La asociación lasallista en América Latina: Antecedentes del Seminario-Taller de la Familia Lasallista de la RELAL (1989)

 

The Lasallian association in Latin America: Background of the Seminar-Workshop of the Lasallian Family of RELAL (1989)

 

Resumen

Este artículo tiene el fin de reconstruir las estrategias cercanas al tiempo de los acontecimientos del Seminario-Taller de la Familia Lasallista en Conocoto del año 1989 que fueron implementadas con el fin de desarrollar y fortalecer la asociación lasallista en los distritos de la RELAL, haciendo énfasis en su triple propósito: Formativo, apostólico y de gobierno. Para ello se hizo una investigación documental en la que se empleó un corpus de fuentes entre las que destaca el Boletín de la Región Latinoamericana Lasallista, que fue consultado en la Biblioteca del Noviciado Interdistrital de Nuestra Señora de Lourdes, en Lagos de Moreno, Jalisco (México). Así pues, como resultado de la labor de investigación, se presenta el recorrido histórico que va desde las primeras asociaciones de antiguos alumnos de los Hermanos de la Salle en Francia, hasta la creación del concepto de la Familia Lasallista y la publicación de la Carta a la Familia Lasallista. Además, se identifican a los actores y destinatarios de estas acciones, a las instituciones lasallistas participantes, las reflexiones hechas para el logro de los objetivos y los antecedentes.

Palabras clave: Hermanos de las Escuelas Cristianas, Asociación Lasallista, Congregaciones Educadoras

 

Abstract

This article aims to reconstruct the strategies close to the time of the events of the Lasallian Family Seminar-Workshop in Conocoto in 1989 that were implemented in order to develop and strengthen the Lasallian association in the districts of the RELAL, emphasizing in its triple purpose: Formative, apostolic and government. For this, a documentary investigation was carried out in which a corpus of sources was used, among which the Bulletin of the Lasallian Latin American Region stands out, which was consulted in the Library of the Interdistrict Novitiate of Our Lady of Lourdes, in Lagos de Moreno, Jalisco (Mexico). Thus, as a result of the research work, the historical journey is presented that goes from the first associations of alumni of the De la Salle Brothers in France, to the creation of the concept of the Lasallian Family and the publication of the Letter to the Lasallian Family. In addition, the actors and recipients of these actions, the participating Lasallian institutions, the reflections made to achieve the objectives and the background are identified.

Keywords: Brothers of the Christian Schools, Lasallian Association, Teaching Congregations

 

 

Fecha de recepción: 7 de enero de 2024

Fecha de aceptación: 15 de abril de 2024

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La asociación lasallista en América Latina: Antecedentes del Seminario-Taller de la Familia Lasallista de la RELAL (1989)

 

Larisa González Martínez*

 

Introducción

 

La segunda mitad del siglo XX fue un período de profundos cambios para la Iglesia católica, en los cuales el Concilio Vaticano II fue crucial. Así, la constitución dogmática Lumen Gentium que resultó del concilio estableció, entre otras cosas, que el apostolado de los seglares constaba en participar “en la misma misión salvífica de la Iglesia”, para lo cual debían colaborar con la Iglesia católica “en aquellos lugares y circunstancias” en los cuales ellos podían actuar, dada su condición de personas no poseedoras de votos u órdenes sagradas (Lumen Gentium IV: par. 33).

 

El ámbito educativo fue un entorno en el que los laicos podían actuar con la Iglesia o a favor de ella. Es por esta razón que las congregaciones religiosas dedicadas a la educación y sus instituciones escolares tuvieron que hacer frente a toda una serie de transformaciones, con el propósito de establecer sinergias con los seglares. Un ejemplo de esto sucedió en el instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, cuyo carisma se enfoca en la labor educativa, desde que fue fundado en Francia, concretamente en el año de 1680, por Jean-Baptiste de la Salle.

 

Y es que, durante la segunda parte del siglo XX, en este instituto religioso de carácter educativo se manifestaría un destacado fenómeno: la asociación lasallista. Para definirla, es necesario decir que este proceso se refiere a la incorporación cada vez mayor de los seglares al trabajo, la toma de decisiones, la organización y la vivencia de la espiritualidad del instituto. Por lo anterior, puede decirse, también, que con la asociación lasallista se buscaba una mayor integración entre los laicos y los religiosos de la Salle. Para comprender a la asociación lasallista de una mejor manera, hay que mencionar, que lo que la distingue es el carisma de este instituto religioso, que da lugar a una identidad y una misión compartidas y se comporta como un relevante elemento de cohesión que, a su vez, dejó de ser un asunto del exclusivo interés de los Hermanos de la Salle, para extenderse a una diversidad importante de personas y grupos de todo el mundo.

 

            Considerando el panorama previamente expuesto, y con el fin de proporcionar más elementos de análisis, en este punto es necesario mencionar que el presente artículo se centra en la Región Latinoamericana Lasallista (RELAL). Este texto es el primero de una serie de escritos cuyo objetivo es el estudio del Seminario-taller de la Familia Lasallista, que fue organizado por la RELAL y que se realizó entre el 12 y el 22 de octubre de 1989 en Conocoto, Ecuador.[1] Y es que, apenas unos meses antes (concretamente el 2 de febrero de 1989), desde el gobierno central de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Roma se había publicado y difundido la Carta a la Familia Lasallista. Este importante documento que se dirigió a los religiosos de la Salle y a los seglares por igual por primera vez en la historia del instituto, fue un parteaguas en el largo camino para el desarrollo y establecimiento de la asociación lasallista, pues fijó directrices.[2] La importancia del Seminario-Taller de la Familia Lasallista de Conocoto radica, entonces, en que este evento estuvo muy cercano al tiempo de publicación de la Carta a la Familia lasallista.

 

            Teniendo como telón de fondo el Seminario-taller de la Familia Lasallista de 1989, el objetivo de este trabajo es reconstruir las estrategias cercanas al tiempo de los acontecimientos de Conocoto que fueron implementadas con el fin de desarrollar y fortalecer la asociación lasallista en los distritos de la RELAL, haciendo énfasis en su triple propósito: Formativo, apostólico y de gobierno. Así pues, en este ejercicio de proporcionar evidencia y ordenar la sucesión de acontecimientos para completar el conocimiento de las estrategias destinadas a la asociación lasallista en los distritos de la RELAL, se identificarán actores y destinatarios de estas actividades, las instituciones lasallistas participantes, las reflexiones para el logro de las metas planteadas y los antecedentes situados en el plano lasallista internacional.

 

            Aquí es obligatorio aludir a la problemática de que no es sencillo para el historiador académico localizar fuentes lasallistas y acceder a ellas. No obstante, para la realización de este trabajo se pudo contar con un corpus documental en el que hay toda clase de documentos (los menos de los cuales fueron localizados en la Casa Provincial La Salle del Distrito México-Norte en Monterrey, Nuevo León y la biblioteca de la Comunidad del Instituto Regiomontano Cumbres de la Salle de Monterrey, Nuevo León), como aquellos generados desde el gobierno central del instituto en Roma, ya sea por el Consejo General o por el Hermano Superior General. Entre este conjunto de fuentes destaca, sin embargo, el Boletín de la Región Latinoamericana Lasallista, que fue consultado en la Biblioteca del Noviciado Interdistrital de Nuestra Señora de Lourdes, en Lagos de Moreno, Jalisco (México). Finalmente, cabe señalar que, entre los boletines empleados, sobresale el número 48, especialmente dedicado a la Familia Lasallista.

 

De las sociedades de antiguos alumnos a la Carta a la Familia Lasallista

 

Es posible establecer de forma clara que el antecedente directo de la asociación lasallista (incluyendo la desarrollada en la RELAL) fueron las sociedades de antiguos alumnos, cuya existencia puede rastrearse hasta la Tercera República Francesa (1870-1940). Así, en 1904, y en un ambiente de tensión e incertidumbre como resultado de las normas educativas laicistas y profundamente anticlericales de Émile Combes (1835-1921), los Hermanos y los laicos se organizaron para defender la escuela católica, un esfuerzo que se manifestó en ese mismo año a través de la primera reunión de las Asociaciones de antiguos alumnos (Amicales des anciens élèves). De hecho, hasta el año de 1914, los Hermanos de la Salle tuvieron una participación verdaderamente preponderante en la formación de este tipo de asociaciones y movimientos. Una clara muestra de esto fue, inequívocamente, la manera en la que se nombraron las reuniones y los congresos de la época sobre el tema, en los que la presencia lasallista era predominante: Congreso de asociaciones de antiguos alumnos de los Hermanos y de instituciones y escuelas libres católicas (Congrès des Amicales des Anciens élèves des Frères et des institutions et écoles libres catholiques) (Teinturier, 2009: 2-4).

 

Una prueba más del gran compromiso lasallista con las asociaciones de antiguos alumnos tuvo oportunidad de manifestarse en Marsella en el año de 1922. Es en esta fecha y en este lugar que se retomó la costumbre de realizar congresos nacionales de asociaciones de antiguos alumnos (Congrès nationaux des Amicales des Anciens élèves) con el decidido apoyo de los Hermanos de la Salle y sus exalumnos. A su vez, se puede afirmar que la posterior Federación de antiguos alumnos (Fédération des anciens élèves) que surgiría en Francia provino del trabajo intenso previo a la Primera Gran Guerra que habían realizado los lasallistas para establecer este tipo de iniciativas destinadas a la organización y la acción de los seglares (Teinturier, 2013: 181, 598).

 

Las sociedades de antiguos alumnos pronto se extenderían en el universo lasallista, surgiendo en centros escolares de diversas partes del mundo. Si bien el 38° Capítulo General de 1956 no dedicaría muchas reflexiones a las asociaciones de exalumnos, sería el 4 de octubre del año 1958 que se fundaría la Confederación Mundial de Antiguos Alumnos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, en una reunión con más de 6000 invitados que formaba parte de las actividades del Primer Congreso Mundial de Exalumnos de ese mismo año, en Bruselas, Bélgica. La aprobación de los estatutos de la Confederación llegó el 13 de septiembre de 1960, durante el Congreso de Roma, al cual le seguirían uno en Barcelona en el año de 1964, otro más en Canadá en 1967 y el Congreso de Buenos Aires de 1972.[3]

 

Es por estos años que comienza a gestarse un importante concepto que sería utilizado para englobar a la totalidad de los asociados al instituto de los Hermanos: la Familia Lasallista. Así, las fuentes provenientes de los religiosos de la Salle mencionan que en 1975 el Hermano Superior General Charles Henry (1909-1982) ya usaba esta idea en sus discursos, al igual que el Vicario José Pablo Basterrechea (1917-1995), quien posteriormente también sería Superior General. A su vez, en 1976, el Capítulo General manifestó que los Hermanos debían compartir con otros miembros de sus comunidades educativas su espiritualidad y la animación de sus obras, a la vez que tenían el compromiso de acompañarlos para tal efecto.[4]

 

Es en 1976 que también se da un importante paso en el tema de la Familia Lasallista, durante el sexto Congreso de la Confederación Mundial de Antiguos Alumnos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que se llevó a cabo en Malta. Este hito consistió en presentar a la Asamblea de dicha organización una propuesta para modificar los estatutos, de tal forma que la organización pasaría a ser la Confederación Lasallista Mundial, con el propósito de dar cabida a las personas interesadas en el carisma y la misión lasallista, fueran exalumnos de los centros de los Hermanos de la Salle o no.[5]

 

A este destacado acontecimiento le seguiría el 7° Congreso Mundial de París de 1980, que puede considerarse el segundo desde que se hizo el cambio a la Confederación Lasallista Mundial. A su vez, en la reunión intercapitular de 1981 se analizó la apertura a los seglares, después de la cual tendría lugar el Congreso Mundial de México de 1984, que fue el tercero desde los cambios de 1976. Por otra parte, del 28 al 30 de diciembre de 1985 se realizó una reunión en Roma de la Comisión Mixta Instituto-Familia Lasallista, la cual fue presidida por el Hermano y Consejero General Patrice Marey y en la que estuvieron presentes 6 Hermanos y 6 seglares. La relevancia de esta reunión radica en que se elaboró un informe dirigido al 41° Capítulo General, en el que se mencionaba la importancia de los seglares para la Iglesia y el instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.[6] Estos avances no se detendrían, de tal forma que unos años después, en 1989, se publicaría la Carta a la Familia Lasallista, con la cual se vincularían los sucesos analizados en el presente artículo.

