La interpretación deíctica. Un estudio en muestras orales de hablantes de la ciudad de Santiago de Cuba
The deictic interpretation. A study in oral samples of speakers from the city of Santiago de Cuba
Tania Ulloa Casaña • Universidad de Oriente, Cuba • tania@uo.edu.cu
Resumen
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Abstract The study of spatial deixis allows us to distinguish how the parameters referring to the enunciative context are inscribed in the statements, which account for the existence of general principles in the use of language, since it is precisely the deictics who most clearly express the principle of determination. contextual of meaning; Consequently, the objective of this inquiry is to show the need for a semantic and pragmatic reading for the analysis of spatial locatives in texts that considers the conditions that determine their use in the concrete communicative situation, as well as their interpretation by the addressee. In order to carry out the investigation, conversations belonging to thirty informants from the city of Santiago de Cuba who were part of different age groups and had a different level of education were recorded, in order to achieve a sample as heterogeneous as possible. The results showed various lexical peculiarities of the spatial deictics derived from the situation in which they appear, which are of great interest for grammatical and pragmatic studies. |
Palabras clave Interpretación deíctica • Deixis espacial • Texto oral • Categorías gramaticales |
Keywords Deictic interpretation • Spatial deixis • Oral text • Parts of speech |
1. Introducción
La capacidad de realizar señalamientos por medio del lenguaje es una propiedad universal, como lo es, además, la existencia en las diferentes lenguas de categorías especializadas en este tipo de función. Desde la antigüedad, se ha reconocido la especificidad de ciertos términos que solo adquieren valor a través de la actualización momentánea que les confiere la producción del enunciado en que aparecen. La «partícula» portadora de esta función alcanza su sentido en una situación de habla concreta al ubicar referentes atendiendo a la posición relativa del hablante.
La deixis [1] —término que proviene de la palabra griega δεῖξις (deixis), el cual a su vez procede del verbo δείκνυμι (deíknymi) que significa mostrar e indicar— destaca el anclaje espacio- temporal de formas lingüísticas que solo pueden ser interpretadas en relación con dicho anclaje; estas expresiones suponen una señalización, un proceso de individualización o actualización de lo designado; son como el índice que apunta, la flecha que indica directamente la realidad extralingüística; su significado es comparable con un recipiente sin otro contenido que el vertido por el entorno.
El hecho de relacionar la deixis con la función que desempeñan algunos signos para situar las personas, el tiempo y el espacio en los enunciados la convierte en el eje primario de organización de un texto. Sus manifestaciones verbales son limitadas en el ámbito oracional, mientras que se amplían extraordinariamente en el marco discursivo al permitir el desdoblamiento del emisor y receptor en la selección de las unidades que configuran el discurso, convirtiéndose de este modo, en el eje del que dependen las referencias pragmáticas (Bustos Tovar, 2002).
Una primera distinción básica entre las unidades deícticas se relaciona con el tipo de información deíctica. Desde este punto de vista, la deixis espacial, de interés para la presente investigación, codifica las referencias locativas de los enunciados en relación con la situación y orientación física de los participantes en el acto de habla (Escavy, 2009).
Desempeñan esta función, en la lengua española, los pronombres demostrativos, los adverbios demostrativos de lugar, los verbos deícticos y otras expresiones con significado deíctico-espacial, entre ellas, adverbios nominales transitivos e intransitivos, determinadas frases preposicionales locativas y algunos sustantivos y adjetivos. El siguiente esquema así lo refleja:
Esquema 1 – Sistema de unidades deícticas usadas para la localización espacial.
Como ha podido mostrarse, los hablantes describen y organizan estas relaciones de modos distintos pues difieren en su estructuración sistemática, así como en el número y tipo de categorías lingüísticas que las señalan.
El estudio de la deixis espacial permite distinguir cómo se inscriben en los enunciados los parámetros referentes al contexto enunciativo, los cuales dan cuenta de la existencia de principios generales en el uso del lenguaje, pues justamente son los deícticos quienes más claramente expresan el principio de determinación contextual de la significación; por consiguiente, el objetivo de la presente indagación es mostrar la necesidad de una lectura pragmática para el análisis de los locativos espaciales en los textos, orales en este caso, que considere las condiciones que determinan su empleo en la situación comunicativa concreta así como su interpretación por parte del destinatario.
