagua. Esta imprecisión separa el lenguaje
de la realidad porque descuida el eje temporal como una parte importante de la realidad
extralingüística que incide sobre el texto lexicográfico y también afecta la historia de la
lexicografía y la historicidad de la voz estudiada. En realidad, es en 1849 (la edición
nombrada Diccionario provincial casi-razonado de voces cubanas), cuando Pichardo incluye
guagua por primera vez en el DPVC con la estructuración que se presenta a continuación
donde se destaca la indicación etimológica Voz ind. para todas las acepciones.
Guagua. — N. s. f. — Voz ind. — Introducida hace poco tiempo; pero tan generalizada que todo
el mundo la usa aplicándola a cualquiera cosa que no cuesta dinero ni trabajo, o de precio
baratísimo, y cuando se espresa en modo adverbial De guagua, aumenta la significación como
absolutamente de valde, sin costo ni trabajo alguno. Antes se decia de Guaguanche, de gorra. ||
Guagua.— N. s. f. — Insectillo especie de cochinilla (Coccus) inmigrado a esta Isla hace pocos
años, que ha plagado los naranjos, limas, limones y otros afines, cubriéndoles una costra
blanca desde la raíz hasta el último retoño, despojándolos de frutos y hojas hasta secarlos, y
que sin hallarse remedio amenazaba su total destruccion; sin embargo que se ha disminuido
en algunas partes después del grande Huracán del año mil ochocientos cuarenta y cuatro,
quizá por ese motivo o por el Himenóptero Avispita que vive a sus espensas. (Véase Aljorra).