 

La asociación lasallista en la RELAL: Antecedentes del Seminario-taller de la Familia Lasallista en Conocoto, Ecuador desde la perspectiva del distrito de Antillas

 

Las fuentes lasallistas tratan con detalle las actividades, políticas y medidas que los diversos distritos de la RELAL habían implementado para desarrollar y encauzar la asociación lasallista, tratando de involucrar cada vez más a los seglares. Por tanto, con relación a las Antillas, puede saberse que había un importante proceso de formación a través de instrumentos como el Encuentro Juvenil Lasallista, la Formación Integral Lasallista (FIL), las Semanas Pedagógicas que se realizaban al inicio del curso y la Jornada de Integración de Hermanos y Seglares (INTHERSEG).[7]

 

Este último instrumento es interesante, pues había sido fructífero, al grado de que ya se habían realizado cinco eventos de este tipo de carácter distrital (además de otros denominados MINI-INTHERSEG, con duración de un día) antes del Seminario-Taller de la Familia Lasallista de 1989 en Conocoto, Ecuador. Cabe señalar que el público asistente a estas reuniones de tres días, había sido muy variado, pues acudieron Hermanos y padres de familia, además de varios representantes del personal empleado en obras lasalianas como profesores seglares, administrativos y personal auxiliar de apoyo. Hay que añadir, que por una decisión que se tomó en el INTHERSEG de Conocoto en 1983, en el Distrito de Antillas se realizaron dos tipos de eventos: uno para jóvenes y otro para adultos.[8] En este punto debe decirse que llama la atención que las acciones para el desarrollo de la asociación ya no sólo estaban dirigidas hacia los exalumnos, tal y como venía sucediendo a lo largo y ancho del universo lasaliano por lo menos desde 1976, con el nacimiento de la Confederación Lasallista Mundial.

 

En cada INTHERSEG se hacía uso de un símbolo bíblico al que se hacía referencia a lo largo de todo el evento, además de que había dinámicas de integración, momentos de oración compartida, temas de formación sobre diversos aspectos de la espiritualidad y la misión lasallista, una mañana de retiro (o desierto), sesiones para compartir experiencias, reuniones para la elaboración de proyectos comunitarios, una noche de convivencia, un proceso de evaluación final y recomendaciones para el futuro.[9]

 

Otra estrategia implementada en el distrito de Antillas fue la Escuela para Padres, que se llevaba a cabo en Bayamón Puerto Rico desde 1983, y para la cual se seguía lo establecido en los libros del mismo nombre que los Hermanos de Madrid habían publicado a través de la Editorial Bruño. Asimismo, para padres y exalumnos había unas Jornadas Estudiantiles, además de una Escuela de Líderes para el nivel superior,  por no hablar del hecho de que siempre se buscaba la oportunidad de ofrecer catequesis a todos los miembros de la Familia Lasallista, como en la Semana de Puerto Rico y la Fiesta de Nuestra Señora de la Providencia, o bien, a través de una misa mensual familiar, durante la cuaresma, el rosario viviente de octubre, al inicio y al final de los semestres escolares y en el Día Familiar, en el cual destacaba la renovación de votos matrimoniales. En este panorama las iniciativas apostólicas no estaban fuera de los planes para fortalecer la asociación lasallista, de tal forma que se hacían actividades y colectas para las misiones, entre ellas, las organizadas por instituciones lasallistas.[10]

 

Sobre Bayamón, Puerto Rico existe información sobre la manera en la cual los seglares participaron del gobierno de los centros escolares lasallistas, tal y como ocurrió en el Colegio de Bayamón a través de la Asociación de Padres y Maestros, que nació junto con este centro escolar. De esta manera, el director de la escuela se acompañaba de un representante de los profesores, un representante de los alumnos, dos padres y madres de familia que representaban a cada grupo de estudiantes, además de un comité asesor con padres y madres de familia de exalumnos. Cabe señalar que en la asociación también participaban Hermanos, profesores, estudiantes y antiguos alumnos de Cuba y Puerto Rico.[11]

 

Existen detalles que permiten conocer las actividades de esta asociación, que durante su primer cuarto de siglo recaudó fondos para la construcción, mantenimiento y mejoramiento del colegio, o bien, para becas. En esta historia, el año escolar 1986-87 es señalado como un parteaguas en la asociación, pues se eligió a una mujer para encabezar esta agrupación por primera vez, además de que en las bodas de plata del colegio los integrantes de la asociación de padres y maestros participaron en un INTHERSEG en República Dominicana, después de lo cual “comenzaron a dar a conocer a La Salle fuera de los límites del colegio por medio del servicio”. Esto facilitó el surgimiento de ideas como el “Proyecto Brisas”, en el cual se comenzó a proporcionar ayuda a madres solteras y las visitas al hogar CREA, para jóvenes en rehabilitación. Por otra parte, en las reuniones mensuales de esta asociación comenzaron a discutirse temas formativos sobre diversos aspectos, entre ellos los lasallistas.[12]

 

Las actividades de catequesis no fueron ajenas, para lo cual se siguieron estrategias como las fraternidades Signum Fidei y la Misionera Lasallista, además de agrupaciones destinadas a la asociación.  La edición de libros también fue muy importante, mediante títulos como El ministerio educativo lasallista, Jesús, el desafío, El desafío de ser educador, El desafío de ser joven y De la mañana a la noche, todos los cuales fueron escritos por el religioso lasallista Alfredo Morales.[13]

 

Llama la atención que las fuentes lasallistas mencionan que “el reto más grande” era “mantener vivo el Evangelio” entre los alumnos, además de que se buscaba proporcionarles desde muy corta edad “armas para combatir el secularismo rampante, los vicios de todo tipo (materiales y espirituales)”, con el fin de que fueran “miembros sanos del cuerpo de la Iglesia” con el propósito de que pudieran “ayudar a sanar a los miembros enfermos”.[14]

 

Este último fragmento resulta profundamente interesante, dado que retrata un aspecto muy relevante presente en los institutos de la Iglesia católica dedicados a la educación: la reacción que la Iglesia hizo, a través de éstos, hacia los procesos de secularización que se vivieron en las sociedades, muy especialmente a finales del siglo XIX y buena parte del siglo XX (Vanderstraeten, 2014: 494). De entre esta amplia gama de procesos, el secularismo, o reducción de la importancia de la religión en el ámbito de lo público, propició que entre los religiosos educadores hubiera una preocupación por “representar y difundir los valores religiosos en un mundo en proceso de modernización y secularización” (Vanderstraeten, 2014: 494).

 

Y es que estas posturas conservadoras veían con profundo recelo a “los valores liberales de la modernidad” (Martínez Villegas, 2018: 263), que junto con la laicización y la secularización favorecían la descristianización, es decir, el “olvido de Dios”, el alejamiento “de las buenas costumbres morales”, los cambios en las esferas pública y privada, la pérdida de espacios de acción e intervención para la Iglesia y la religión católica, etcétera (Cavieres Figueroa, 2017: 253-254; Martínez Villegas, 2018: 265, 270-271). Ante este panorama no sorprende, entonces, que la Iglesia, a través de sus instituciones educadoras y los centros escolares que operaban, manifestara un sentimiento de reconquista de este secularizado y cambiante mundo moderno, mientras veía como urgente la necesidad de santificar y reconvertir a los miembros de la sociedad. Para esto último, la educación se vislumbraba como una herramienta muy eficaz para incidir en el pensamiento y en el actuar de las personas (Vanderstraeten, 2014: 500; Martínez Villegas, 2018: 271) que, en un primer momento, podían ser los alumnos y, después, los miembros de sus hogares y los empleados de los centros católicos de educación. Con la asociación lasallista es posible visualizar que esta influencia, también, pudo haberse extendido a otros sectores de la sociedad, muchísimo más allá del universo lasaliano y su área de influencia más inmediata.

 

Antecedentes en el distrito de Argentina

 

En la Argentina, la formación de los laicos en la espiritualidad lasallista fue medular, de tal forma que los antecedentes pueden rastrearse hasta el año 1965, en el que los religiosos de la Salle se reunieron con los profesores de sus centros educativos, con el propósito de crear el movimiento llamado “Educadores lasallanos argentinos”. Esta iniciativa no se concluyó, aunque las cosas volvieron a encausarse mediante la intervención de los Hermanos Miguel Campos y Michel Sauvage, además de la realización de publicaciones, cursos y retiros, y la participación de los Hermanos en el Seminario Latinoamericano de Espiritualidad y en el CIL.[15]

 

Finalmente, es en 1977 que el Capítulo del Distrito lanza iniciativas para la pastoral de formación de docentes seglares. Sin embargo, esta intención en un inicio seguía un plan riguroso, hasta febrero de 1979, año en el que se llevó a cabo la primera Semana de espiritualidad lasallana (SEDEL), que se enfocó primordialmente en los docentes, si bien los padres de familia también recibieron atención. Hasta 1989 se llevaron a cabo una cantidad importante de “SEDELES”, que tenían una duración de un par de días y que eran de dos tipos: los de iniciación o primer nivel, que se llevaban a cabo en cada colegio, y los de profundización, que solían ser regionales.[16]

 

Dentro de esta breve historia, febrero de 1989 fue importante, pues se llevó a cabo el SEDEL del Centenario, en el que pudieron reunirse los animadores y conductores de los colegios lasallistas en Argentina. Este encuentro permitió la reflexión de la expresión “juntos y por asociación” que definiría el trabajo entre Hermanos y seglares, que tenía varios ejes. Entre ellos destacaba la opción por los más necesitados en diversos sectores, zonas, centros y barrios, especialmente en el norte del país, ejemplo de lo cual fueron las iniciativas apostólicas que se materializaron en las obras que se establecieron en Jujuy y Campo Gallo, los centros comunitarios, los equipos de ayuda fraterna y los esfuerzos encaminados a la reflexión y los proyectos de educación popular. Hay que añadir que el impacto generado por el SEDEL del Centenario se sumó al interés despertado por la publicación de la Carta a la Familia Lasallista y la visita hecha al distrito por el Hermano Genaro Jesús Sáenz de Ugarte e Iriarte, resultado de lo cual fue una búsqueda por la integración de grupos de catequistas, exalumnos y padres de familia, entre otras agrupaciones seglares.[17]

 

