Revista de Economía y Estadística | Vol. LX | N° 1 | 2022 | pp. 79-105 | ISSN 0034-8066 | e-ISSN 2451-7321|
Instituto de Economía y Finanzas | Facultad de Ciencias Económicas | Universidad Nacional de Córdoba
http://www.revistas.unc.edu.ar/index.php/REyE
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivar 4.0 Internacional
Desarrollo agropecuario reciente a partir del análisis intercensal (2002-2018): Conformación histórica de un régimen ecológico de commodities en Córdoba, Argentina
Recent agrarian development from intercensal analysis (2002-2018): Historical conformation of an ecological commodity regime in Córdoba, Argentina.
Ignacio González Asis
CCONFINES - Universidad Nacional de Villa María y Doctorado en Estudios Sociales Agrarios, Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, Argentina)
Resumen
El presente trabajo ofrece una lectura sobre el desarrollo agropecuario de la Provincia de Córdoba entre 2002 y 2018, a partir del análisis comparativo de los datos del Censos Nacional Agropecuario (CNA). Se ofrece una interpretación del desarrollo agropecuario desde una perspectiva social crítica, que ayude a comprender el desenvolvimiento complejo y multiescalar de un proceso que ha impactado significativamente en la economía, la sociedad y el territorio provincial. Luego de describir y caracterizar el desarrollo agropecuario reciente, las tendencias en los sistemas productivos y su relación con las transformaciones territoriales, se ponen en evidencia las profundas transformaciones ocurridas, tanto cuantitativas como cualitativas. Finalmente, se propone la categoría de régimen ecológico de commodities para conceptualizar la organización de las naturalezas históricas con los cultivos flexibles como base productiva general, a partir de la instalación de los agronegocios y el modelo biotecnológico que lo sustenta, en relación a sus limitantes sociales y ambientales actuales.
Palabras clave: Desarrollo agropecuario; Censo Nacional Agropecuario; Territorio, Commodities
Códigos JEL:O13; Q15.
Abstract
This article offers a perspective on agricultural development in the Province of Córdoba between 2002 and 2018, based on a comparative analysis of data from the National Agricultural Census (CNA). An interpretation of agricultural development is offered from a critical social perspective, which helps to understand the complex and multi-scale development of a process that has had a significant impact on the economy, society and the provincial territory. After describing and characterising recent agricultural development, the trends in production systems and their relationship with territorial transformations, the profound quantitative and qualitative transformations that have taken place are highlighted. Finally, the category of ecological commodity regime is proposed in order to conceptualize the organization of historical natures with flexible crops as a general productive base, starting with the installation of agribusiness and the biotechnological model that sustains it, in relation to its current social and environmental limitations.
Keywords: Agrarian development; National Agrarian Census; Territory; Commodities.
JEL codes: O13; Q15.
Fecha de recepción: 27/9/2022 Fecha de aceptación: 2/12/2022
Aunque parezca ya una obviedad, sigue siendo necesario remarcar que los números no hablan solos. Tanto su construcción primaria, las categorías elegidas para la herramienta de recolección, lo que se pregunta y lo que no, como hasta el recorte, relacionamiento y análisis específico de los datos relevantes, dan cuenta de artificios que, en última instancia, son arbitrarios pero que, en definitiva, responden a la inquietud de la investigación y a la necesidad del argumento científico. Es por esto que el presente trabajo ofrece una lectura sobre el desarrollo agropecuario reciente en la provincia de Córdoba, Argentina, a partir del análisis comparativo de los datos que arrojaron los últimos Censos Nacionales Agropecuarios (CNAs, en adelante) de 2018 y 2002. Si bien el foco del análisis estará puesto en la dinámica del desarrollo y en las tendencias observables en los sistemas productivos territorializados, interesa en particular aportar elementos para interpretar el desarrollo agropecuario reciente desde una perspectiva social crítica del desenvolvimiento complejo e íntimamente multiescalar de un proceso que ha impactado significativamente en la economía, la sociedad y el territorio provincial.
