La apropiación de riqueza del sector exportador en Argentina (2003-2015) y Bolivia (2006-2019): su impacto en la desigualdad

 

Wealth appropriation from the export sector in Argentina (2003-2015) and Bolivia (2006-2019): its impact on inequality

 

Resumen

El presente artículo busca estudiar, desde la perspectiva de la Sociología Histórica, la apropiación de la riqueza en Argentina y en Bolivia durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015) y los gobiernos de Evo Morales (2006-2019), respectivamente. A su vez, se analiza el impacto de ésta en el desarrollo de la desigualdad. Dicho estudio se hace a partir del comportamiento del sector exportador de manufacturas de origen agropecuario en Argentina y de la exportación de hidrocarburos en Bolivia. Empíricamente se analiza, de forma comparada, el Producto Bruto Interno (PBI), los ingresos del sector asalariado y las ganancias de los exportadores mencionados en los países y periodos de estudio. La hipótesis que guía este artículo es que, si bien en Argentina, durante los gobiernos kirchneristas, y en Bolivia, durante los gobiernos de Evo Morales, se redujo la pobreza y se generó una mayor paridad dentro del sector asalariado, no disminuyó la apropiación de riqueza por parte de los principales exportadores de manufacturas de origen agropecuario y de hidrocarburos.

Palabras clave: Exportadores; Argentina; Bolivia

 

Abstract

From a Historical Sociology point of view, this article focus on the study of the appropriation of wealth in Argentina and Bolivia, during the administrations of Néstor Kirchner and Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015) and the administration of Evo Morales (2006-2019), respectively. Additionally, the impact of this appropiation on the development of inequality will be also studied. This analysis will be based on the behavior of the exporting sector of manufactures from agricultural origin in Argentina and the exportation of hydrocarbons in Bolivia. The Gross Domestic Product (GDP), the income of the salaried sector and the profits of the exporters mentioned in the countries and periods of study will be analyzed empirically in a comparative manner. The hypothesis that guides this project is that, although in Argentina, during the Kirchnerist administrations, and in Bolivia, during the administration of Evo Morales, poverty has been reduced and greater parity has been achieved within the working class, the wealth appropriation by the main exporters of manufactures from agricultural origin and of hydrocarbons has not decreased.

Keywords: Exporters; Argentina; Bolivia

 

Fecha de recepción: 20 de mayo de 2022

Fecha de aceptación: 16 de agosto de 2022

 

 

La apropiación de riqueza del sector exportador en Argentina (2003-2015) y Bolivia (2006-2019): su impacto en la desigualdad

 

Agustín Prol*

Introducción

 

América Latina es caracterizada desde hace varias décadas como la región más desigual del mundo. Sin embargo, en la primera década del presente siglo se avanzó significativamente en la modificación de dicha característica. Con la llegada al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela (2002), Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil (2003), Néstor Kirchner en Argentina (2003), Evo Morales en Bolivia (2006) y Rafael Correa en Ecuador (2007) comenzaron a desarrollarse experiencias políticas democratizadoras en términos políticos, sociales y económicos. Estos gobiernos, mediante una fuerte inversión pública, lograron transformar las condiciones socioeconómicas de sus poblaciones y disminuir sensiblemente el desempleo y la pobreza, ampliando o creando importantes sectores medios.

 

El presente artículo se propone analizar la apropiación de la riqueza por determinados sectores económicos y su impacto en el desarrollo de la desigualdad. Entendemos que es necesario problematizar aquellas miradas que se restringen a estudiar la desigualdad a partir del ingreso como única variable. Este tipo de aportes no explican si la paridad de los ingresos se consigue gracias a un aumento de los salarios más bajos o por una disminución de aquellos más altos, sin permitir diferenciar si la reducción de la desigualdad se produce a partir del fortalecimiento del sector salarial o del capital (Pérez Sáinz, 2016). Del mismo modo, no logran dar cuenta de los mecanismos de explotación y acaparamiento de oportunidades que desarrollan quienes tienen la propiedad de los recursos económicos (Reygadas, 2004). Es por esto que consideramos que, junto al ingreso, deben observarse otros indicadores como la acumulación de grandes patrimonios y activos materiales en general.