En este punto es necesario destacar que, en Argentina, los proyectos de asociación entre Hermanos y seglares también se encaminaron hacia el ámbito de la administración de los colegios y de otras instancias al interior del distrito, dando lugar a iniciativas de gobierno. Así, por ejemplo, la formación de los profesores permitió que los cargos directivos de los centros educativos de la Salle pudieran delegarse a seglares, aunque este proceso fue gradual. Por ello, primero se otorgó a los laicos la dirección de algunas secciones de los colegios, hasta llegar a involucrarlos en los ámbitos pastorales, pedagógicos y administrativos de las escuelas, aunque los Hermanos siguieron apoyando de forma importante, lo que dio lugar a un proyecto de carácter colegiado.[18]

 

Es necesario detenerse en el punto arriba expresado, dado que llama la atención encontrar referencias explícitas sobre la dirección y el liderazgo seglar en puntos clave del gobierno de las instituciones lasallistas, fuera de los espacios y las agrupaciones en los que tradicionalmente se admitió que los laicos asumieran cargos de responsabilidad, como las sociedades de padres o madres de familia. Y es que esta referencia sobre el distrito de Argentina, contrasta fuertemente con lo expresado por los Hermanos apenas unos años antes, en 1987. Para explicar esta cuestión hay que remitirse a la propuesta misionera que el Hermano Superior General, John Johnston y el Hermano Vicario General, Genaro Sáenz de Ugarte elaboraron para los Hermanos de la RELAL. En dicho documento se habla de los “momentos difíciles” que pasaba el instituto, el cual, “en medio de una gran fragilidad”, presentaba “temores diversos”, entre los que se señala el de “la apertura a los laicos”.[19]

 

Considerando estas palabras, es necesario visualizar que, quizá, la integración entre los seglares y los religiosos de la Salle en la Región Latinoamericana Lasallista no fue del todo natural, fluida o pacífica. De hecho, es muy probable que el temor, la fricción y la duda se presentaran a lo largo de los años en los que se buscó consolidar la asociación lasallista en la RELAL, como ocurrió en otros espacios educativos católicos en los que los seglares no fueron aceptados sin reservas por parte de los religiosos debido a diversos factores (Vanderstraeten, 2014: 509). Y es que, indudablemente, la contratación de maestros seglares resultaba más costosa para los colegios católicos, además de que se temía que los miembros del personal seglar no contaran con la calidad moral, el fervor, la religiosidad y la espiritualidad de sus pares consagrados (Chapman y O'Donoghue, 2007: 563; Vanderstraeten, 2014: 507, 509). Por otra parte, no se puede descartar el surgimiento de conflictos dadas las estructuras jerárquicas y verticales de los colegios católicos que eran un reflejo de la estructura de la Iglesia misma, y en las cuales los religiosos mantenían los liderazgos y se encontraban en los principales puestos jerárquicos, ante lo cual los seglares buscaron un lugar, pero, también, agencia en la toma de decisiones.

 

Hay que añadir que, en el momento en que se llevó a cabo el primer SEDEL, se elaboraron los llamados Lineamientos básicos de la Escuela Lasallana en Argentina, en cuya creación participó el personal de los centros escolares de los Hermanos. La importancia de este documento radica en que para el año de 1989 el Distrito de Argentina buscaba que estos importantes lineamientos orientaran la reelaboración de los proyectos educativos de los colegios lasallistas de este territorio de gobierno, un proyecto que se llevaría a cabo con la intervención de todos los integrantes de las comunidades educativas.[20]

 

Cabe señalar que los seglares que estaban más comprometidos con la obra lasallista en Argentina pudieron hacer llegar al Capítulo provincial sus ideas, inquietudes y opiniones sobre su integración y participación, para lo cual se hizo uso de un sistema de encuestas, aunque, también, algunos de ellos participaron en el evento de forma presencial, durante una de sus jornadas. No obstante, la presencia de laicos en el gobierno del distrito no se limitó a lo ya expuesto, pues hubo seglares trabajando con Hermanos en las comisiones distritales, en las cuales intervenían en las numerosas áreas de la vida de los centros escolares lasallistas como la pastoral juvenil y docente, la catequesis, o la pedagogía.[21]

 

Brasil: hacia la asociación lasallista en los distritos de Porto Alegre y Sao Paulo

 

Para comprender lo realizado en Porto Alegre para favorecer y desarrollar la asociación lasallista, hay que remitirse a los albores de la década de 1970. Es en este momento que en Tramandaí tuvo lugar una reunión de un grupo de alumnos, exalumnos, padres, profesores, funcionarios y Hermanos, que se dedicaron a “reflexionar, discutir y orar sobre asuntos relacionados con la buena marcha de la escuela lasallista, en cuanto institución cristiana, llamada a dar formación integral al educando”.[22]

 

Si bien no siempre acudieron las mismas personas que estuvieron presentes en esta primera reunión, con el paso del tiempo se fueron llevando a cabo otras juntas similares. Finalmente, a finales de la década de los setenta, lo que se fue nombrando la Comunidad Educativa Lasallista elaboró el Documento de Tramandaí, que fue para el distrito de Porto Alegre “un instrumento de reflexión sobre la Comunidad Educativa Lasallista para los eventuales miembros que se incorporaran, explicando la filosofía, los objetivos, la pedagogía y espiritualidad de la escuela lasallista”. Cabe señalar que la propuesta educativa de este documento se basaba en la espiritualidad y la pedagogía de Jean-Baptiste de La Salle, tenía una clara inspiración cristiana y proponía una formación fundamentada en cuatro principios: La conciencia crítica, lo que se llama una libertad bien entendida, la integración o comunión y la participación, es decir, el servicio.[23]

 

En la década de los ochenta, partiendo de la idea de que el Documento de Tramandaí era un “instrumento esencialmente dinámico y nunca estático”,[24] durante los encuentros de las Comunidades Educativas Lasallistas se tomó la decisión de que el instrumento que establecía los principios de la educación lasallista recibiría el nombre de Marco Referencial, el cual, a su vez, se constituiría en el Proyecto Educativo de la Escuela Lasallista.[25]

 

Aquí es necesario mencionar que, en el distrito de Porto Alegre, el Hermano Provincial y su Consejo aprobaron unánimemente un plan de Formación del Laico Lasallista, con el que procuraron responder a las inquietudes de ciertos seglares. Así pues, inspirada en Jean-Baptiste de la Salle esta formación estaba orientada hacia quienes compartían “la misión con los Hermanos” y debía “partir de la vida, insertarse en la historia y realizarse en la praxis”. Hay que decir que los contenidos se dividían en tres áreas, la primera de las cuales era la humana, por lo cual se incluían temas de educación, psicología, antropología, historia, sociología y política. En el plan de formación había también un área cristiana, que comprendía temas como cristología, eclesiología, sacramentos, liturgia, moral cristiana, iniciación bíblica e historia de la salvación. Finalmente, en la llamada “área lasallista”, se proporcionaba información sobre “La Salle, su carisma y obra, vocación y misión del educador lasallista hoy, pedagogía y espiritualidad lasallista”.[26]

 

Para perfilar y explicar de una mejor manera el Proyecto de formación del laico lasallista del Distrito de Porto Alegre, hay que decir que se desarrollaba en cuatro etapas que tenían una duración de una semana cada una, además de que se realizaba en un régimen de internado, ejercitándose durante un tiempo de diez horas. Estas sesiones ocurrían “una semana en febrero y otra en julio del primer año, culminando en noviembre en un retiro de dos días, con un esquema similar en el segundo año”.[27] Dado que entre cada una de las etapas había intervalos, se planeaban encuentros locales, para lo cual se tomaba en consideración la proximidad de los asistentes. Estas reuniones tenían el propósito de facilitar la reflexión, el intercambio de experiencias, la oración y las lecturas indicadas por los responsables de los cursos.[28]

 

Los documentos lasallistas señalan, a su vez, que estaba “en estudio el acompañamiento de los formandos, el primer grupo de los cuales, integrado por 40 personas”, concluiría en noviembre de 1990 la cuarta etapa de su formación. Estas fuentes refieren, además, que había un certificado de extensión universitaria por 200 horas académicas auspiciado por el Centro Educacional de Enseñanza Superior La Salle, de Canoas. La intención era proporcionar este documento a todos los formandos que concluyeran las cuatro etapas del plan, a fin de que tuvieran “su enseñanza secundaria completa”.[29]

 

Hay que añadir que el Centro Educacional de Enseñanza Superior La Salle ofrecía un curso de posgrado en lasallismo, que tenía una duración de 400 horas, con el cual se obtenía un certificado de posgrado en metodología de la enseñanza. Para ser admitido en este programa se exigía “el deseo explícito de hacerlo, graduación universitaria e invitación del Hermano Provincial”[30]. Los temas tratados en este posgrado eran la vida, pedagogía y espiritualidad de La Salle, didáctica, psicología, filosofía, antropología, historia de la educación y disciplinas de metodología científica. A fin de acompañar a los formandos e intercambiar experiencias, se realizaban dos encuentros de un día a lo largo del año. Es importante señalar que para 1989 tenían posgrado en lasallismo 20 integrantes de la Comunidad Educativa Lasallista.[31]

 

No es posible avanzar en la narración de los antecedentes en Brasil del Seminario-Taller de Conocoto en 1989, sin detenerse en las estrategias formativas arriba expuestas, que permiten ver la enorme preocupación que había entre los religiosos de la Salle por capacitar y educar a sus seglares, por lo cual dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a esta tarea. La explicación para estas acciones de acompañamiento, dirección e instrucción no es otra que el interés de los lasallistas por preservar las ideas y los valores de la educación católica (además de su propia espiritualidad) que se promovía en sus colegios.

 

Sobre esto, algunos autores afirman que entre los educadores católicos consagrados había un cierto miedo de que los laicos propiciaran un cambio fuerte en la identidad de las escuelas católicas, especialmente cuando se trataba de su participación en puestos de responsabilidad, liderazgo, dirección y toma de decisiones. Por otra parte, no hay que olvidar que, en el siglo XX, las exigencias del Estado en materia educativa comenzaron a generar presión sobre los centros educativos católicos, lo cual se sumó a las expectativas de la clientela de los colegios. Y es que, el gobierno y los usuarios de los servicios educativos ofrecidos por la Iglesia comenzaron a valorar el cumplimiento de indicadores y estándares nacionales e internacionales, además de que daban gran importancia a los criterios estrictamente educativos, por encima de los valores religiosos y morales que eran distintivos de las escuelas católicas (Vanderstraeten, 2014: 509).