Para esto, se necesitarán esclarecer algunos aspectos fundamentales de la historia reciente del desarrollo agrario, vinculados específicamente con la implantación de una nueva lógica de acumulación capitalista denominada agronegocios (Gras, 2013), concretizada en un proceso histórico de acaparamiento territorial (Giraldo, 2018) de modelos de producción agrobiotecnológica de alto impacto sobre los sistemas de producción, los recursos naturales, los bienes comunes y las condiciones ambientales de vida. Al establecerse los commodities como base productiva general, en el presente trabajo se propone la categoría de régimen ecológico de commodities para analizar relacionadamente la organización particular de las naturalezas humanas y extrahumanas y, fundamentalmente, el impacto del metabolismo social sobre el territorio.
Se puede decir, brevemente, que en los últimas dos décadas asistimos a una renovada vinculación de los territorios a la globalización económica y al planteo de un régimen alimentario corporativo (Mc’Michael, 1999) acorde a las necesidades de las reestructuraciones del capitalismo y a cambios en las matrices alimentarias y energéticas a nivel mundial (Hocsman, 2014: 44). Este proceso posee una serie de agentes dinamizadores que reconfiguraron la cúpula de poder y los sectores dominantes. Fuera de las figuras de productor familiar, chacarero o terrateniente los nuevos “empresarios innovadores” tuvieron diversos terrenos de acción, en una desvinculación creciente de los sistemas agroecológicos que generaron a escala local o, al menos, en su reconceptualización a través de una ortología de saberes (Foucault, 2001: 172) empresarial, de productividad y eficiencia tecnológica. A este movimiento dominante se fueron articulando una diversidad de agentes preexistentes o arribados novedosamente, lo que implica dos características especiales del modelo: por un lado, su concentración empresarial y, por otro, relacionado a lo anterior, su transectorialidad ligada a una diversidad social a través de las redes de relaciones como paradigma de relacionamiento social (Gras y Hernández, 2016).
Siendo el agronegocio un fenómeno global, Argentina no es la excepción en las transformaciones territoriales y productivas en la ecología-mundo (Moore, 2020), aunque también presenta configuraciones particulares. El nuevo modelo de producción se situó en América del Sur como una extensa plataforma de producción de commodities, con Argentina y Brasil como los países sobresalientes, de acuerdo a sus dimensiones espaciales y el perfil que dieron a la vanguardia productiva. Los Gráficos 1 y 2 muestran que desde 1996, año en
el que se aprobó en Argentina el primer organismo vegetal genéticamente modificado (Soja RR), se produjo un aumento sostenido de la producción de soja a nivel mundial, en el que dichos países del cono sur lideran el ranking, junto con Estados Unidos. Como puede verse en los gráficos realizados a partir del sistema de consultas estadísticas de la FAO (FAOstats), Argentina es el tercer productor mundial de soja entre 1996 y 2020, solo detrás de Estados Unidos y Brasil Por otro lado, como puede verse en los Gráficos 3 y 4, no
sucede lo mismo con la producción de maíz ya que, si bien la producción nacional y su participación mundial no es desdeñable –con aproximadamente 25,6 millones de toneladas promedio-, nuestro país se posiciona bastante lejos de Estados Unidos y China, principales productores en el período analizado. Estas constataciones van en línea con lo que veremos más adelante, al afirmar que la soja ha sido el cultivo paradigmático de las transformaciones productivas a partir de la instalación de los agronegocios en estos territorios, lo que configura lo que se denominó consenso de los commodities (Svampa, 2013), o también representado en el debate sobre neoextractivismo agropecuario (Gudynas, 2010).
En línea con lo anterior, las características globales del AN, como también las estrategias de transectorialidad y el tendido de alianzas horizontales y verticales, llevan a que, en el resultado del sistema de producción, el eslabón productivo entre en fuerte dependencia de las empresas transnacionales (TNs, en adelante) de semillas, insumos y maquinaria, de las instancias gubernamentales de carácter multilateral tales como la OMC, FAO, PNUMA, OCDE (entre otras), de los cambios en el mercado mundial agroalimentario y del circuito financiero mundial. Esta conjunción de agentes, esferas e instancias de la sociedad configuran el régimen alimentario corporativo (Mc’Michael, 1999), acorde a las necesidades de un consumidor global y en función de una agricultura crecientemente globalizada, en una fase de acumulación signada por el neoliberalismo y la primacía de Estados Unidos como potencia mundial. Por lo tanto, rentabilidad creciente e hiperflexibilidad se conjugaron en un negocio glocal (Escobar, 2000) de fuerte impacto económico, productivo y territorial. Al precio de la pérdida de autonomía productiva y de decisión sobre la explotación, los sectores productivos del agro se subsumieron a un negocio mundial que ofrecía una mayor torta a repartir, generando situaciones llamadas “Óptimo de Paretto”, o de “todos ganan”, constructos teóricos que no tienen en cuenta diversidades de costos sociales, ecológicos y geopolíticos.