 

Ahora bien, debido a que las ciencias sociales latinoamericanas no han destinado los mismos esfuerzos por describir y caracterizar a las clases ricas como lo han hecho con los sectores subalternos, existen pocas investigaciones donde se involucren a los sectores económicos dominantes ignorando la capacidad que tienen para definir, impulsar o vetar políticas públicas que afectan tanto a millones de personas como al desarrollo económico nacional. Esta ausencia de estudios académicos está acompañada por una clara insuficiencia de fuentes disponibles para su análisis, dificultando la obtención de indicadores alternativos al ingreso. De esta forma, las clases altas se mantienen invisibles para los registros estadísticos y la información sobre sus ingresos y riqueza es escasa y muy fragmentada. Esto ocurre, no sólo porque estas son poco propensas a entregar dicha información, sino también porque las investigaciones sobre desigualdad se basan generalmente en encuestas de hogares. En estas encuestas existen serias limitaciones para dar cuenta de los ingresos de los sectores más ricos. Por un lado, los altos ingresos se encuentran muy subestimados, en particular aquellos que derivan de fuentes no laborales como las rentas. Por otro lado, no tienen en cuenta a los patrimonios que son fundamentales para una caracterización de las clases altas (Benza y Kessler, 2020).

 

Por lo expuesto, la reconstrucción alrededor del desarrollo de los grupos de mayores recursos no es tarea sencilla. En el presente trabajo, hacemos uso del enfoque de apropiación-expropiación que propone Reygadas (2008), para abordar el análisis de la desigualdad en Argentina (2003-2015) y en Bolivia (2006-2019). Mediante este enfoque se puede observar “la posibilidad que tienen algunos individuos o grupos sociales de quedarse con una parte de la riqueza y los medios de bienestar generados por otros u obtenidos de manera colectiva” (p.40). Comprendemos que, si el rendimiento del capital de un sector económico es superior al crecimiento de la producción y de los ingresos, el acervo de riqueza domina a aquellos patrimonios construidos con la fuerza laboral. Ello implica una constante producción de desigualdad, ya que el capital una vez producido se reproduce con mayor facilidad y rapidez. De esta forma, aquellos propietarios, con posibilidad de apropiarse de una porción de la riqueza producida colectivamente, tienden a transformarse en rentistas y a dominar cada vez más a quienes sólo tienen su trabajo (Piketty, 2014).

 

Debido a la inclusión de América Latina dentro de la división internacional del trabajo, las exportaciones jugaron históricamente un rol central en las estructuras económicas nacionales. De esta forma, los sectores exportadores de la región alcanzaron la capacidad de apropiarse de gran parte de la riqueza producida en los países latinoamericanos. Es por ello que en el presente articulo nos proponemos analizar las ganancias de los principales sectores exportadores en cada país de estudio, en comparación con los ingresos del sector asalariado. Hemos elegido a los exportadores de manufacturas de origen agropecuario en Argentina y a los exportadores de hidrocarburos en Bolivia durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015) y los gobiernos de Evo Morales (2006-2019), respectivamente, ya que fueron los de mayor exportación durante los periodos de estudio.

 

El problema se aborda desde la perspectiva de la Sociología Histórica, ya que este campo permite la realización de preguntas sobre procesos sociales ubicados en un tiempo y espacio específico, tomando en cuenta las secuencias temporales para dar cuenta de los resultados intencionales y no intencionales en las transformaciones sociales, pero entendiendo aquellos como insertos dentro de una historia de larga duración que limita y abre posibilidades a los cambios (Skocpol, 1991). Asimismo, se propone observar de forma comparada los procesos desarrollados tanto en Bolivia como en Argentina porque se entiende que ambos países transitaron -y transitan- por un contexto social, político y económico regional que los incluye, sin eliminar sus particularidades históricas específicas. La comparación, desarrollada en el presente trabajo, “busca analizar esos hechos únicos e irrepetibles dentro de modelos que van más allá de la singularidad” (Giordano, 2011: 45).

 

El trabajo está estructurado de la siguiente manera, luego de esta breve introducción se desarrolla la relación de América Latina en el sistema económico mundial y las características propias del periodo de estudio. Se hace principal énfasis en la relevancia que ha adquirido el sector exportador, teniendo en cuenta las continuidades y rupturas durante la primera década del siglo XXI. Luego se expone la relación del boom de los commodities con el crecimiento económico y a continuación su injerencia en la creciente inversión pública boliviana y argentina. Después de señalar el crecimiento en los ingresos por exportaciones de manufacturas de origen agropecuario en Argentina y de hidrocarburos en Bolivia, que permitió la apropiación de riqueza de dichos sectores, se finaliza con las conclusiones alcanzadas.