Puesto que estas funciones puramente gramaticales no son suficientes para explicar y describir todas las relaciones deícticas que se manifiestan en los textos orales, resulta entonces conveniente indagar en el comportamiento discursivo de estas expresiones.
2. Las categorías gramaticales exponentes de la deixis espacial
La organización espacial, como se ha mostrado, puede entenderse como la estructuración del mundo externo, primeramente, relacionado con el yo y, luego, con otras personas y objetos, se hallen tanto en situación estática como en movimiento. La gramaticalización de las referencias enunciativas relacionadas con la situación espacial está representada en la lengua por un conjunto de unidades, que serán estudiadas en las siguientes páginas, las cuales conceptualizan el espacio deíctico también desde algún punto de referencia.
Los pronombres demostrativos, por ejemplo, constituyen un paradigma ternario cerrado —este, ese aquel— que manifiesta una variación genérica triple —masculino, femenino y neutro— y numérica doble —singular y plural—. Son los encargados de situar en las coordenadas espaciales las entidades referidas por los sustantivos a los que determinan o sustituyen (Hipogrosso, 2001).
La flexibilidad de este sistema permite, sin embargo, la aparición de una gama compleja de usos, específicamente en la lengua coloquial, en los cuales deben reinterpretarse las dimensiones espaciales antes descritas. Por ejemplo, el empleo de este con valor afectivo; de ese en señal de distanciamiento o con matiz despectivo; de aquel para evocar lejanía en el tiempo; el uso de muletillas «esteeee… estooooo» como señal de duda o indecisión; de fórmulas fijas «eso sí que no, eso nunca, de eso nada, en esas estamos, con que esas tenemos»; el empleo de «y eso que», con valor concesivo y de «en eso», con significado de entonces.
Los adverbios demostrativos de lugar en la lengua española constituyen, por su parte, un reducido grupo de unidades lingüísticas [2] (aquí, ahí, allí, acá y allá) morfológicamente invariables cuya función más habitual es la de complemento circunstancial o adjunto de un verbo (Eguren, 2000). Esta clase de adverbios ha sido etiquetada de maneras distintas (pronominales o deícticos), resaltando, en cada caso, diversos aspectos de su semántica o de su sintaxis.
Estas unidades, al identificar el espacio deíctico, establecen cierta flexibilidad en los grados de distancia que señalan con respecto al centro deíctico; en algunos casos, pueden adoptar un valor temporal «allá en los tiempos de, desde entonces hasta acá, de aquí en adelante »; pueden ser usadas para referirse a alguien que se encuentra cerca del hablante «acá tiene la razón»; expresar un uso enfático «despáchame una caja de fósforos ahí» y, en otros casos, restan importancia a una determinada información «es una casucha ahí». En el registro coloquial «ahí quería llegar, ahí voy» se emplean para resaltar la pertinencia de lo que acaba de decir alguien;«dime ahí» se usa para enfatizar una petición; «ahí estamos o ahí más o menos» son fórmulas que responden a las preguntas corteses que caracterizan los saludos.
Eugenio Coseriu (1978), por otro lado, fue uno de los lingüistas en sugerir el componente deíctico del significado de determinados verbos que han llegado a constituirse en un obligado apartado en las investigaciones que tratan el tema de la deixis.
Los verbos de movimiento en español constituyen, por su parte, fuente de numerosos marcadores discursivos o conversacionales como: venga,anda, vaya, vamos; en otros casos, expresiones como «llegar a oídos de alguien, entrar en éxtasis, entrar en calor, salirse de sus casillas» pueden describir un movimiento en sentido figurado o admitir, en contextos distintos, usos tanto espaciales como atributivos: «Pedro se encuentra en Berlín/Pedro se encuentra en apuros».
Las expresiones deícticas de carácter espacial, distintas de los adverbios demostrativos se clasifican, según su naturaleza categorial, en dos grupos (Eguren, 2000, p. 967):
● Adverbios nominales [3] : Transitivos.
Intransitivos.
El grupo de adverbios nominales transitivos « encima, debajo, delante, detrás, dentro, fuera, enfrente, alrededor, cerca y lejos » es, básicamente, no deíctico, pues fija un eje de referencia espacial distinto al de las variables deícticas « dentro de la casa; enfrente del museo; lejos de Santiago de Cuba»; en ocasiones, sin embargo, puede usarse de manera deíctica en los casos en que se omite el complemento, este fenómeno se conoce como deixis por defecto (Fillmore, 1975). Así « quédate fuera, siéntense alrededor, ponlo delante» pueden interpretarse como «fuera, alrededor o delante» de donde se encuentra el que emite dichos enunciados.