 

En otro orden de ideas, hay que decir que, para entender lo sucedido en el distrito de Sao Paulo, es necesario remitirse al 41° Capítulo General, que detonó “un proceso de mentalización acerca de la Familia Lasallista entre los Hermanos y en toda la comunidad educativa”.[32] A ello contribuyó notablemente, también, la labor del Hermano provincial, quien hacía “leer el mensaje del Capítulo General a la Familia Lasallista” en sus visitas a cada una de las comunidades del distrito. Como resultado de lo anterior, ocurrió un proceso a tres niveles: en las comunidades, a escala provincial y a nivel interprovincial.[33]

 

En el caso del primero de estos niveles, se comenzó un trabajo con las comunidades educativas, muy especialmente con los docentes y los administrativos, y en el que la labor de animación estuvo a cargo de los directores. Sin embargo, las fuentes lasallistas mencionan que los factores políticos y financieros hicieron que este proceso se enfriara en 1989, aunque algunas comunidades habían continuado con la labor, si bien los resultados habían sido muy modestos.[34]

 

Para narrar lo sucedido a nivel provincial hay que comenzar por mencionar que había encuentros anuales o bienales para los docentes, los cuales eran denominados como EPEL. Las dos últimas reuniones de este tipo habían desarrollado la temática de la Familia Lasallista, además de que el Hermano Provincial había nombrado una comisión provincial para la familia lasallista, que quedó integrada por cuatro seglares y dos religiosos de La Salle. Estas iniciativas eran acompañadas por la publicación de un boletín informativo provincial destinado a las comunidades educativas, el cual recibía el nombre de “Familia lasallana”, que era especialmente dedicado “a los candidatos a la Familia Lasallista”.[35]

 

Con el nombre de ENEL (Encuentro Nacional de Educadores Lasallistas) cada dos años se llevaba a cabo un encuentro de maestros de Porto Alegre y Sao Paulo que, como se ha visto, eran los dos distritos lasallistas de Brasil. Así pues, de forma interdistrital, este foro se había aprovechado para profundizar y reflexionar la Carta a la Familia Lasallista, cuyo estudio se vio muy favorecido por la traducción al portugués de este documento (con el añadido de algunas preguntas para detonar la discusión) en los primeros momentos de su publicación.[36]

 

El distrito de Centroamérica y el peso de la política en el desarrollo de la asociación lasallista

 

Las condiciones políticas y sociales de Centroamérica incidieron en la implementación de la asociación lasallista, pues lo que podía hacerse dependía mucho de la situación y el contexto de los países del distrito. Así, por ejemplo, en Nicaragua había afectaciones como resultado del entorno político, de tal forma que los Hermanos debieron enfrentarse a una situación compleja tal y como lo narran las fuentes lasallistas.[37] Para entender este punto, hay que recordar que, desde las postrimerías de los años treinta hasta finales de los años ochenta del siglo pasado, Nicaragua viviría bajo el dominio de diversos gobiernos encabezados por miembros de la familia Somoza. Posteriormente, entre 1979 y 1990, ocurriría el proceso de la Revolución Popular Sandinista.

 

En todos estos acontecimientos la Iglesia católica se vio muy involucrada. Aunque, es importante matizar que esta participación se dio en dos sentidos: algunos de sus miembros le hicieron jugar “un papel de legitimación moral de la dictadura somocista” (Monroy García, 2007: 88), mientras que otros se involucraron decididamente con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Esto último ocurrió por los cambios que se operaron al interior de la Iglesia, especialmente, durante la segunda mitad del siglo XX y después del aggiornamento del Vaticano II. Poco tiempo después, en 1968, se realizaría la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) de Medellín, que no dejó de pronunciarse sobre temas tan importantes desde la óptica social como la paz, la promoción humana o la justicia (Monroy García, 2007: 87, 89). En estas circunstancias, marcadas, también, por “la revolución cubana y la efervescencia regional de movimientos revolucionarios y marxistas” (Tahar Chaouch, 2007: 429) surgió la Teología de la Liberación, que se pronunció “en favor del cambio social” (Tahar Chaouch, 2007: 428) y optó por luchar contra problemas como la pobreza y el subdesarrollo y tratar “de superar las causas estructurales de la injusticia social” (Tahar Chaouch, 2007: 429).

 

Por otra parte, en Costa Rica se podía trabajar con normalidad, razón por la cual hay una descripción abundante en las fuentes sobre las iniciativas que se llevaban a cabo.[38] Algunas de ellas eran, por ejemplo, las dos convivencias al año para los distintos niveles de los centros escolares, que buscaban integrar a los jóvenes y profundizar en los valores. Este tipo de reuniones también se realizaban para todos los que formaban parte de grupos de compromiso, como en el caso de los exalumnos. Para los padres de familia se realizaban campeonatos de fútbol y una escuela-taller que se enfocaba en el espíritu lasallista, entre otros temas. Cabe señalar que también había un Día Familiar para dar a conocer a la población lo que hacía el instituto de los Hermanos.[39]

 

Los maestros también formaron parte de dinámicas desarrolladas para ellos, como los cursillos, que perseguían el propósito de preparar a los seglares para comprometerse con el ideario lasallista. Lo interesante de esta iniciativa era que se buscaba extenderla fuera de los límites de los institutos lasallistas hacia agrupaciones y centros como el Grupo Juvenil Sangre Joven, un Colegio en San Gabriel de Aserrí, y otras instituciones escolares. En Costa Rica también se formaron grupos juveniles de espiritualidad lasallista, se poseía una casa de formación para que aspirantes a Hermanos hicieran su noviciado y se impulsaba la Fraternidad Signum Fidei. Para concluir es necesario señalar otras actividades realizadas como los congresos y los retiros para exalumnos, las pascuas juveniles, grupos de oración y movimientos juveniles, la realización de una fiesta de la Familia Lasallista, la publicación de folletos sobre la vida y obra del fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas que se repartían a los alumnos y una encuesta sobre la Familia lasallista.[40]

 

Chile y los antecedentes de la asociación lasallista

 

En Chile, desde 1989 la Comisión de formación y pastoral vocacional se encargaría de apoyar las iniciativas existentes vinculadas a la Familia lasallista. Esta tarea se sumaba a las reuniones que se llevaban a cabo con seglares y padres de familia que habían hecho el compromiso de apoyar la pastoral vocacional.[41] Por otra parte, el Capítulo distrital de septiembre de 1989 buscó que los Hermanos estuvieran más enfocados en su vida comunitaria, además de que estuvieran disponibles para obras gratuitas y para la animación pastoral. Esto suponía que los “roles directivos” quedaran en manos de “seglares capacitados y comprometidos con el carisma de la Salle”.[42]

 

Para comprender esto, hay que exponer brevemente algunos factores que incidieron en la asociación lasallista, como la reducción en el número de vocaciones que se experimentó al interior de la Iglesia, lo cual trajo como consecuencia una disminución de religiosos educadores, entre ellos, los Hermanos. Concretamente, es a partir de 1966 que los Hermanos de la Salle comenzaron a experimentar una reducción en el número de sus integrantes, además de que algunos documentos generados por el instituto hacían referencia a una seria crisis en los índices de perseverancia. Esta problemática se hizo más profunda por fenómenos como el gradual envejecimiento de una parte considerable de los Hermanos de todo el planeta (entre ellos los de América Latina), el desarrollo de la tarea misionera entre los religiosos de la Salle (en la cual los Hermanos del continente estaban muy involucrados) y el gran aumento de la matrícula en las escuelas lasallistas (Chapman y O'Donoghue, 2007: 562-563; Vanderstraeten, 2014: 494, 505-506, 510).[43]   

 

Ante un número cada vez menor de Hermanos y frente al aumento de las responsabilidades, no sorprende que se buscara que los consagrados lasallistas delegaran tareas, para comprometerse con proyectos cada vez más estratégicos. Aunque, el deseo arriba expresado, de que los lasallistas se enfocarán más en su vida comunitaria, se explica más bien por la intensa reflexión que se dio en torno a su identidad como religiosos, al igual que como ocurrió en otras congregaciones educadoras tanto masculinas como femeninas que, por su naturaleza de institutos de vida activa, comenzaron a presentar dificultades para conciliar su vida espiritual con su labor en sus instituciones educativas, como se puso de manifiesto, especialmente, durante la segunda mitad del siglo XX (Vanderstraeten, 2014: 496, 501, 503, 510).[44]

 

Ciertamente, el distrito de Chile ya tenía experiencia involucrando a los laicos en puestos y labores de responsabilidad, pues los laicos ya estaban integrados de forma mayoritaria a las comisiones distritales que eran coordinadas por los Hermanos del Consejo del Distrito. Es por esta razón que los seglares, en su calidad de representantes de todas las obras, podían participar en las reuniones mensuales de este órgano de dirección y gobierno. De entre las comisiones del distrito destacaba muy especialmente la Comisión misión, en la que los seglares participaban desde antes del año de 1979, y en la cual se habían creado algunos documentos distritales que tenían validez en todas las obras lasallistas chilenas, como los Principios filosóficos lasallistas, la Evaluación de obras educativas y unos Criterios disciplinarios. Esta comisión, a su vez, conducía la Escuela lasallista de seglares y la Escuela de líderes juveniles de pastoral lasallista.[45]

 

Diez años después, en 1989, en la Comisión misión se crearon cuatro equipos de trabajo integrados y conducidos por laicos, los cuales recibieron el nombre de Orientación, Unidades técnico-pedagógicas, unidades disciplinarias y actividades extraprogramáticas. Los grupos antes mencionados funcionaban en los colegios o sedes lasallistas de Chile, realizando sesiones de trabajo, resultado de las cuales fueron 5 manuales de apoyo para las labores educativas que se realizaban en el distrito. En las fuentes lasallistas se plantea que en un futuro inmediato (concretamente en 1990) la Comisión misión supervisaría y acompañaría el uso de estos manuales en las comunidades educativas, para lo cual se crearían directrices de trabajo y evaluación.[46] La Comisión misión poseía una subcomisión de catequesis que, previamente, había sido “una comisión separada de la de Educación”.[47] No obstante, a partir de los albores de 1989, la Comisión misión creó una subcomisión en la que participaban Hermanos y seglares responsables de la pastoral en cada uno de los centros educativos lasallistas, y la cual se haría responsable de la catequesis, los grupos juveniles de las instituciones educativas y la Escuela de líderes juveniles de pastoral lasallista.[48]

 

Esta última iniciativa había surgido en 1983, con estudiantes de 15 años, pertenecientes al 9no año escolar y que, por tanto, iniciaban su educación media. Las fuentes lasallistas indican que estos jóvenes continuaron con su compromiso al año siguiente, por lo que se les integró a “un segundo nivel de profundización y capacitación”,[49] el cual les permitió desempeñarse como animadores en los colegios. A su vez, otros estudiantes terminales y algunos exalumnos fueron integrados a un tercer nivel, resultado del cual desde 1985 se llevaba a cabo una misión de verano en el campo, en la que eran acompañados por docentes y religiosos de la Salle. Cabe señalar que en esta actividad participaban 40 y 50 misioneros de enseñanza media organizados en grupos de cuatro personas, a través de los cuales se llevaba a cabo una labor de animación durante un período de 8 a 10 días para adultos, jóvenes y niños, para lo cual se implementaban diversas estrategias, como las visitas domiciliarias y celebraciones de la palabra por las tardes.[50]

 

El involucramiento de los jóvenes lasallistas no se limitaba a las misiones, pues, de hecho, estos líderes participaban como monitores en la animación de la pastoral de los centros educativos lasallistas. De acuerdo con los Hermanos de la Salle, esta pastoral había propiciado que los jóvenes se comprometieran en obras como el Hogar Esperanza en la Salle, perteneciente a la comuna de la Reina en Santiago y la Villa Feliz en la Salle de Talca. Al parecer, las vocaciones también se vieron favorecidas, pues algunos exalumnos y profesores solteros decidieron ser postulantes.[51] Sobre Chile, las fuentes también hacen mención de una Escuela de capacitación lasallista para Seglares, que existía desde 1985, momento en el que se llevó a cabo un primer nivel de espiritualidad lasallista. Para 1989, esta iniciativa ya se dividía en tres niveles: Básico o Curso de espiritualidad lasallista, Medio o Curso Técnico pedagógico lasallista. Superior o Búsqueda de compromiso mayor en la misión y Avanzado, que no formaba “parte de la escuela lasallista propiamente tal”, pues era, más bien, “una etapa de perfeccionamiento, en línea lasallista”.[52]

 