 

La relevancia del sector exportador

 

Desde el comienzo de la época colonial, América Latina se desarrolló dentro de la división internacional del trabajo como proveedora de bienes primarios o básicos. Sólo luego de la segunda guerra mundial comenzó a ser cuestionado el rol de la región en el sistema-mundo. Sin embargo, a partir del desarrollo de las dictaduras militares durante la década de 1970 la teoría de las ventajas comparativas fue nuevamente utilizada para argumentar la necesidad de concentrarse en la producción de commodities (Lander, 2014). De este modo, durante las últimas décadas del siglo XX en América Latina se desarrollaron proyectos neoliberales que fortalecieron la capacidad de apropiación de la riqueza de determinados sectores, generando o fortaleciendo lo que Castellani (2007) denomina ámbitos privilegiados de acumulación. La autora entiende a estos como espacios en donde, debido a su vinculación con el Estado, las empresas involucradas obtienen ganancias extraordinarias derivadas de privilegios institucionalizados o no institucionalizados. De esta forma, al tiempo que se desarrolla un proceso de acumulación de las empresas más importantes a base de rentas de privilegio, se deterioran las capacidades y los niveles de autonomía del sector estatal acrecentando el poder de una fracción empresaria.

 

En este contexto, Argentina se destacó por sobre el resto de los países latinoamericanos tanto por la intensidad y la rapidez de la extranjerización, como también por haber sido hasta el momento uno de los países con mayor presencia de empresas nacionales (Schorr y Wainer, 2014). Con el golpe de Estado ocurrido el 24 de marzo de 1976, que establece la dictadura cívico-militar argentina, se produjeron importantes cambios en la estructura económica nacional. Estas modificaciones incluyeron el debilitamiento de la participación del Estado frente a la hegemonía del mercado, la liberación de los precios, el congelamiento de salarios y el cese progresivo de las exportaciones industriales. Una vez terminado el periodo militar, los gobiernos democráticos subsiguientes profundizaron el rumbo neoliberal establecido. Durante la década de 1990, bajo los gobiernos de Carlos Saúl Menem (1989-1999), se produjo una profunda e inédita extranjerización de las empresas nacionales públicas y privadas. Asimismo, las transferencias de capital agudizaron el proceso iniciado en las décadas anteriores de fuga de capitales ya que los inversores no se encontraban obligados ni a la reinversión ni repatriación de utilidades. Del mismo modo, el proceso de desregulación llevado adelante implicó la eliminación o reducción de los derechos de exportación para los productos primarios.

 

Situación similar puede observarse en Bolivia. A fines de 1985, Víctor Paz Estenssoro puso en marcha la denominada Nueva Política Económica (NPE). Esta, con un fuerte contenido neoliberal, produjo una profunda ruptura con el modelo boliviano presente desde los años 50. La llegada al gobierno de Jaime Paz Zamora en 1989 significó una profundización de dichas políticas neoliberales marcada por la privatización y la apertura de los recursos naturales al capital extranjero.

 

Hacia finales del siglo pasado, este proceso de financiarización, concentración y extranjerización económica, que encontró su mayor expresión durante la década de 1990, comenzó a entrar en crisis debido a profundos desequilibrios económicos. Esta situación contribuyó al surgimiento o fortalecimiento de diferentes movimientos y partidos que se oponían al neoliberalismo. Dentro de estos aparecieron actores sociales novedosos entre los que podemos destacar a los movimientos indígenas, organizaciones campesinas, movimientos de desempleados o de derechos humanos. Los partidos políticos tradicionales comenzaron a perder espacio, dando lugar a la formación de partidos más plurales y heterogéneos. En Argentina, luego de la crisis económica y política que tuvo su mayor expresión durante el año 2001 con la presencia de cinco presidentes en una semana, el 25 de mayo del 2003 asumió Néstor Kirchner la presidencia de la Nación. Como dirigente histórico de uno de los principales partidos políticos argentinos, accedió al poder con poco apoyo y confianza popular materializada en apenas 22% de votos. Sin embargo, rápidamente constituyó un bloque de poder donde incluyó actores sociales novedosos como los desempleados, los movimientos de derechos humanos y diferentes partidos que se encontraban alejados del peronismo.