De igual forma, se obtiene lectura deíctica cuando estos adverbios participan en construcciones con sustantivos que no pueden establecer una localización inherente [4] debido a sus peculiares características físicas; « siéntate detrás de la mesa» designa un lugar opuesto a aquel en el que se encuentra el hablante pues las mesas no poseen parte delantera o trasera, como sí tendría, por ejemplo, una silla. Conviene entonces diferenciar las unidades con sentido deíctico, de las unidades susceptibles de un uso deíctico.
Los adverbios nominales intransitivos « arriba, abajo, adelante, atrás, adentro y afuera» a diferencia de los primeros, son de naturaleza básicamente deíctica, pues para su interpretación se adopta una perspectiva localizadora subjetiva; cuando digo «sube arriba o mi hermano vive abajo» se identifican lugares en relación con el sitio en el que se halla el hablante (Eguren, 2000, p. 968).
Pueden mencionarse, por otro lado, determinados adjetivos como « norteño, occidental, oriental, superior, inferior» (RAE, 2009, p. 1276) que contienen información deíctica espacial porque los contextos en que aparecen pueden designar individuos diferentes en función del lugar donde se empleen. Por ejemplo, el adjetivo superior, no tiene valor espacial en «ella era muy superior a él», en cambio sí lo tiene en «m i oficina está en el piso superior», o sea, superior con relación al piso en el que estoy ahora.
El significado de los sustantivos «extranjero, forastero y nativo» se puede interpretar también de manera deíctica. La referencia de la expresión «los ciudadanos extranjeros» puede ser distinta si la empleamos, por ejemplo, en Cuba o Venezuela; el punto de referencia puede formar parte del discurso y proporcionarse en un fragmento anterior o posterior del texto «Al evento asistieron ponentes cubanos y extranjeros; España fue el único país invitado».
Los anteriores elementos resultan esenciales para que una localización espacial pueda reconocerse e interpretarse de modo unívoco, al menos funcionalmente hablando. En el plano discursivo, como ha podido mostrarse, existen ocasiones en las que las coordenadas y dimensiones de las nociones de lugar no son codificadas de forma deíctica (las estructuras metafóricas con ausencia de los rasgos locativos prototípicos constituyen un ejemplo); la manera en que se configura cada enunciado, por tanto, sirve de guía para su interpretación al incorporar otros aspectos entre los que se encuentran, por ejemplo, las intenciones del productor del texto. Cabe señalar, además, que la etiqueta de «lugar» y las funciones deícticas no agotan la descripción de las propiedades de estas partículas ya que sobran ejemplos en los que estos vocablos se interpretan con referencia temporal, personal o incluso de tipo nocional (Lenarduzzi, 2017).
El comportamiento discursivo de los deícticos espaciales, como se ha observado, está relacionado con varios aspectos que permiten mostrar la relación entre la estructura textual y los elementos de la situación comunicativa sistemáticamente ligados a ella. Los elementos revisados relacionados con el objeto de estudio de esta investigación sintetizan las cuestiones teóricas que permitirán respaldar la interpretación deíctica en la muestra escogida para el presente estudio.
3. La muestra
Uno de los componentes básicos de las investigaciones de carácter lingüístico son los hablantes, pues son ellos los que aportan los materiales que integran el repertorio de datos. Considerando lo anterior, se tuvo en cuenta para su selección que las personas fueran oriundas de la ciudad de Santiago de Cuba; de no ser así debían tener más de veinte años de residencia permanente allí. Con el propósito de realizar el estudio fueron incluidos informantes con niveles de instrucción variados, que pertenecieran a grupos etarios diferentes [5] y de distintos sexos, los cuales quedaron distribuidos de la siguiente manera:
• Grupos de edades: de 20 a 30 (G.I)
de 40 a 50 (G.II)
más de 55 (G.III)
• Niveles de instrucción: primario (n.p)
medio (n.m)
superior (n.u)
Un individuo de nivel primario debía tener sexto grado aprobado o un nivel secundario o medio solamente iniciado, pero sin concluir; con nivel medio, debía haber concluido la enseñanza preuniversitaria o algún técnico medio o escuela de oficios; mientras que, para pertenecer al nivel superior, debía ser graduado universitario.