El primero de estos niveles tenía tres objetivos. El primero de ellos era hacer que los profesores participaran “más vivamente de la Espiritualidad Lasallista”, aunque también se buscaba que el compromiso apostólico de las obras de los Hermanos se hiciera más fuerte “a través de la participación en una misma espiritualidad”. Finalmente, hay que decir que con este curso también se buscaba integrar a los seglares y los Hermanos, mediante “la misma espiritualidad y misión”. Para ello, se estudiaba a Jean-Baptiste de La Salle y su época, lo cual implicaba hacer una “relación histórica del siglo XVII” y revisar el origen del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Asimismo, se reflexionaba sobre “el sentido cristocéntrico de la educación lasallista” y se estudiaban “los tres ejes en la acción educativa lasallista”.[53]

 

En el nivel medio (llamado Curso Técnico Pedagógico Lasallista) se buscaba que el educador tuviera conocimiento y comprensión del “carisma de La Salle en la línea educativa, a fin de dar testimonio a través de su quehacer educativo”. Asimismo, se quería integrar a los seglares y a los Hermanos, además de que se buscaba una “dirección participada en el proyecto educativo” que integrara a los docentes “y demás estamentos de la unidad educativa, asumiendo el proyecto como un compromiso comunitario”. Para ello se estudiaba la línea educativa y los valores de la obra educativa lasallista, además de los recursos y procedimientos pedagógicos propuestos en la obra Guía de las Escuelas que Jean-Baptiste de la Salle redactó. Otros temas abordados en el Curso técnico pedagógico lasallista eran “los mecanismos de instrumentación” de los procedimientos pedagógicos lasallistas y “la disciplina en la obra lasallista”.[54]

 

El nivel superior, o de “búsqueda de mayor compromiso en la misión”, era más prolongado, dado que tenía una duración de 5 a 7 días en un régimen de internado permanente, y sólo podía ser cursado por los docentes que habían pasado por los niveles previos, y que estaban dispuestos a asumir un compromiso mayor con la obra lasallista. Esto último implicaba que el participante, al término del módulo, debía plantear y asumir compromisos concretos a nivel distrital o en su obra educativa, lo cual se realizaba con una guía que incluía una “carpeta de acompañamiento” y que se realizaba “conforme a una pauta elaborada a este efecto”. A su vez, y de forma previa al curso, el seglar debía leer y reflexionar el documento lasallista que le fuera asignado.[55]

 

Los objetivos del nivel superior buscaban “sellar el compromiso lasallista en la misión que realiza la Congregación de los Hermanos de la Salle”, además de que se quería que el laico se sumara a “la tarea de mejorar la calidad educativa en la escuela lasallista” y, finalmente, se deseaba que seglares y Hermanos se integraran. Para ello se estudiaba “el papel del educador laico como católico lasallista en la Iglesia local y en su tarea educativa permanente”, para lo cual se analizaba la exhortación Christifideles laici de 1988. También se animaba al conocimiento de la realidad local por parte de los participantes, a través de una encuesta. Esto permitía la reflexión sobre la “proyección social de la escuela lasallista” en una sociedad urgida de participación. Para concluir con este nivel, hay que mencionar que también se discutía sobre el rol formativo de la escuela lasallista con miras a que los alumnos crecieran en los valores humano-cristianos.[56]

 

El nivel avanzado, por su parte, era muy selectivo, por lo cual sólo era apto para un número muy pequeño de maestros que eran, además, seleccionados a nivel distrital, pues se buscaba participaran activamente y estuvieran disponibles para los proyectos generados por el distrito. De hecho, para los Hermanos, la participación en este nivel implicaba “una vocación o un llamado a una misión concreta hasta constituir un estado de vida para el servicio educativo”,[57] por lo que se buscaba “proyectar un testimonio de entrega a la tarea educativa”.[58] A diferencia del resto de los niveles, en este módulo avanzado no había una duración definida, además de que podía convocarse a más de un encuentro. Por todo lo anterior, la conducción del nivel avanzado recaía en el Consejo de Distrito y los Hermanos directores, aunque las comunidades religiosas también podían apoyar.[59]

 

Cabe señalar que entre los temas de este nivel se encontraban el ministerio lasallista, el servicio educativo y la espiritualidad, y las “experiencias de compromiso con los pobres en una obra educativa lasallista”.[60] En este punto hay que mencionar que un instrumento importante para la Escuela de capacitación lasallista era un texto, elaborado en 1981 por “tres Hermanos del distrito, participantes en un Seminario de espiritualidad lasallista en Araruama, Brasil”,[61] y el cual recibió el nombre de Espiritualidad de la Salle hoy aquí.[62]

 

En Chile hubo otras estrategias complementarias, como los cursos intensivos de religión a distancia de la diócesis de Talca, en los que participaban los docentes jefes de curso de por lo menos seis colegios lasallistas. Así, después de dos años, en los que también se reunían de forma periódica con los religiosos de la Salle, los maestros recibían una autorización obispal para formar a sus alumnos en la educación de la fe durante su jornada laboral.[63] En este punto hay que considerar, también, al Congreso científico de estudiantes lasallistas, una estrategia algo distinta, pero que también tenía el propósito de “favorecer la comunión de Hermanos, alumnos y familias”,[64] y que se llevó a cabo en Temuco casi al mismo tiempo que el Seminario-Taller de Conocoto. Asimismo, hay que mencionar al movimiento Signum Fidei, que en Chile estaba integrado por los estudiantes, los exalumnos, los docentes y el personal que laboraba en la pastoral de los colegios lasallistas.[65]

 

Sobre este punto hay que decir que la fraternidad Signum Fidei se encontraba presente en Valparaíso, y contaba con el honor de haber tenido entre sus filas al primer Signum Fidei de Chile, llamado José Miguel Silva Sánchez, quien falleció el 7 de junio de 1986. A su vez, los Signum Fidei estaban en Santiago, de tal forma que las fuentes lasallistas indican que, en 1989, ya contaban con seis consagrados y dos postulantes. Los Hermanos asesoraban a los integrantes de esta asociación, a través de juntas mensuales en las que se rezaba personal y comunitariamente, se meditaba, se evaluaba “la vivencia cristiana y la acción apostólica de cada miembro”[66] y se reflexionaban los temas lasallistas contenidos en la revista Signum Fidei que se recibía de Roma.[67] De forma anual, durante la misa del domingo de la santísima trinidad, los Signum Fidei renovaban sus compromisos con la asociación. Las fuentes lasallistas se refieren también sobre una costumbre que para 1989 comenzaba a consolidarse, y la cual consistía en que, durante el ofertorio de la misa que se hacía en los colegios para las familias de los estudiantes, los Signum Fidei emitían o renovaban su consagración.[68]

 

Los distritos de Bogotá y Medellín en Colombia

 

Las fuentes lasallistas mencionan que, antes de los eventos de Conocoto, en el distrito de Bogotá no existía un plan concreto para desarrollar la asociación lasallista, de tal forma que este tema se realizaba en el trabajo pastoral de cada institución. Pese a esto, se pueden mencionar algunas iniciativas de carácter distrital como la escuela de catequistas para dar servicio en los colegios lasallistas o a nivel parroquial. A su vez, para todos los grados de enseñanza secundaria se organizaban cursos en vacaciones o en semana santa que duraban 15 ó 20 días, y a los cuales asistían una delegación por cada colegio. Para los estudiantes de 6to y 7mo grado (cuyo rango de edad se encontraba entre los 10 y los 13 años) se realizaba un Campo escuela, mientras que había un Campo Misión para los alumnos de 8vo y 9no grado. Es importante señalar que ambas actividades se centraban en el ámbito rural.[69]

 

A nivel de los colegios o de las instituciones del distrito, la variedad de estrategias encaminadas hacia el desarrollo de la asociación lasallista era numerosa. Por ello, se tiene noticia de convivencias que podían ser por grupos o en general y que estaban destinadas a los estudiantes, sus padres y los docentes. Para estos últimos había, también, cursos y jornadas destinadas a la reflexión, a su formación y proyección. Además de esto, para los padres y madres de los alumnos había jornadas de reflexión, de formación religiosa y lasallista, al igual que algunos cursos, mientras que a los estudiantes del último año se les preparaban retiros. La atención y la orientación a lo exalumnos también estaba presente, y se destinaba a obras sociales o lasallistas.[70]

 

Por su parte, la Universidad La Salle de Bogotá realizaba un Seminario de inducción lasallista, que debía ser cursado por todos los estudiantes que ingresaban a la institución. El esfuerzo se complementaba con un conjunto de asignaturas que estaban distribuidas en todos los semestres y en todas las carreras, las cuales se agrupaban bajo el título de Área de formación lasallista. Para los docentes se establecieron cursos de pedagogía y lasallismo en tres niveles, además de que había Comités de reflexión en algunas facultades y se organizaban talleres, también de reflexión, con una duración de dos días, los cuales se realizaban semestralmente por el Comité académico ampliado. A esta lista de actividades y esfuerzos hay que sumar la realización de convivencias para los alumnos, los docentes y el personal administrativo y de servicios generales. Finalmente, en la universidad había otros proyectos como los Congresos nacionales de pedagogía lasallista y la labor del Centro de Investigaciones Lasallistas (CILA) que realizaba, por ejemplo, un Seminario de actualización y de profundización sobre el pensamiento pedagógico lasallista, además de otras actividades destinadas a la investigación del lasallismo y su difusión.[71]

 

Previamente se ha tocado el tema de la preocupación lasallista por la formación de los seglares. Lo ocurrido en el distrito de Bogotá permite introducir, entonces, un elemento nuevo de análisis sobre esta cuestión, de tal forma que debe decirse que el interés de los religiosos de La Salle por formar a los laicos con los que convivían en sus instituciones, también pudo deberse a la naturaleza diversa de las personas que estudiaban o trabajaban en sus centros educativos. De manera específica, es imposible continuar sin aludir a los profundos cambios que se suscitaron en la clientela habitual de los establecimientos lasallistas y de otros centros educativos católicos, como ocurrió con la sociedad en general. Debido a lo anterior, es muy probable que, entre sus alumnos y empleados, hubiera personas que no necesariamente fueran católicas, o que fueran católicos no practicantes. A su vez, resulta indudable que los estudiantes y los empleados lasallistas estaban en contacto con un entorno cada vez más secularizado (Belmonte y Cranston, 2009: 296).