 

En Bolivia, en cambio, el 22 de enero de 2006 asumió el cargo de presidente un dirigente campesino. Evo Morales se convirtió así en el primer presidente indígena de Bolivia por el partido Movimiento al Socialismo (MAS). Dicho partido, fundado durante la década de 1990, tiene su origen en las reivindicaciones de los cocaleros y en la oposición al neoliberalismo. En las elecciones presidenciales de diciembre de 2005 el MAS con Evo Morales a la cabeza obtuvo casi el 54% de los votos.

 

A estas experiencias latinoamericanas novedosas Soler (2020) las ha denominado populismos del siglo XXI. La autora señala que estos gobiernos, aún sin modificar la matriz de acumulación, transformaron las condiciones socioeconómicas y crearon amplios sectores medios articulando la tradición populista con el paradigma extractivista. El aumento en los precios internacionales de productos alimentarios, hidrocarburos, metales y minerales promovió que todos los gobiernos latinoamericanos, más allá del signo ideológico, sostuvieran que no había alternativa al extractivismo, generando lo que Svampa (2019) denominó Consenso de los Commodities.

 

Podemos observar determinadas rupturas y continuidades frente al lugar del sector exportador en la región. Particularmente, durante los gobiernos kirchneristas, en Argentina, no se realizaron modificaciones significativas dentro de dicho sector en materia de concentración, privatización y extranjerización. Wainer (2010) señala que al aumento de los precios internacionales de los principales productos que exporta el país y al incremento en las cantidades vendidas al exterior no lo acompañó un aumento en las grandes empresas exportadoras, siendo unas pocas importantes las beneficiadas. Asimismo, deben tenerse en cuenta los efectos producidos gracias a la devaluación profunda de la moneda nacional en el año 2002, luego de la crisis de la convertibilidad. El drástico aumento del dólar cambió contundentemente el valor de las exportaciones en moneda local. Por lo tanto, el importante aumento de las ganancias de exportación del periodo, gracias a la devaluación local como al crecimiento de los precios internacionales, fue apropiado por una pequeña cantidad de empresas. Asimismo, y frente a la aceleración en los precios de commodities exportados por Argentina, en marzo de 2008 el Gobierno Nacional pretendió adoptar un esquema de retenciones móviles donde las mismas aumenten y se reduzcan siguiendo la evolución de los precios internacionales, mediante la Resolución 125/08.[1] Esta medida, luego de fuertes presiones de los grupos exportadores, no logró ser implantada. Podemos observar el poder económico-político de dichos sectores -adquirido a lo largo de los años- para definir o vetar determinadas políticas públicas e impulsar una profundización del proceso de concentración económica.

 

En Bolivia, durante el gobierno del MAS, si bien se mantuvo una fuerte presencia extranjera en el sector exportador se produjeron modificaciones y rupturas importantes. Luego de los enfrentamientos de 2003 que derivaron en la llamada “Guerra del Gas”, la sanción de la Ley 3.052 o Ley de Hidrocarburos (2005) y el decreto 28.701 conocido como “Héroes del Chaco” firmado por Evo Morales en el año 2006, el Estado boliviano recuperó la propiedad de los recursos hidrocarburíferos. De esta forma, quedaba Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPBF) a cargo de la comercialización y del control de toda la cadena productiva. Debido a que dicha empresa pública no podía prescindir de las inversiones como tampoco encargarse de toda la producción hidrocarburífera, mantuvo el control público, pero no eliminó la participación privada y extranjera (Ceppi, 2016). Entonces, se estableció una convivencia entre el sector público y el privado, donde si bien este último no dejó de acumular grandes porciones de ganancias durante el alza de los precios internacionales, el Estado logró una importante recaudación tributaria.

 

Boom de los commodities, crecimiento económico e inversión pública

 

Como hemos mencionado, durante el periodo de estudio se produjo en toda la región un aumento de los ingresos de exportación que se enmarca en un crecimiento generalizado de las exportaciones latinoamericanas, tanto en los precios internacionales de productos básicos como en sus volúmenes de exportación. Esta situación contribuyó a un crecimiento sostenido del Producto Bruto Interno (PBI) de los países latinoamericanos en general.