Novedosa resulta, también, realizar la indagación en la ciudad de Santiago de Cuba, segundo centro poblacional más importante del país y cuyos valores históricos y culturales la convierten en un sitio idóneo para cualquier pesquisa de carácter humanístico y lingüístico en particular.
La muestra se compone de treinta grabaciones auditivas, correspondiente a igual número de informantes, con una duración aproximada de quince minutos cada una; la otra parte de los textos fue desestimada, atendiendo al objetivo fundamental de la indagación. En este caso, como apuntara Morales (1994), la unidad de muestreo no es el sujeto, sino el texto, entendido como una porción de lengua grabada para ser analizada y descrita; es decir, el número muestral no debe determinarse sobre los sujetos, sino sobre las producciones orales de dichos sujetos por lo que no debe haber, necesariamente, una correspondencia entre ellos. El investigador opera sobre las grabaciones de las producciones de los hablantes seleccionados de acuerdo con criterios concordantes y los objetivos de la investigación que realiza.
Para la recogida de la muestra se estableció con cada informante una conversación semidirigida en la que la investigadora se presentó como entrevistadora participante. Esta técnica se ha revelado como un recurso de incuestionable utilidad pues el intercambio puede conducirse como una conversación espontánea, con un grado mínimo de formalidad semejante a aquellas que pudieran surgir espontáneamente en contextos naturales.
Se logró, de manera general, que se cumplieran las características de cualquier conversación coloquial; es decir, una interlocución en presencia que favoreciera la mayor o menor tensión dialógica y cooperativa en relación con el tema y la intervención del otro (Briz, 1997); por tal motivo, se considera que las grabaciones se hicieron en un contexto comunicativo habitual para el sujeto; fueron encubiertas, en el sentido de que no se dio a conocer el propósito lingüístico de la indagación. La transcripción grafemática se subordina al objeto y la finalidad del estudio, por tal razón, en esta investigación, se usaron las convenciones gráficas de Briz y el Grupo Val.Es.Co (2000).
U na vez señaladas en la muestra todas las unidades deícticas objeto de estudio, se pasó a analizar su comportamiento discursivo en cada uno de los textos seleccionados, a partir del significado que adquieren en cada contexto. De manera resumida los pasos seguidos se concretan en los siguientes:
• Selección de informantes y grabación de las conversaciones que constituyen la muestra.
• Transcripción grafemática de los textos.
• Localización de los referentes espaciales objeto de estudio.
• Análisis e interpretación de los resultados.
En las siguientes páginas se presenta el análisis de las expresiones deícticas objeto de estudio.
4. Interpretación de los resultados
El análisis que proponemos tiene en cuenta, como hemos apuntado, las particularidades de los deícticos espaciales derivadas de la situación en que aparecen. Además del significado o sentido que el texto comporta en sí mismo, se establece una peculiar relación con sus usuarios, los cuales, en la mayoría de las ocasiones, aportan nuevos elementos de significación intencional; como bien expresara Portolés (2003), todo discurso se compone de una parte puramente gramatical y de otra pragmática, obtenida gracias al contexto.