 

La Fraternidad Signum Fidei se hizo presente en el distrito desde la semana santa de 1979, momento en el que el provincial (el Hermano Hernando Sebá López) la fundó, después de lo cual esta agrupación seglar lasallista recibió la asesoría y el apoyo de los Hermanos José Antonio Rodríguez y Rafael Deháquiz. En sus inicios este movimiento contaba con 23 miembros que en el domingo de pascua de 1980 hicieron su compromiso público y de forma solemne. Para 1989 había 50 integrantes, de los cuales 39 ya estaban comprometidos y 11 se encontraban en preparación. Los miembros eran docentes de escuelas lasallistas de Bogotá, Bucaramanga, Cartagena y Cúcuta.[72]

 

Para completar el panorama de la fraternidad Signum Fidei en Bogotá, es relevante mencionar que se conocen sus prácticas, como sus reuniones mensuales y convivencias en junio y diciembre de uno y dos días, respectivamente. Los miembros de esta asociación seglar debían renovar sus compromisos anualmente y procuraban desarrollarse espiritualmente mediante la oración, la misa y la comunión cotidianas, además de la devoción al espíritu santo y la virgen. También hay que decir que una buena relación con los compañeros de trabajo era muy importante, además de la acción educativa pastoral.[73]

 

Para el desarrollo y fortalecimiento de la asociación lasallista en el distrito colombiano de Medellín había una cantidad importante de iniciativas, como la Federación lasallista, cuyo propósito era “integrar de todos los colegios, los grupos juveniles y acciones pastorales significativas para darlas a conocer, estimular su marcha y acompañarlas”.[74] Cabe señalar que las asociaciones de padres de familia también se encontraban integradas a la Federación, por lo cual se buscaba “definir criterios lasallistas de funcionamiento”.[75] Para las cabezas de familia, en los colegios lasallistas colombianos había, también, escuelas para padres, que proporcionaban conferencias mensuales, o bien, talleres prácticos que, a su vez, tenían carácter mensual.[76]

 

En las fuentes también se habla de la existencia de un programa de padrinazgo, en el que los estudiantes “del grado superior de cada institución” asumían compromisos con alumnos de prescolar, los cuales se materializaban en un acompañamiento en el que se daban gestos como las charlas y los paseos por el colegio dos veces al mes, o bien, una cita con la Eucaristía. Cabe señalar que, en algunos casos, los alumnos llegaban a tener una convivencia más profunda, que se fortalecía mediante la visita a las familias de los niños tutelados. Una actividad más que se desarrolló en el distrito de Medellín fueron los retiros espirituales, que eran planeados y realizados para los “alumnos del grado superior” y sus padres. La duración de esta actividad era de tres días, en los que también participaba un sacerdote, tiempo en el que la temática se enfocaba “a una evaluación del proceso de vida personal y de pareja” en el caso de los padres, “definiendo a partir de allí proyectos personales y de pareja”.[77]

 

A su vez, los Hermanos jóvenes de cada una de las instituciones lasallistas de la provincia tenían la responsabilidad de acompañar “la formación de líderes juveniles”.[78] Por su parte, la Corporación universitaria lasallista presentaba en todas sus carreras “un programa completo de lasallismo bajo la orientación del Hermano rector” y un grupo de laicos que daban clases sobre el tema.[79] Para fortalecer el trabajo de los seglares en toda la provincia de Medellín, haciendo de ellos “multiplicadores entre los profesores”, la Corporación Universitaria Lasallista también orientaba la impartición de cursos semestrales.[80] Cabe señalar que, si bien de forma anual algunas instituciones lasallistas hacían reuniones de intercambio de experiencias para los exalumnos, la Corporación Universitaria Lasallista de Medellín había fundado y acompañado junto con la comunidad de Hermanos, un grupo de exalumnos.[81]

 

Finalmente, hay que mencionar que en Medellín la pastoral juvenil se encontraba definida “a nivel de toda la provincia”.[82] Asimismo, desde 1985, Hermanos y seglares habían trabajado un “plan distrital de catequesis”. Cabe aclarar que se buscaba que, para 1990, “estos programas desde pre-kinder al último grado de bachillerato” estuvieran claramente definidos después “de recoger anualmente las experiencias” para su perfeccionamiento. En ese sentido, anualmente los catequistas de todo el distrito tenían un retiro espiritual, en el que también evaluaban el proceso de catequesis y procuraban definir los criterios de esta actividad.[83]

 

En Ecuador

 

Ya desde 1978, en Ecuador, se realizaban cursos de formación destinados a los seglares, con el propósito de que se prepararan en la espiritualidad lasallista. Los destinatarios de estos esfuerzos solían ser tres delegados por cada centro, y la iniciativa solía durar tres días, con una frecuencia de tres veces al año, tal y como ocurrió hasta 1980. Por otra parte, de 1983 a 1987, se organizaron seminarios-talleres, con el objetivo de que los laicos se formaran en la catequesis, dado que los seglares muchas veces eran los responsables de la catequesis en los colegios. Estos seminarios-talleres iniciaron con reuniones de carácter general en Quito, después de lo cual se realizaron reuniones por cada una de las siguientes zonas: Costa, Centro, Norte y Sur.[84]

 

Del 12 al 15 de septiembre de 1989 se realizó en Ecuador un primer seminario-taller “para la formación de la Familia Lasallana”[85] y al cual acudió una delegación por cada centro, conformadas por tres laicos y un Hermano. Esta reunión permitió la lectura de la Carta del Hermano Superior, y la planeación de proyectos nacionales, a nivel de zona y locales. A su vez, a nivel local las delegaciones se comprometieron a implementar en sus lugares de trabajo lo visto y asimilado en el seminario-taller.[86] Entre las acciones realizadas en Ecuador para el fortalecimiento de la asociación lasallista también hubo una reunión de delegados a nivel de las cuatro zonas del país (Costa, Centro, Norte y Sur) que se dedicaron a realizar una lectura profunda de la Carta a la Familia Lasallista. Para 1990 en Ecuador se hizo un compromiso para la organización de dos reuniones, programadas para semana santa de este año y para el mes de septiembre, con el propósito de evaluar “lo hecho en los dos niveles anteriores”.[87]

 

Las fuentes lasallistas mencionan que también se inició en el conocimiento y la vivencia de la Familia lasallista en las convivencias que se realizaban tres veces al año para los estudiantes de la Comisión de Pastoral Juvenil y Vocacional. Por su parte, para los padres y madres de familia, se utilizarían las reuniones periódicas de cada centro para iniciarlos en la asociación lasallista. No es posible concluir con las informaciones existentes sobre Ecuador sin mencionar que la fraternidad Signum Fidei (quienes operaban de acuerdo a “sus propias normas”) también tenía presencia en el país, en lugares como Quito, Loja y Guayaquil.[88]

 

Precedentes en los distritos México Norte y México Sur

 

Para fortalecer la asociación lasallista en el distrito México Norte se realizaban encuentros de la Familia Lasallista, por lo cual, en cada colegio se nombraba a un matrimonio enlace con la Federación Lasallista Nacional, además de que la Casa Central asesoraba una directiva distrital. Como un apoyo a este tipo de iniciativas, especialmente para la reflexión y la vivencia de la Familia Lasallista, había otros proyectos, como el Club Benildo que también proporcionaba sostén de oración a la pastoral vocacional.[89]

 

De hecho, en noviembre de 1989 se llevaría a cabo en Chihuahua el VIII Encuentro de la Familia Lasallista, cuyo objetivo principal sería la reflexión sobre la Carta a la Familia Lasallista, publicada en ese mismo año. Cabe señalar que, en la opinión de los lasallistas, este evento sería realmente exitoso si se lograba que fuera “realmente de familia y no de federación”. Asimismo, para fortalecer esta actividad, se buscaba, también, realizar una mayor cantidad de “miniencuentros o retiros locales del Grupo Juvenil o Prejuvenil”, además de generar más Clubes San Benildo y “de oración por las vocaciones” y formar “fraternidades lasallistas” integradas por exalumnos, padres de familia y maestros.[90] Las fuentes de los religiosos de la Salle también mencionan que la Familia Lasallista se vivía “en forma muy privilegiada” a lo largo de la misión de semana santa, en la que participaban “Hermanos, maestros, padres de familia, exalumnos y alumnos”.[91]

 

Hay que mencionar que para los Hermanos del distrito norte era una prioridad la difusión de la vida, obra y espiritualidad de Jean-Baptiste de la Salle. Por tanto, a los padres de familia se les proporcionaba esta información al momento de inscribir a sus hijos, aunque también había pláticas o jornadas sobre lasallismo para los estudiantes de nuevo ingreso y para sus padres y madres. Junto a estas actividades había otras como la organización de equipos de padres y madres de familia, responsables de áreas educativas como los deportes y el servicio social, además de que se buscaba que los progenitores formaran parte del departamento de pastoral y de la catequesis en los colegios, y se promovía su participación en las vivencias de fe y como asesores en las misiones.[92] A esta labor, hay que sumar la promoción y la celebración que se hacía de los Hermanos lasallistas que habían llegado a los altares, para lo cual se distribuían folletos que contenían reflexiones, posters y estampas, pues se buscaba “crear un ambiente general lasallista” a través de diversas estrategias.[93] La pastoral vocacional no quedaba fuera de estos esfuerzos, pues se introducían temas vocacionales en la catequesis de todos los niveles educativos y se realizaba una novena vocacional, que se promocionaba mediante posters, y en la cual había reflexión y oración.[94]

 

En el Distrito México Norte, había una cantidad importante de herramientas para formar a los profesores, como los cursos de verano en espiritualidad y pedagogía lasallista, en los que se retomaban temas previamente vistos en las juntas de maestros. A esto hay que añadir que se buscaba que los profesores se reunieran mensualmente para la “reflexión lasallista”, además de que se buscaba integrar a la catequesis escolar a todos los docentes que eran titulares de un grupo, pero, también, a los no titulares. En esta planeación entraban, también, jornadas de retiro para la cuaresma y al inicio y final del año.[95] Un importante complemento era la búsqueda por “conocer, profundizar y vivir la pedagogía lasallista, animándola con su espiritualidad”, para lo cual, sistemáticamente, se hacía motivación religiosa y oración de la mañana y de final del día en clase, además de que se promovía la “reflexión matinal y máximas del evangelio”, el “recuerdo de la presencia de Dios” y la “toma de conciencia”. Para complementar este listado de prácticas hay que mencionar que en los centros educativos lasallistas de México Norte también se preparaba para la primera comunión y la confirmación.[96]

 

 Cabe señalar que la influencia y el impacto de la pedagogía y la espiritualidad lasallistas se extendieron fuera de los límites de los centros educativos de los Hermanos en el Distrito México Norte. Esto se debió al trabajo de “seglares profundamente comprometidos con La Salle”, que asesorados por la Casa Central del distrito dirigían instituciones de carácter educativo en Cancún, Lagos de Moreno y Matamoros. Por otra parte, con la colaboración de exalumnos y padres y madres de familia se realizaron obras de carácter social como el Colegio gratuito Bernardo Zepeda de Acapulco; el Centro de Desarrollo para padres de familia y la preparatoria nocturna La Salle (atendida por antiguos alumnos) de Ciudad Obregón; el Centro recreativo y cultural Franalva de Ciudad Victoria; la Preparatoria Santa Catarina , el Colegio Regio Contry Secundaria y Preparatoria nocturna en Monterrey, en donde colaboraban padres de familia y exalumnos; los cursos de catequesis en verano y el proyecto de escuela de catequesis en El Salto, Durango; una casa hogar y el colegio gratuito Carlos Pereira en Saltillo; y el Centro educativo La Salle de Tijuana.[97]

 

En el boletín de la RELAL se ofrece información detallada sobre los grupos apostólicos del distrito México Norte como el Club La Salle, que estaba destinado a niños de entre 10 a 11 años, es decir, estudiantes que iban del sexto año de primaria al primero de secundaria. Su objetivo era el lasallismo y realizaban su apostolado “en el colegio y algo de catequesis”.[98] Como parte de las actividades de esta agrupación se realizaba un campamento vocacional en semana santa, sus encuentros eran de carácter regional y se le daba seguimiento a través de una encuesta.[99]

 