 

Sin embargo, Leiras (2016) señala que, si bien todos los países de la región disfrutaron de este boom de los commodities, aquellos que tuvieron “gobiernos de izquierda” durante períodos extensos (dentro de los que incluye a Argentina y Bolivia) tuvieron resultados más favorables del comercio internacional.[2] De este modo, podemos afirmar la existencia de una profunda relación entre el crecimiento de Argentina y de Bolivia con el alto incremento en los ingresos de exportación, incluso exhibiendo mejores resultados en sus balanzas comerciales durante dicho periodo que otros países

latinoamericanos.

 

Gráfico 1. Fuente: elaboración propia en base a datos de la CEPAL

 

Como muestra el Gráfico 1, Argentina luego de la crisis del 2001, donde sufrió un descenso de 10 puntos de su PBI, logró recomponerse alcanzando para el año 2003 un crecimiento anual mayor al 8%. Este crecimiento se mantuvo en cifras similares hasta la crisis financiera global de los años 2008 y 2009. Esta situación puede entenderse como histórica, no sólo por lo elevado de las tasas de crecimiento, sino también por lo sostenido del mismo a lo largo de los años. Luego de la crisis mundial, para el año 2010, Argentina logró recomponerse, pero ya su crecimiento no fue tan alto y se encontró más inestable. En Bolivia, por su parte, se experimentaba un aumento progresivo en su tasa de crecimiento, desde el año 2003, cuando llegó a la presidencia Evo Morales, en el año 2006. Ese incremento se mantuvo de forma progresiva hasta alcanzar un crecimiento anual de más del 6% durante el año 2008. La crisis global también afectó su economía, aunque, sin embargo, su caída fue menor a la experimentada por Argentina ya que nunca llegó a niveles negativos y rápidamente retomó la vía del crecimiento progresivo.

 

Esta fuerte alza del PBI estuvo acompañada por un incremento sostenido en la inversión pública, impulsando importantes transformaciones en las condiciones de vida de la población en ambos países. Retomando a Leiras (2016), y su caracterización alrededor de los países que tuvieron “gobiernos de izquierda” durante períodos extensos, observamos que estos fueron más estatistas generando un aumento en la incidencia del gasto público sobre el total de la economía mayor que en el resto de la región. De esta forma, consideramos que las decisiones políticas y el rol del Estado en estas transformaciones fueron centrales. Si bien el aumento de los precios y volúmenes de exportación contribuyó al crecimiento de los ingresos nacionales, los gobiernos que reaccionaron a este contexto internacional aumentando la inversión estatal obtuvieron mejores resultados en términos sociales.

 

Ambos países de estudio generaron importantes programas de transferencia monetaria condicionada. En Argentina fue significativo el papel de la “Asignación Universal por Hijo” (destinado a personas sin trabajo registrado a cargo de niñxs y adolescentes menores de 18 años), llegando a cubrir a más de tres millones y medio de familias para el año 2015. Similar situación se observa en Bolivia, donde se generaron programas como el “Juancito Pinto” (destinado a familias con niñxs), el programa “Juana Azurduy” (destinado a madres sin seguro médico) y el programa “Renta Dignidad” (destinado a personas mayores de 60 años).

 


Asimismo, en ambos países se registró un descenso en la tasa de desempleo en los periodos de estudio. Bolivia para el año 2006 contaba con un 6,5% de desocupación, cifra que descendió al 3,7% en el año 2019. En Argentina, por su parte, la disminución fue más pronunciada ya que ocurrió del 17,3% en el año 2003 al 6,5% en el año 2015[3]. Esta baja en el desempleo estuvo acompañada por un aumento sostenido de los salarios, principalmente de los salarios más bajos. Como muestra el Gráfico 2 los salarios mínimos de ambos países crecieron sistemáticamente en los periodos de estudio. En Argentina, luego de diez años consecutivos de congelamiento salarial, a mediados del año 2003 comenzó un incremento que se mantuvo hasta el año 2013. Situación similar ocurrió en Bolivia, ya que el salario mínimo se encontraba igual desde el 2003. A partir del año 2006 comienza a incrementarse ininterrumpidamente hasta el año 2019.

* ajustados de acuerdo con la cotización del dólar.

Gráfico 2. Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC y BCRA para Argentina y del INE y BCB para Bolivia.