En (1), por ejemplo, se menciona un movimiento hacia el espacio enunciativo que nunca se produjo (nacieron aquí / no vinieron de ningún lugar) para indicar el origen de la tradición que se cuenta, aunque se proyecta, en otro momento, un cambio de localización espacial ( las exportamos nosotros hacia otros lugares) que legitima los hechos contados. Se puede realizar, además, en este caso, una lectura deíctica en el empleo del verbo exportar (al indicar un desplazamiento hacia una posición siempre distinta a la del hablante) , como también ocurre con el sustantivo extranjero en el ejemplo (2) (unas personas que se habían ido al extranjero):
(1) En esa zona / ahí en la esquina / se preparaba una gran olla donde todo el mundo aportaba a esa sopa/ los pedacitos de carne que lo amarraban en una soguita de pita y traían del matadero / que aportaban una vianda y demás / se cocinaba / en una fogata bien grande/ las personas buscaban la leña y se repartía entre todo el conglomerado de esta zona / se llamaba la sopa de los negros o la sopa de Los Hoyos // esas características son genuinas / son autóctonas / se tomaron de aquí y nacieronaquí / no vinieron de ningún lugar / sin embargo sí las exportamos nosotros hacia otros lugares…
(2) Se le quemó la casa / tuvieron que tumbar paredes / tumbar el techo / perdieron casi todo y tuvieron que sacar todas las personas que vivían aquí/ a la calle para protegerlos del fuego / para que no los devorara el fuego // el señor no tenía nada más que eso para vivir / pero un día le dieron una casa entre M y la otra calle / una magnífica residencia de unas personas que se habían ido al extranjero y le dieron la casa del señor…
El ejemplo siguiente (3) describe un movimiento en el espacio accesible visualmente desde la posición del hablante (corría para el lado, para el frente) que supone una lectura deíctica ( para el lado, para el frente del lugar en el que me encuentro ahora ). En este mismo fragmento, el empleo del adverbio (aquí) requiere información gestual adicional para precisar la referencia ( cuando se quemó el vecino de aquí):
(3) Yo nací aquí / me divertía en este barrio / corría para el lado / para el frente / nos sentíamos a gusto entre los vecinos / ellos venían y se sentaban a conversar sobre las cosas del momento // cuando alguien se enfermaba todos nos poníamos en función del enfermo / como cuando se quemó el vecino de aquí (*) de forma accidental…
En (4) merece comentarse el empleo del adverbio nominal intransitivoarriba, el cual es usado, en este contexto (podría así / por arriba decirte algunas cosas), con otro significado (podría así/ sin dar detalles / decirte algunas cosas); en (5), sí forma parte de una localización en el dominio vertical en la que el enunciador es el prototipo de la relación (porque arriba vivía un guardia de la dictadura) al colocarse en un punto inferior con respecto al sitio por ubicar:
(4) Yo recuerdo y sé de muchas estrellas del carnaval que eran de aquí mismo de Sueño / nacieron en Sueño y algunas aún viven en el reparto Sueño y uno vivía en la competencia de buscar las muchachas más lindas y Sueño siempre aportaba//podría así / por arriba decirte algunas cosas / todavía yo no estaba muy empinado pero yo sé que Vivian Suárez / la mamá de Bianet fue reina del carnaval / una muchacha de Sueño / Melbita fue reina del carnaval / nacida y criada en el reparto Sueño / también Grisel Carvajal, del reparto Sueño…
(5) Este barrio tiene su historia / ahí tenemos una compañera que vive en calle B nombrada Melba / yo vi quepasaba por el 26 con su esposo / estaban paseando y había una bomba/ nadie lo sabía / que explotó y la dañificó bastante / por poco muere / tenía mucha sangre por todo el cuerpo / hasta se desmayó // los casquitos pasaban por aquí con malas palabras / era insoportable como maltrataban a las personas en aquella época… Más adelante / en Independencia y Avenida de Céspedes había un establecimiento de jabón Rina / yo era una niña y jugábamos unos cuantos niñitos allí / ese día casualmente no fuimos y explotó una bomba / tremenda bomba porque arriba vivía un guardia de la dictadura…
En (6), la lejanía representa una cuantificación de la distancia entre el enunciador (ego) y la entidad referida ( la federación que es lejos); interesante resulta el significado de la expresión (ya después se fueron) pues la convergencia mental entre los interlocutores que guía la operatividad referencial de las representaciones deícticas permite interpretarla en otro sentido ( abandonaron el curso):