Por su parte, el grupo prejuvenil (al que se aludió previamente) estaba conformado por estudiantes de segundo y tercero de secundaria, es decir, de 12 a 14 años. Esta agrupación se enfocaba en el desarrollo de objetivos y temas vinculados al lasallismo y a las necesidades concretas del entorno, además que realizaba una cantidad variada de apostolados a lo largo del curso escolar. Su actividad principal en semana santa era un “campamento de servicio a la región”, mientras que sus encuentros eran de carácter distrital. Finalmente, sobre este grupo hay que mencionar que su seguimiento y su acompañamiento se llevaba a cabo a través de retiros locales y de la realización de una encuesta.[100] Para los estudiantes de bachillerato, cuya edad fluctuaba entre los 15 y los 17 años había un grupo juvenil (que se mencionó líneas arriba), cuyos objetivos de fe giraban en torno a “Cristo, La Salle y tu persona”.[101] Su apostolado se centraba en la evangelización y la promoción humana, por lo cual, en semana santa se realizaban misiones en el propio estado o en otros. Los encuentros de este grupo eran de carácter internacional, nacional y distrital, además de que se les daba acompañamiento mediante retiros distritales para hombres y mujeres.[102]

 

La coordinación era por turnos, de tal forma que “el Grupo Juvenil de un colegio” tomaba la coordinación distrital “y alternando con México Sur, la nacional, para la comunicación nacional e internacional con otros grupos”, el envío de “cuatro boletines informativos y formativos durante el curso”, la elaboración de “material de formación (fichas, folletos…)”, la difusión de textos enfocados en la espiritualidad lasallista, la organización de un retiro “de inicio de misión” y para “representar a los jóvenes en el Encuentro de Familia Lasallista”.[103]

 

Los testimonios del distrito México Norte hablan también de un grupo apostólico para exalumnos universitarios o universitarios, cuyas edades iban de los 18 a los 23 años de edad. Su objetivo de fe era el “compromiso cristiano en el mundo”, por lo cual su apostolado era “la promoción humana de acuerdo con la carrera”[104] y la evangelización. Para ello, se establecían sinergias con la parroquia y otros grupos católicos, para la organización de una misión. Al igual que el grupo juvenil, los encuentros del apostolado de los exalumnos universitarios eran internacionales, nacionales y locales, y su seguimiento era a través de retiros de carácter distrital.[105]

 

En este punto hay que aludir al hecho de que en el distrito México Norte existían medios para formar a los laicos, como el curso de dirigentes seglares que tenía una duración de dos años. También había una capacitación para la catequesis “en cursos por niveles organizados distritalmente, además de jornadas de capacitación al inicio del año y de juntas semanales o quincenales de preparación de la catequesis”.[106] Esta iniciativa propició la elaboración de libros de texto para todos los niveles, los cuales contaban con sus respectivos textos para el maestro y el alumno. Dado que la catequesis era muy importante en los colegios de La Salle en el distrito México Norte (al grado de que los alumnos seguían un programa global que tenía una duración de 12 años), había una estrecha colaboración con “la Legión de Mamás en educación primaria”, “señores y señoras en educación secundaria” y padres, madres o matrimonios en la preparatoria.[107]

 

Con el propósito declarado de “vivir y compartir la espiritualidad lasallista”,[108] en el distrito México Sur se habían creado varios grupos a través de los cuales se promovía la espiritualidad del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, como los Clubes San Benildo, la Comunidad de Padres de Familia, la Federación Nacional Lasallista, la Fraternidad Signum Fidei, los Grupos juveniles y el Grupo Tutela.[109] Asimismo, se crearon iniciativas para los diferentes grupos de seglares con los que se relacionaban los Hermanos del distrito México Sur. Así, en el caso de los alumnos, el contacto con el lasallismo iniciaba al inscribirse al colegio, aunque había, también, otras actividades, como la realización de un foro para los alumnos de nuevo ingreso, el cual versaba sobre la película El señor de La Salle de 1964, dirigida por Luis César Amadori y protagonizada por Mel Ferrer.[110]

 

Asimismo, la catequesis se consideraba de carácter curricular, por lo cual había un curso anual, bajo diversas modalidades. Por ejemplo, durante los primeros 13 años de vida escolar, este curso recibía el nombre de ética, mientras que en facultad se titulaba Humanidades. También había retiros durante todo el año para los “alumnos comprometidos con el lasallismo”, mientras que algunos otros eran especiales y estaban enfocados en el grupo juvenil y el consejo de alumnos.[111]

 

Las iniciativas apostólicas y sociales formaron parte de las actividades del distrito México Sur y se enfocaron en el desarrollo y fortalecimiento de la asociación lasallista. Es por esta razón que todos los alumnos (en especial los de secundaria y bachillerato) debían realizar un servicio social que se manifestaba en una amplia variedad de tareas como la catequesis y el “padrinamiento en orfanatorios, sierra, capillas, huérfanos, ancianos, etc.”. También se realizaban campañas para apoyar a “casa/hogar, capillas, ancianos, escuelas Esperanza de México, etc.”, las cuales consistían en la recolección de libros, periódico y vidrio, o bien, la donación de sangre. A este listado hay que añadir el interés en estas instituciones lasallistas por desarrollar en los alumnos el gusto y el hábito por el “aprovechamiento de recursos materiales y financieros en el hogar, productividad en el campo, planeación familiar”, etcétera.[112]

 

Cuando se trataba de los maestros, en el distrito México Sur, el contacto con el lasallismo también era muy temprano. Es por ello que para los profesores de nuevo ingreso había un “Programa de iniciación sobre San Juan Bautista de la Salle (Espiritualidad)”, que se fortalecía con foros que, como en caso de los alumnos, también trataban sobre el filme El Señor de La Salle. Hay que añadir que la formación también era esencial. Es por ello que se planearon y realizaron “criterios sobre formación integral, semanalmente”, además de cursos como los de verano, enfocados en la espiritualidad lasallista (aunque también había uno llamado “Educadores en la fe”), o bien, los de formación permanente que se hacían en cada colegio.[113]

 

Otros cursos más se enfocaban en temas como la teología (Cristología), y la espiritualidad y la pedagogía lasallista. Estos últimos cursos eran dos al año (uno en febrero, mientras que otro se realizaba en septiembre), y poseían una duración de 20 horas que se desarrollaban a lo largo de cinco días. A su vez, había cursos de formación integral en temas como el “perfil de educador lasallista, planeación educativa, desarrollo de la inteligencia, relaciones humanas, formación de padres de familia”. Para finalizar con la descripción de estas iniciativas destinadas a la formación docente, hay que mencionar la existencia de un “Curso de formación permanente por la Pastoral Educativa del Distrito”. Como complemento a la capacitación, los profesores también tenían “retiros por departamentos de apoyo a la educación”, encuentros de la Federación Nacional Lasallista a nivel nacional, distrital y regional e iniciativas de carácter apostólico, como “el proyecto de la sierra de Ayahualulco, Puebla”.[114]

 

En el caso de los padres y madres de familia, los Hermanos buscaban sumergirlos en el espíritu lasallista y en el ideario institucional. Por ello se realizaban “Jornadas sobre la espiritualidad y pedagogía lasallista y de formación integral”. Como complemento a esta iniciativa formativa se llevaban a cabo algunos cursos de verano llamados “Educadores de la fe”, además de que había otros en este período del año abocados a la espiritualidad lasallista. Entre los cursos también había uno para la preparación en teología (Cristología) y otros sobre integración familiar e introducción a la catequesis. Otras actividades complementarias eran “las reuniones semanales sobre formación integral” y los “cursos sobre artes y oficios”.[115]

 

Ciertamente, debe mencionarse que las iniciativas abocadas al fortalecimiento y desarrollo de la asociación lasallista para los padres y madres de familia no se limitaban a la capacitación, pues también se propiciaba la creación de grupos destinados a la animación de la catequesis, el servicio social, la realización de campañas y para los deportes. También se creaban asociaciones de padres de familia en cada centro educativo “para apoyo en el proceso educativo de los hijos en formación”.  Finalmente, hay que decir que también había foros sobre la película El señor de La Salle y se les animaba a participar en los encuentros nacionales de la Federación Lasallista.[116]

 

El personal de mantenimiento e intendencia tenía actividades propias como los cursos de formación integral y los de espiritualidad lasallista, además de que también participaban de la reflexión sobre la película sobre la vida del fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Para el personal administrativo, que comprendía a los directivos y las secretarias de los planteles lasallistas, se hizo mucho énfasis en las actividades para aquellos que ingresaban por primera vez a trabajar en estos centros escolares a través de un “Programa de inducción sobre la espiritualidad lasallista e ideario”. Entre las actividades para los administrativos, los retiros sobre formación integral eran frecuentes al igual que otras actividades ya expuestas previamente como el curso de teología (Cristología) y el estudio del filme sobre Jean-Baptiste de La Salle.[117]

 

Medidas tomadas en el distrito de Panamá

 

En el distrito de Panamá los Hermanos se habían preocupado por fomentar la Familia Lasallista, de tal forma que esta idea se encontraba presente en sus colegios “por la relación que siempre se ha tenido con los distintos miembros de la comunidad educativa”.[118] Sin embargo, al momento del seminario-taller de Conocoto, se había proyectado un Plan de Formación Lasallista que quería perfeccionarse en el Seminario-Taller de la Familia Lasallista y con conclusiones provenientes de Roma, en donde se localizaba el gobierno central del instituto.[119] También se buscaba que para el año entrante de 1990 se implementara un “plan de estudio de la Carta a la Familia Lasallista” que se buscaba “completar con lo que se saque en este Seminario-Taller”, además de que preveían “convivencias conjuntas de los diversos grupos de la Familia Lasallista”.[120]

 

Para completar este panorama, es importante mencionar la presencia de la Fraternidad Signum Fidei en el país, pues, de acuerdo con las fuentes, esta agrupación venía “incrementándose bastante”[121] en los centros educativos lasallistas panameños. Esta agrupación incluso ya tenía preparado un plan de formación, por el cual se elaboraban reuniones de carácter formativo “a medida que los tiempos lo piden”. Para los alumnos, en el distrito de Panamá se hacían convivencias generales por años y a las cuales se incluía a todos los estudiantes, también, por años, aunque también había “convivencias para grupos específicos de alumnos de formación, de testimonio, de seguimiento”. En el caso de los exalumnos, había un Día del testimonio en el que los antiguos estudiantes que habían tenido seguimiento presentaban sus experiencias de vida cristiana en la parroquia, en la universidad y en otras agrupaciones.[122]

 

Si bien la formación que se proporcionaba a los profesores era asistemática, la realidad es que en Panamá se había logrado consolidar varias iniciativas, como unas jornadas al inicio del curso que tenían una duración de tres días. También había unas charlas “sobre filosofía y metodología lasallista, sobre el modo de dar formación cristiana” y “motivaciones cristianas (pasar de instructor, a educador y a ministro)”.[123] En este conjunto de actividades también había retiros y una orientación que se abocaba cada vez más a lo espiritual y religioso. Por otra parte, los Hermanos reconocían sostener “buenas relaciones de contacto personal con seglares en dirección cristiana”, ya fuera en las inspecciones realizadas por el Hermano visitador, o en el vínculo que establecían los Hermanos directores a lo largo del año escolar.[124]

 

Venezuela: breve historial de la asociación lasallista en el distrito de Caracas

 

1985 fue el año en el que el distrito de Caracas decidió iniciar el proceso de elaboración del Proyecto educativo de la Salle en Venezuela que, al igual que en la Argentina, tenía por lema la frase “juntos y por asociación”. Esta idea permitió la integración de todos los miembros de la comunidad educativa (Hermanos, docentes, alumnos, padres y madres de familia, auxiliares, etcétera) y su participación en un proceso que tuvo una duración de tres años, cuyo resultado fue un normativo y perfiles para estos actores, la escuela y el ministerio de la palabra, todo lo cual fue integrado en un anteproyecto que fue sometido a estudio y aprobación del Capítulo Distrital.[125]