En definitiva, para América Latina, y nuestros territorios en particular, se llevó a cabo un nuevo trabajo mundial de división territorial, que nos posiciona como grandes plataformas productivas de commodities, en tanto “flexcrops” y sus diversos usos económicos, financieros y agroindustriales; es decir como países y regiones exportadoras de productos intensivos en naturaleza (Escobar, 2000) y con alta flexibilidad de estrategias económicas y empresariales. A continuación, para el caso que nos compete, en los Gráficos 5 y 6 se observa el aumento significativo del cultivo de soja, como “faro” del agronegocio a escala local y regional, principal cultivo responsable del boom agrícola argentino (Gras y Hernández, 2016: 99) y cordobés en particular.
No obstante lo anterior, si se realiza un rastreo desde el ingreso de la oleaginosa al territorio nacional y provincial y se sopesa su ocupación territorial en comparación con la del maíz, se constata que, si bien la aprobación del gen RR, como la posterior devaluación de la moneda nacional en 2003 son elementos que no pueden ser dejados de lado, también es cierto que el mayor acaparamiento territorial en relación al maíz se dio en décadas anteriores, tal como muestran los Gráficos 7 y 8.
Esto responde a que en las últimas dos décadas también el maíz aumentó tanto en producción como en superficie cultivada, dejando como resultado que, en términos generales, el mayor avance de los commodities se haya dado en relación a los demás tipos de producción agropecuaria, como se demostrará más adelante en este trabajo para el período seleccionado, o a partir de la expansión de la frontera agropecuaria.
Además cabe agregar que este ingreso disruptivo de la oleaginosa no se verificó a escala mundial ya que, si bien la superficie dedicada a este cultivo comporta una tendencia al incremento en relación al maíz, dicho aumento no tuvo la desproporción observable a escala nacional y provincial, como puede verse en el Gráfico 9.
Por lo tanto, al analizar la evolución de estos cultivos en la provincia, se observa que el territorio mediterráneo fue una plataforma privilegiada para la sojización en paralelo al aumento de producciones de base biotecnológica. Particularmente, tanto en superficie cultivada, nivel de producción e industrialización, Córdoba tuvo una rápida y creciente articulación al modelo biotecnológico de agronegocios. Estas afirmaciones se verifican en el análisis intercensal, comparando los datos que arrojan los CNAs de 2002 y 2018, a pesar de que los censos representan un momento de la actividad que no da cuenta del “boom” productivo sojero que se verificó en 2015, cuando en la provincia llegó a ocupar
cerca de 6 millones de hectáreas como puede observarse en el Gráfico 6. Igualmente, cabe destacar que, al hablar de la soja como faro del agronegocio, se quiere decir que fue una guía que facilitó el ingreso de esta lógica de producción, inclusive como estratage- ma corporativa hacia el sector productivo a partir de las oportunidades que daban las posibilidades de reproducción propia de semillas (Sztulwark y Braude, 2010). Luego de esta inserción territorial, el modelo biotecnológico se articuló a los diferentes sistemas productivos agropecuarios.
En el Cuadro 1, que muestra las variaciones intercensales de Explotaciones Agropecuarias (EAPs, en adelante) desde 1988 a 2018, se puede apreciar la tendencia de largo plazo hacia la concentración productiva, que se verifica tanto en Argentina, como en Córdoba. La dinámica de concentración es más acentuada a nivel provincial, ya que se observa una disminución de las explotaciones agropecuarias del orden del 48,4%, mientras que a escala país esa disminución fue del 40,7%. No obstante, en el rastreo de esta dinámica, cabe destacar que la concentración productiva provincial presenta una gran acentuación en el período 1988-2002, en donde las EAPs caen en un 35,7%, en comparación con el 20,8% a nivel nacional. Luego de esto, entre el año 2002 y el 2018, esa relación se invierte y pasa a ser de 25,1% a nivel nacional y de 19,9% en la provincia, período que no llega a compensar la mayor concentración registrada en Córdoba desde el año 1988.