 

De esta forma, gracias a la inclusión de millones de personas al mercado de trabajo y de la cobertura social mediante las transferencias monetarias condicionadas, en ambos países se produjo una importante reducción de la pobreza. En Bolivia, al momento del ascenso de Evo Morales, la pobreza se ubicaba en el 63,5%. Este número disminuyó sostenida y rápidamente alcanzando el 31,1% en el año 2019. Del mismo modo, en el área urbana argentina la disminución se produjo desde un 50% en el año 2003, al 24,9% en el año 2014, cuando dejó de medirse dicho indicador.[4]

 

Por lo expuesto, podríamos desarrollar como una primera conclusión que el crecimiento económico experimentado por ambos países les permitió un fuerte incremento en materia de inversión pública que ambos países utilizaron tanto para disminuir los niveles de pobreza e indigencia, como para mejorar el poder adquisitivo del sector asalariado. En ese sentido, Azevedo, Inchaust y Sanfelice (2013) señalan que la mayor parte de la disminución de la desigualdad dentro de América Latina en la primera década del presente siglo, puede atribuirse al aumento de los ingresos de las clases más bajas. Las transferencias directas y las modificaciones dentro del mercado laboral que mencionamos anteriormente jugaron un rol central en esta distribución del ingreso. Un reparto más equitativo entre los salarios de lxs trabajadorxs, fundamentalmente entre aquellxs calificadxs y no calificadxs, generó mayor paridad dentro del mercado laboral favoreciendo una mejora en los índices de desigualdad. Sin embargo, el sector asalariado no mejoró su situación relativa frente al capital. Los sectores económicamente dominantes parecen no haber experimentado transformaciones tan significativas. Al tiempo que se consolidó la región como exportadora de productos primarios, aumentó también el enriquecimiento principalmente de aquellos sectores relacionados con las exportaciones de dichos productos.

 

Para observar dicho enriquecimiento nos centraremos en el estudio de los exportadores de manufacturas de origen agropecuario en Argentina y los exportadores de hidrocarburos en Bolivia. Como ya se ha expuesto, estos sectores fueron los de mayor exportación durante los periodos de estudio. En Argentina los ingresos por exportaciones de origen agropecuario representaron entre 48% y el 61% del total de ingresos de las exportaciones en el período 2003-2015, mientras que los ingresos por exportaciones bolivianas de hidrocarburos se mantuvieron entre el 30% y el 54% del total en el período 2006-2019. Asimismo, como muestra el Gráfico 3, el crecimiento de ambas exportaciones durante el período fue exponencial. En el año 2009 sufrieron una pronunciada caída como reflejo de los efectos de la crisis internacional en el comercio exterior latinoamericano. Luego de un rebote, en el año 2013 desaceleraron su ritmo de crecimiento. Los ingresos provenientes del sector exportador argentino de origen agropecuario aumentaron un 174% entre 2003 y 2013 mientras que los años siguientes sufrieron un retroceso, pero se mantuvieron muy por encima de los valores del año 2003. Del mismo modo, los ingresos por exportaciones de hidrocarburos en Bolivia crecieron un 229% desde el 2006 al 2013, para luego disminuir, pero se mantuvieron por encima

de los valores del 2005.[5]

 

Gráfico 3. Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC para Argentina y del INE para Bolivia.

 

Del mismo modo que el boom de los commodities le permitió a los Estados apropiarse de una porción de los recursos obtenidos, le posibilitó al sector exportador incrementar sus ganancias. Al crecimiento de los salarios más bajos, tanto en Argentina como en Bolivia, lo acompañó (y lo superó en la mayoría de los años del periodo) un incremento en las ganancias provenientes del sector exportador. De esta forma, y retomando el enfoque de apropiación-expropiación de Reygadas (2008), observamos como determinados grupos económicos mantienen la posibilidad de apropiarse de un porcentaje significativo de la riqueza generada por ambos países.

 

Asimismo, como hemos mencionado anteriormente, frente a la concentración y la extranjerización de los sectores de estudio se presentan más continuidades que rupturas. Por lo tanto, este aumento sostenido en los ingresos de exportación significó también la continuidad de un proceso de consolidación económica y política de estos sectores. En este contexto, esta íntima relación entre las posibilidades de exportación, el crecimiento nacional y la inversión pública genera una dependencia del Estado frente al sector exportador. Este sector, gracias a su crecimiento y fundamentalmente a su posicionamiento estratégico dentro de la estructura económica latinoamericana, tiene una importante capacidad de presión frente a las definiciones políticas emprendidas. Por ello, consideramos necesario profundizar los análisis e investigaciones que echen luz a estos actores.