 

Eventualmente el texto se publicaría, después de lo cual se preparó a los equipos animadores de los centros de cada región, a través de talleres. Esta medida fue especialmente importante, dado que, poco tiempo después, estos mismos equipos elaborarían una serie de planes locales para la puesta en marcha del proyecto, que contenían varias actividades. Un ejemplo fueron los talleres que pretendían dar a conocer el proyecto y su filosofía lasallista, además de que se realizaron “charlas, foros, conferencias” y “círculos de estudio en torno a los perfiles del proyecto”.[126]

 

A la par, se organizaron “convivencias de conocimiento y concientización”, mientras que los planes eran evaluados periódicamente.[127] Así también, se elaboraron informes de carácter local que daban cuenta sobre “la puesta en marcha del proyecto en cada centro”[128] y su evaluación por parte de la coordinación nacional. También hubo un taller nacional en el que participó la totalidad de los coordinadores de las agrupaciones animadoras con el propósito de evaluar lo hecho, intercambiar experiencias y definir políticas distritales para los centros en los que se aplicaría el proyecto.[129]

 

Estas directrices de carácter distrital permitieron que se estructurara un plan que permitió la “integración de la pastoral educativa y vocacional en torno al Proyecto Educativo”,[130] la creación de un plan local para cada uno de los centros y un “proceso permanente de motivación y animación”,[131] para lo cual se designó a un Hermano que trabajaría de tiempo completo, aunque también hubo otros actores facilitadores, como el Movimiento Nacional Juvenil Lasallista (que trabajó en la operación del proyecto educativo) y los profesores.[132]

 

Conclusiones

 

Como se ha dicho previamente, este artículo de investigación se proponía reconstruir las estrategias cercanas al Seminario-taller de la Familia Lasallista de Conocoto en 1989, que fueron implementadas con el fin de desarrollar y fortalecer la asociación lasallista en los distritos de la RELAL, destacando, a su vez, su carácter Formativo, apostólico y de gobierno, además de identificar a sus actores y destinatarios, a las instituciones lasallistas participantes, las reflexiones para el logro de los objetivos y sus antecedentes.  En respuesta a esto, en este texto se pudo ver que los antecedentes de las iniciativas destinadas al desarrollo y fortalecimiento de la asociación lasallista en general, y de la RELAL en particular, se encuentran en las sociedades de antiguos alumnos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que surgieron en Francia en los albores del siglo XX. Estas primeras agrupaciones darían lugar a un movimiento mundial que integraría a otros seglares vinculados a los religiosos de la Salle.

Con la publicación y difusión en 1989 de la Carta a la Familia Lasallista, se daría un nuevo impulso a las iniciativas y actividades destinadas a reflexionar y socializar este documento, como el Seminario-Taller de la Familia Lasallista que fue realizado en 1989 en Conocoto, Ecuador. A su vez, en este texto se demuestra que el desarrollo de la asociación lasallista fue un proceso complejo y extendido en el tiempo. Por tanto, en el caso de América Latina, el interés por crear iniciativas ya existía desde antes, por lo que algunos esfuerzos pueden rastrearse hasta los años sesenta o setenta del siglo XX, en consonancia con lo que ocurría en el panorama lasallista internacional.

 

Asimismo, tal como ocurría en el escenario lasallista de todo el mundo (por lo menos desde 1976, con el surgimiento de la Confederación Lasallista Mundial), en la RELAL, las acciones encaminadas hacia la asociación no sólo estaban enfocadas en los exalumnos, de tal forma que profesores, padres y madres de familia o empleados podían participar de lo organizado en los distintos territorios de la Región Latinoamericana Lasallista. Es necesario señalar que, si bien la asociación lasallista tuvo un desarrollo propio en cada uno de los distritos de la RELAL, puede decirse también que, para favorecer las sinergias entre laicos y Hermanos, cada una de estas unidades de gobierno generó estrategias de tres tipos: Formativas, apostólicas y de gobierno.

 

Entre las primeras se pueden enumerar los cursos (divididos en niveles según su grado de complejidad), los posgrados, las jornadas de reflexión (e, incluso, los retiros), los encuentros, las publicaciones y los seminarios, gran parte de los cuales se destinaban a la difusión de la espiritualidad lasaliana. Aquí es necesario decir que, debido a la variedad de actividades existentes y ante la diversidad de públicos a las que estaban enfocadas, las iniciativas formativas se llevaban a cabo en los centros educativos de los Hermanos de todos los niveles, incluyendo el ámbito universitario. Por otra parte, las iniciativas apostólicas se enfocaban en la opción por los más necesitados, por lo cual se emprendían diversas actividades con participación de los seglares, como colectas, misiones, o el trabajo con sectores considerados vulnerables. Las iniciativas de gobierno son las menos reseñadas en las fuentes lasallistas, pero se sabe que estaban interesadas en que los seglares comprometidos fueran tomando puestos de dirección y toma de decisiones. Finalmente, hay que decir que en el proceso de desarrollo de la asociación lasallista en la RELAL se reflexionó mucho sobre temas como el papel de la escuela católica o el compromiso del seglar en la misión lasallista, todo ello permeado por la espiritualidad y la pedagogía de Jean-Baptiste de la Salle, lo cual quedó expresado en documentos, marcos referenciales, lineamientos, etcétera.

 

No es posible concluir sin señalar que una futura vía de investigación implicaría enfocarse en los resultados concretos que trajeron los eventos de Conocoto y su impacto para el desenvolvimiento de la asociación lasallista en la RELAL. A su vez sería relevante estudiar a la Región Lasallista Africana (RELAF), la Región Lasallista de América del Norte (RELAN), la Conferencia Regional de Asia Pacífico (PARC) y la Región Lasallista de Europa Mediterránea (RELEM), sobre las cuales se puede investigar la manera en la que recibieron la Carta a la Familia Lasallista.

 

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Fuentes

 

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Basterrechea, José Pablo (1981): Carta del Hermano Superior, 8 Diciembre 1981, Casa Generalizia dei Fratelli delle Scuole Cristiane, Roma.

 

Consejo General (1989): Carta a la familia lasallista, Hermanos de las Escuelas Cristianas, Roma.

 

b) Circulares:

 

Circular N° 395.  Nuestra vida de oración, interpretación y comentario del capítulo 10 de las reglas y constituciones (1972): Casa Generalicia, Roma.

 

c) Publicaciones periódicas consultadas:

 

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Belza, Honorio (1979): “Carta del Hno. Vr. Honorio Belza”, La Salle en México-Norte, N° 227, pp. 29-31.

 

Buttimer, Thomas-Joseph (1972): Contacto. Vocación del Hermano en la iglesia, Casa Generalizia dei Fratelli delle Scuole Cristiane, Roma.

 

García Ahumada, Enrique (1989): “Presentación”, Boletín RELAL, N° 48, p. 1.

 

Huber, Georges (1967): “L’aggiornamento chez 18.000 Frères des Écoles Chrétiennes”, Bulletin des Frères des Écoles Chrétiennes, N°189, pp. 36-42.

 

Johnston, John y Sáenz de Ugarte, Genaro (1988): “Propuesta misionera a los Hermanos de la RELAL”, Boletín RELAL, N° 44, pp. 5 -11.

 

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Lauraire, Léon (1985): La escuela católica en el mundo.  “Una libertad difícil”, Documentos y testimonios, N° 3.

 

Pascual González, Cipriano Antonio y Estrada, Manuel (1984): “Síntesis de los hechos que explican la problemática suscitada entre el instituto pedagógico La Salle de Managua y el Ministerio de Educación”, Boletín RELAL, N° 33, pp. 6 -10.

 

Sebá López, Hernando (1989): “Comentarios a la ‘Carta a la Familia Lasallista’”, Boletín RELAL, N° 48, pp. 50-109.



* Universidad Virtual del Estado de Guanajuato (UVEG), México. Correo electrónico: larisa.gonzalez.martinez@hotmail.com

[1] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, García Ahumada, 1989: 1.

[2] Regiomontano Cumbres. Consejo General, 1989.

[3] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Sebá López, 1989: 52-53.

[4] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Sebá López, 1989: 53.

[5] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Sebá López, 1989: 53-54.

[6] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Sebá López, 1989: 54-55.

[7] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 14-15.

[8] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 14-15.

[9] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 14-15.

[10] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 15.

[11] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 16.

[12] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 16.

[13] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 17.

[14] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 16-17.

[15] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 18.

[16] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 18.

[17] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 17-19.

[18] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 18-19.

[19] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Johnston y Sáenz de Ugarte, 1988: 7.

[20] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 19.

[21] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 19.

[22] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 41.

[23] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 41.

[24] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 41.

[25] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 41.

[26] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 42.

[27] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 42.

[28] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 42.

[29] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 43.

[30] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 43.

[31] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 43.

[32] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40.

[33] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40.

[34] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40-41.

[35] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40.

[36] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40.

[37] Noviciado interdistrital. La Salle en México-Norte, Belza, 1979; Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Pascual González y Estrada, 1984; Regiomontano Cumbres. Lauraire, 1985.

[38] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24.

[39] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24-25.

[40] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24-25.

[41] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[42] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31.

[43] Casa Provincial. Bulletin des Frères des Écoles Chrétiennes, Huber, 1967: 37; Regiomontano Cumbres. Basterrechea, 1980: 14; Regiomontano Cumbres. Basterrechea, 1981: 10, 15; Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, Johnston y Sáenz de Ugarte, 1988: 10.

[44] Regiomontano Cumbres. Buttimer, 1972: 2-4, 6-7; Regiomontano Cumbres. Circular N° 395, 1972: 3-4, 9, 13, 15; Casa Provincial. Boletín de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, 4ª Fase, 1976: 29.

[45] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 25-26.

[46] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 25-26.

[47] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[48] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[49] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[50] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[51] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 26.

[52] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 29.

[53] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 27.

[54] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 27-28.

[55] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 28.

[56] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 28-29.

[57] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 29.

[58] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30.

[59] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 29.

[60] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30.

[61] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30.

[62] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30.

[63] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24-30.

[64] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30.

[65] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 30-31.

[66] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31.

[67] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31.

[68] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31.

[69] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 20.

[70] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 20.

[71] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 21.

[72] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 20-21.

[73] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 21.

[74] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33.

[75] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33.

[76] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33.

[77] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32-33.

[78] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[79] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[80] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[81] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33.

[82] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[83] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33.

[84] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31.

[85] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 31-32.

[86] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[87] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[88] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 32.

[89] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[90] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 37.

[91] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 37.

[92] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 33-34.

[93] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[94] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 37.

[95] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[96] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[97] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 37.

[98] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[99] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[100] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[101] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[102] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[103] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 36.

[104] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[105] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 35.

[106] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[107] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 34.

[108] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38.

[109] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[110] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[111] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[112] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[113] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38.

[114] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38. 

[115] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38. 

[116] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38. 

[117] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 38-39.

[118] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40.

[119] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[120] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 40. 

[121] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[122] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39-40. 

[123] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[124] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 39.

[125] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 22.

[126] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 23.

[127] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 23.

[128] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 23.

[129] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 23.

[130] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 23.

[131] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24.

[132] Noviciado interdistrital. Boletín RELAL, La Familia Lasallista en los Distritos de la RELAL, 1989: 24.