Si se observa en detalle este proceso de concentración productiva, teniendo en cuenta las EAPs con límites definidos en el período 2002-2018, podremos ver que el mismo se registra fundamentalmente en las de menor superficie, a la inversa de lo que ocurre con las de mayor superficie. En el Cuadro 2 se verifica que esta reducción general de EAPs efectivamente corresponde a la concentración en la producción.
En función del Cuadro 2, puede afirmarse que existió una línea de corte clara en la concentración productiva a partir de las 2000 ha. Esto implica una duplicación de la línea de corte que se observó en relación a la variación intercensal entre los años 1988 y 2002, situada en torno a las 1000 ha. (Hocsman y Preda, 2006). Además, se observa que la caída tanto en EAPs como en la superficie ocupada por las mismas fue realmente significativa en las escalas de menor tamaño, con una tendencia a reducirse a medida que aumenta la escala. En cuanto a los estratos de mayor escala, se ve un aumento realmente importante en la superficie total ocupada, no así en la cantidad de EAPs, resaltando las superiores a 20.000 ha, en donde tan solo dos establecimientos sumaron alrededor de 180.000 ha. En definitiva, se verifica una concentración económica, en tanto disminución de la superficie ocupada y del total de EAPs de menor escala y aumento significativo en el número, pero fundamentalmente en la cantidad de hectáreas correspondientes a las escalas de mayor tamaño, donde sobresalen dos superiores a las 20.000, pero donde también se ven significativos aumentos en superficie ocupada por EAPs de entre 10.000 y 20.000 y las de 2.500 a 5.000 ha.
Siguiendo con el análisis, en cuanto a la dinámica productiva del desarrollo agropecuario reciente en el territorio provincial a partir de los datos comparados de los dos últimos censos, en el Cuadro 3 se puede observar, por un lado, la cantidad de hectáreas ocupadas por los principales cultivos y, por el otro, el porcentaje de significación de cada cultivo en relación al total de la producción agrícola.
A partir de estos datos, se puede afirmar que se constata el aumento en la ocupación territorial de los cultivos de cereales y oleaginosas en el período analizado, así como un aumento significativo en la representación de estas producciones en el total de la superficie utilizada por la agricultura, pasando de un 67,6% al 83,2%. En consecuencia, el desarrollo agropecuario reciente ha implicado un proceso de homogeneización productiva vinculada a la especialización territorial para la producción de commodities agrarias, que se verifica también en la caída de la superficie forrajera en más del 50%. Además, ligado a esta caída de forrajeras, el fenómeno de concentración y homogeneización afecta significativamente a la producción ganadera, como se ve en el cuadro que se presenta a continuación.
El Cuadro 4 muestra varias cuestiones, tanto en lo que refiere a la actividad pecuaria en general, como también sobre cada especie de ganado que se cría en nuestra provincia. En primera instancia, se destaca una caída general y realmente significativa en la cantidad de EAPs que crían ganado y, a partir de esto, se verifica una relativa concentración productiva, ya que en el total de las categorías de ganado la cantidad de EAPs cayó aproximadamente un 50% y la cantidad de cabezas en un 32,4%, dinámica que se verifica en todas las especies, siendo un caso particular el de la cría porcina. En lo que refiere a la ganadería bovina se observa una caída realmente importante, tanto en EAPs como en cantidad de cabezas, ambas categorías superando los valores del 40% y dejando a la provincia con algo más de 3 millones y medio de cabezas distribuidas en 10 mil establecimientos pecuarios aproximadamente, en un promedio de aproximadamente 358 cabezas por establecimiento.
En cuanto a la cría de ovejas y cabras, se nota una caída tendencial que se inscribe en un proceso de larga data vinculado a la disminución constante y relativa de la vida campesina y sus formas de territorialización en la provincia (Ensabella, 2008; Hocsman, 2003). No obstante, los datos dan muestra de una mayor disminución, tanto en EAPs como en cabezas, de la cría de cabras en relación a la ovina, quedando esta última por encima en cuanto a producción. El caso extremo lo constituye la cría de equinos, que mostraron una abrupta caída relativa en el período intercensal llegando a un 66% en el caso de EAPs y un 55% en el de cabezas. Este fenómeno está claramente vinculado a la caída de las demás especies de ganado, relacionado además a la especialización agrícola del territorio provincial y la desaparición de la producción mixta, que conlleva una maquinización de las labores agrícolas, así también como la creciente desaparición de la ganadería extensiva reemplazada por la cría intensiva en corrales y feedlots.