 

Conclusiones

 

Tanto los gobiernos kirchneristas como los gobiernos de Evo Morales pusieron en marcha procesos de inclusión social, impulsados por la intervención del Estado, favoreciendo el alza de los salarios y la incorporación de diversos programas de transferencias monetarias. Estos procesos han mejorado sustancialmente la calidad de vida de las poblaciones más pobres, ampliando (o incluso creando) sectores de clase media. Sin embargo, la estructura económica de ambos países no se modificó ya que aquellos sectores ubicados en posiciones elevadas de la pirámide social experimentaron un crecimiento muy importante, superando en ocasiones al crecimiento salarial. Es decir, podemos afirmar que existió un reparto más equitativo de los ingresos dentro del mercado de trabajo, que posibilitó una importante reducción de los niveles de pobreza e indigencia, pero dicho sector no modificó su posición relativa frente al capital. Aunque a diferencia de la mayoría de los procesos históricos latinoamericanos, las grandes acumulaciones de riqueza estuvieron acompañadas por un importante crecimiento del PBI y del sector salarial, al tiempo que una porción importante de este crecimiento económico fue apropiada por los sectores más ricos no hubo una disminución en la concentración de riqueza. A su vez, si bien, como fue señalado, hay una clara insuficiencia en las fuentes disponibles para observar los patrimonios y otros activos materiales, podemos concluir que la apropiación de un importante porcentaje de las riquezas obtenidas durante el boom de los commodities implicó un aumento significativo de estos. Son, entonces, aquellos ámbitos privilegiados de acumulación los que les permiten a determinados sectores obtener ganancias superiores al crecimiento de la producción y de los ingresos. Lo que ocurre entonces, es que se aumenta sistemáticamente su acervo de riqueza dominando a aquellos patrimonios construidos con la fuerza laboral. Este incremento más rápido y sencillo que el crecimiento de los ingresos del sector asalariado, produce indefectiblemente una sostenibilidad de la desigualdad.

 

Asimismo, la estructura económica latinoamericana enlaza tanto el desarrollo de los ingresos nacionales como los movimientos de ascenso social de la población al desenvolvimiento del comercio exterior, caracterizado por exportaciones primarias de pocas grandes empresas. De esta forma, podemos afirmar que si bien el Consenso de los Commodities, por un lado, permitió a los gobiernos impulsar determinadas políticas públicas con el fin de disminuir los niveles de pobreza e indigencia mejorando el poder adquisitivo del sector asalariado, por otro lado, mientras que consolidó a la región como exportadora de productos primarios, aumentó también el enriquecimiento de los sectores económicos dominantes y principalmente aquellos relacionados con las exportaciones. Esta situación hace indispensable el estudio de estos sectores privilegiados. Es por esto que creemos importante destacar que esta desigualdad económica y social tiene también su correlato en términos políticos. Estos pocos, pero grandes grupos económicos (en muchos casos extranjeros), concentran también fuerte poder político ya que son los actores centrales y decisivos en cuanto al ritmo de crecimiento de la economía nacional y frente a la obtención de divisas. Por ello, como hemos descripto a lo largo del artículo, han sido los sectores de estudio los que han condicionado en diversas oportunidades las definiciones políticas tomadas por los gobiernos latinoamericanos.

 

Este artículo pretende ser un aporte en términos comparados a la discusión sobre la desigualdad latinoamericana desde un enfoque multidimensional y contribuir a la observación de la apropiación de las riquezas por parte de los sectores dominantes. Entendemos que es indispensable la generación de nuevos indicadores y fuentes disponibles para dicho análisis, como también construir nuevas herramientas que complementen a las encuestas de hogares.

 

Bibliografía

 

Azevedo, Joao Pedro; Inchaust, Gabriela y Sanfelice, Viviane (2013): Decomposing the recent inequality decline in Latin America, The World Bank, USA.

 

Benza, Gabriela y Kessler, Gabriel (2020): “Nuevas clases medias: acercar la lupa”, Nueva Sociedad, N° 285, pp. 60-71.

 

Castellani, Ana Gabriela (2007): “Difusión de ámbitos privilegiados de acumulación en la historia argentina reciente. Intervención económica estatal y comportamiento empresario, 1966-1989”, Sociohistórica, N° 21-22, pp. 17-53.