(6) Fui a la federación que es lejos / era la que estaba brindando el curso / me incorporé / fui al curso/ hablé con el profesor porque ya había empezado la clase el martes anterior // había bastante gente / ya después se fueron // hay veces que yo iba a la provincia a llevar informaciones yese día no podía dar la clase // entonces vinieron a aquí / el profesor hizo una coordinación con el oficial que hace las pruebas teóricas allá en Palma / él vino a aquí / nos evaluamos y fue que ya terminamos el curso / por eso te digo que todo ahora se resuelve…
En el ejemplo que sigue (7), se describe un trayecto ( tenía que caminar casi un kilómetro) que luego es precisado por medio de un demostrativo en función anafórica (← eso era un trillo por aquí y otro por allá) y adverbios demostrativos que señalan lo cercano y distante al hablante pero en una situación espacio-temporal distinta a la de su enunciación; de igual forma ocurre con los adverbios nominales transitivos (cerca, lejos) cuyo punto de referencia es la posición del hablante pero en el marco de la historia que cuentan (bastante lejos, más cerca):
(7) Yo vivía en un lugar donde no había casi casas / me acuerdo que yo bajaba a casa de una vecina y tenía que caminar casi un kilómetro y eso era un trillo por aquí / y otro por allá / a veces el mismo ruido del monte de día hasta te daba miedo caminar solo por esos caminos // ya cuando me casé jovencita me fui con mi esposo y construimos un ranchito bastante lejos // después nos fuimos para otro lugar porque empezaron a dar solares y ya estaba más cerca…
En (8), por su parte, el empleo de la preposición conceptualiza un recorrido que se focaliza en el punto de destino ( para seguir adelante); el adverbio, por su parte, señala una posición que tiene como referencia la existencia de órganos sensoriales concentrados en la parte frontal del cuerpo humano, lo cual permite relacionar la expresión en su conjunto con un trayecto sin retroceso que hace coincidir el hablante con su experiencia personal:
(8) En la finca siempre hubo de todo / café y todo tipo de alimentos y así vivimos saliendo a vender lo que se cosechaba para mantenernos y así he pasado toda mi vida hasta hoy/ luchando por mis hijos y haciendo lo que haga falta para seguir adelante…
La orientación interior/exterior se manifiesta en (9) por un lado, en una relación locativa de situación (en su casa) donde la preposición señala, en su significado principal, que la referencia incluye dentro de sus límites la entidad localizada (la gente) y por otro, la presencia del adverbio nominal intransitivo (afuera):
(9) Los casquitos pasaban por aquí con malas palabras / era insoportable como maltrataban a las personas en aquella época / como que ahora los policías le digan a la gente_todo el mundo con la puerta cerrada / en su casa, no quiero ver a nadie / no quiero ver a nadie afuera…
De igual forma, la situación hipotética en (10) permite que la dimensión exterior indicada por el adverbio (un día me quedo fuera) sea interpretada en otro sentido (un día pierdo el trabajo):
(10) No es que yo me vaya a dedicar a ser chofer / porque realmente es una opción que tengo/ un día me quedo fuera y quizás me dedique a manejar.
En (11) la señalización espacial realizada ( la gente está para afuera, en la calle) permite, a partir del empleo de las preposiciones, otorgar a la expresión en su conjunto un significado que apunta hacia lo subjetivo en el marco de las relaciones sociales; (la gente está para afuera) indica primeramente una localización en el espacio exterior que es precisada ( la gente está para afuera = en la calle), todo con el objetivo de dar a conocer las características de las personas que habitan el barrio y que han servido de argumento para su relato ( son comunicativas, sociables, extrovertidas):
(11) Este es un barrio donde la gente está para afuera / en la calle / la gente se comunica / se sirve, es un barrio solidario / a veces bullero / a veces complicado pero es un barrio realmente solidario.
En (12), por su parte, resulta interesante el empleo del verbo deíctico ( llevar), pues es usado en este contexto por el hablante para indicar permanencia en la región espacial donde se desarrolla la historia (esta provincia- llevo en ella). En (13), por su parte, el verbo llegar indica el punto final de un trayecto ( cuando llegué al noveno grado) que se hace corresponder con un determinado lapso:
(12) Esta provincia claro que me gusta y llevo en ella ya muchos años / te cuento / yo soy de Guantánamo y vine para acá cuando mi hijo tenía diecisiete meses de nacido…
(13) Me puso en la escuela de música en la Vasfuentes que es una escuela taller / no tiene mucho prestigio / para mí / fue muy importante en mi vida pero lamentablemente esta escuela no tiene mayor nivel / no está al nivel de otras escuelas de música en el país / cuando llegué al noveno grado no pude continuar / intenté pero Dios tiene el control de todo y él sabe las cosas...