 

Ceppi, Natalia (2016): “Los hidrocarburos en el Gobierno de Evo Morales: extractivismo nacionalista con presencia extranjera”, Civilizar Ciencias Sociales y Humanas, N°16, Vol. 30, pp. 175-190.

 

Giordano, Verónica (2011): Alegato a favor de una Sociología Histórica Comparada para América Latina. Trabajo y sociedad, N° 17, pp. 41-48.

 

Lander, Edgardo (2014): El Neoextractivismo como modelo de desarrollo en América Latina y sus contradicciones, Heirinch Boll Stiftung, Berlin.

 

Leiras, Marcelo (2016): “Economía y política en los gobiernos de izquierda de América Latina”, en Leiras, Marcelo; Malamud, Andrés y Pablo Stefanoni (comps.), ¿Por qué retrocede la izquierda?, Capital Intelectual/Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, pp. 21-46.

 

Pérez Sáinz, Juan Pablo (2016): Una historia de la desigualdad en América Latina. La barbarie de los mercados, desde el siglo XIX hasta hoy, Siglo XXI, Buenos Aires.

 

Piketty, Thomas (2014): El capital en el siglo XXI, Fondo de cultura económica, México.

 

Reygadas, Luis (2004): “Las redes de la desigualdad: un enfoque multidimensional”, Política y cultura, N° 22, pp. 7-25.

 

Reygadas, Luis (2008): La apropiación: destejiendo las redes de la desigualdad, Anthropos, México.

 

Schorr, Martín y Wainer, Andrés (2014): “Extranjerización e internacionalización de las burguesías latinoamericanas: el caso argentino”, Perfiles latinoamericanos, N° 22, Vol. 44, pp. 113-141.

 

Soler, Lorena (2020): “Populismo del siglo XXI en América Latina”, Estado & comunes, revista de políticas y problemas públicos, N°1, Vol. 10, pp. 17-36.

 

Skocpol, Theda (1991): “Sociology’s Historical Imagination”, en Theda Skocpol (ed.), Vision and Method in Historical Sociology, Cambridge University Press, Cambridge, New York, pp. 1-21.

 

Svampa, Maristella (2019): Las fronteras del neoextractivismo en América Latina: conflictos socioambientales, giro ecoterritorial y nuevas dependencias, CALAS, Alemania.

 

Wainer, Andrés (2010): “Burguesías exportadoras: ¿un camino para el desarrollo de América Latina? El caso de la Argentina reciente”, Cuadernos del CENDES, N° 27, Vol. 75, pp. 95-117.



* Maestrando en Integración Latinoamericana (UNLP). Licenciado en Sociología (UBA). Investigador del Grupo de Estudios de Sociología Histórica de América Latina en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Argentina. E-mail: prol.agustin@gmail.com

[1] La Resolución 125/08 fue una reglamentación del Ministerio de Economía de la Nación que establecía derechos de exportación móviles para girasol, maíz, trigo, soja y sus subproductos por el término de cuatro años. De esta forma, se pretendía ajustar las alícuotas en función de la variación de los precios internacionales frente al aumento sostenido de estos. Esa decisión generó un conflicto con el sector agrario que se extendió durante 129 días y desencadenó una huelga de comercialización de granos definida por la Mesa de Enlace Agropecuaria que agrupaba a las cuatro principales entidades del campo (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Coninagro). Finalmente, y luego de no poder ratificarse en el congreso, la resolución fue derogada en julio del 2008.

[2] Leiras (2016) discute alrededor de la pertinencia o no de las categorías izquierda-derecha. Identifica diferencias al interior de los gobiernos a los que se los agrupa en una o en otra dimensión. Al comprar datos sociales y económicos entre 2000 y 2014 encuentra diferencias muy importantes entre ambos grupos, concluyendo que los “gobiernos de izquierda” produjeron cambios significativos y un importante progreso político. Si bien en el presente trabajo no nos centraremos en la discusión sobre la pertinencia de las categorías mencionadas, haremos hincapié de sus hallazgos frente a la existencia de mejores resultados económicos y sociales en el grupo donde incluyó a Argentina y Bolivia.

[3] Datos de la CEPAL.

[4] Datos de la CEPAL.

[5] Según datos del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE) y del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la Argentina (INDEC).