El fragmento (14) describe una costumbre funeraria; puede notarse el uso de verbos direccionales (salir-entrar) en los que no solo se conceptualiza la trayectoria, sino que aparece además focalizada en el origen y el destino ( salen de su casa-entran en el cementerio-salen del cementerio). Otros aspectos que merecen comentarse son, por un lado, el empleo devolver en (se le despide el duelo / entoncesvuelve la conga) pues adquiere en este contexto otro significado (se le despide el duelo / entonces suena nuevamente la conga); y, por otro, el uso de subir en ( desde el primer momento del toque y están haciendo esas cosas se suben ), donde refiere cuestiones pertenecientes a la religiosidad popular y no desempeña su papel semántico al expresar relaciones espaciales:
(14) Cuando muere un músico de la conga / sea quien sea / lo primero que se le hace es un homenaje en su casa / en el lugar donde lo están velando/ allí la conga se reúne / tomamos el acuerdo de lo que vamos a hacer/ reunimos los músicos / lo uniformamos // entonces fijando el horario para salir / entonces la conga toca dos o tres números tradicionales y luego entonces salen tocando hasta el cementerio / entonces como está prohibido entrar por el público/ porque el público se pone muy malcriado/ la conga para/ entonces entran los instrumentos sin tocarlos / entonces se le despide el duelo / entonces vuelve la conga y las personas salen con ella // hasta la gent e/ el personal que baila se suben…
5. Conclusiones
Como bien se ha observado, la deixis no solo proporciona las coordenadas espacio-temporales del discurso, sino también las coordenadas pragmáticas de la enunciación que vienen dadas, entre otras, por las intenciones del hablante, el oyente y la situación comunicativa; los anteriores aspectos permiten mostrar la relación entre los diferentes elementos lingüísticos que configuran el texto y el contexto en que es utilizado; precisamente es desde esa óptica que debe valorarse y describirse la emergencia discursiva de los deícticos en los textos orales, tal como hemos descrito en la presente investigación.
Los ejemplos comentados han permitido mostrar que el contenido semántico de los deícticos, espaciales en este caso, va más allá de la simple localización (yo, aquí, ahora) establecida por el hablante en cada acto comunicativo. La presencia del locutor en tal proceso hace que cada instancia del discurso se constituya en un centro de referencia interna, manifestada por formas lingüísticas que revelan las condiciones de su producción y funcionan en la lengua como unidades que adquieren valor a través de la actualización momentánea que les confiere el enunciado en que aparecen.
Los distintos valores semánticos y discursivos que hemos comentado, a partir de los cuales el locutor consigue transmitir varios efectos de sentido dependiendo de su intención comunicativa y de su subjetividad constituyen dominios conceptuales fundamentales en el pensamiento humano que permiten al hablante, en el acto de enunciación, estructurar la realidad de la que forma parte y localizarla por medio de estos índices específicos.
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Referencias
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Cifuentes Honrubia, J. L. (1989). Lengua y espacio. Introducción al problema de la deixis en español . Alicante: Universidad de Alicante.
Coseriu, E. (1978). Gramática, semántica y universales. Madrid: Gredos.
Escavy Zamora, R. (2009). Pragmática y textualidad. Murcia: Ediciones de la Universidad de Murcia.
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Lenarduzzi, R. (2017). Deixis locativa y modalidad en el discurso oral del español. marcoELE. Revista de Didáctica Español Lengua Extranjera, 1(24) Recuperado de https://marcoele.com/descargas/24/10.sistema-codificacion-interpretacion-lenarduzzi.pdf
López Morales, H. (1994). Métodos de investigación lingüística. Salamanca: Ediciones Colegio de España.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros.
Portolés, J. (2003). Pragmática y sintaxis. Círculo de lingüística aplicada a la comunicación, 16, 42-54. Recuperado de http:// www.pendientedemigracion.ucm.es/info/circulo/no16/portoles.htm .
Fecha de recepción: 22/09/2021
Fecha de aceptación: 30/11/2021
[1] Su definición recorre la historia de la lingüística como ciencia y permite establecer correlación con los presupuestos teóricos que caracterizan las diferentes corrientes epistemológicas que sobre el lenguaje se han suscrito. Un primer momento que abarca los aportes de la antigüedad hasta el estructuralismo, un segundo que comprende desde el estructuralismo a la lingüística textual y finalmente el tercero, que indaga sobre la perspectiva pragmática en la que precisamente se inscribe el presente estudio.
[2] Son también adverbios demostrativos en lengua española los de tiempo (ahora, entonces, hoy, ayer, mañana, anoche), de cantidad o grado (así, tanto) y de manera (así) (RAE, 2009, p. 1311).
[3] Se les ha asignado esta denominación pues los adverbios nominales aunque poseen características que los relacionan con las preposiciones se vinculan, en otros casos, con el nombre (Eguren, 2000, p. 600).
[4] En la perspectiva inherente lo que sirve como punto de referencia para la localización espacial es una determinada dimensión o cara del objeto localizante o base (Cifuentes, 1989, p. 99).
[5] Esta decisión es avalada con el criterio de López Morales (1994) en cuanto a que el investigador tiene marco libre para acotar sus propios estratos en relación con el tema de estudio.