Ahora bien, el caso que ha mostrado un comportamiento inverso a los demás planteos ganaderos fue el de la cría porcina ya que, según los datos de los censos, es el único que ha aumentado en cantidad de cabezas, y lo hizo de manera realmente significativa llegando a más del 78%. Además de este aumento en la producción, el cuadro muestra una gran concentración productiva, debido a que la cantidad de EAPs dedicadas a esta especie ganadera cayeron en casi un 44%. Esto configura un fenómeno novedoso en el territorio cordobés, tal como surge del rastreo anterior de esta dinámica a partir del análisis del período intercensal 1988-2002 relativo a ganadería que se muestra en el Cuadro 5.
Se nota entonces, a partir de la comparación entre los Cuadros 4 y 5, que la producción pecuaria ha sufrido una transformación significativa principalmente entre 2002 y 2018. Si bien el proceso de especialización agrícola del territorio se inscribe en el largo plazo, con raíces que llegan a la revolución verde, la introducción de cultivos híbridos y el desplazamiento de la ganadería como producción secundaria, también es cierto que lo ocurrido a partir del comienzo del siglo XXI ha aportado nuevas dinámicas a este proceso. En consecuencia, en lo que a ganadería respecta, vemos un rebote de la cría porcina, en paralelo a la caída sistemática y de largo plazo en las demás especies de ganado. Si bien el ganado porcino aún no adquiere significancia central, ya que representa según los datos del CNA 2018 algo más de un 17,5% y la ganadería bovina sigue ostentando un 76,5% de la producción aproximadamente, se puede arriesgar en considerar que asistimos a un incipiente proceso de porcinización en la provincia de Córdoba.
Evidentemente, el desarrollo agropecuario reciente ha tenido pro- fundas implicancias en cuanto a transformación de los sistemas productivos y el territorio provincial.
En función de los objetivos de este trabajo y de acuerdo a nuestro interés por evidenciar la relación entre desarrollo agrario y transformación territorial y de las naturalezas históricas, vale decir que el territorio de nuestra provincia no es para nada homogéneo, ya que está con- formado por una diversidad geográfica y ecosistémica. Esta combinación entre las condiciones geofísicas, climáticas y las necesidades productivas convergen en que, en términos económicos y productivos, puedan diferen- ciarse al menos cinco “áreas agroeconómicas homogéneas” (Ghida Daza y Sánchez, 2009) (Mapa1). Estas diferenciaciones, junto con la dinámica territorial del desarrollo agropecuario reciente, analizada en una escala de menor magnitud, nos darán mayor detalle de lo ocurrido en los diversos territorios provinciales.
Como se observa en el mapa, la provincia puede ser dividida en cinco áreas agroeconómicas homogéneas (AAH, en adelante) y quince zonas (Ghida Daza y Sánchez, 2009), de acuerdo a la Red de Información Agropecuaria Nacional perteneciente al ámbito del INTA. A lo fines de nuestro trabajo y del análisis intercensal, las áreas y su conformación departamental serían las siguientes:
- Área V mixta: General Roca, Río Cuarto, Presidente Roque Sáenz Peña y Juárez Celman
- Área VI del núcleo agrícola: Marcos Juárez y Unión
- Área IX lechera: General San Martín y San Justo
- Área X agrícola ganadera: Tercero Arriba, Río Segundo, Río Primero, Totoral y Colón
- Área XI ganadera: Calamuchita, Santa María, San Javier, San Alberto, Pocho, Punilla, Minas, Cruz del Eje, Ischilín, Tulumba, Río Seco y Sobremonte.
En el Cuadro 6 se muestra la dinámica productiva-territorial del desarrollo agropecuario reciente diferenciándolo de acuerdo a las AAH, algo que dará una descripción más detallada de lo ocurrido territorialmente a nivel provincial a partir de los cambios económicos y productivos del período analizado.
AAH-V (mixta): en esta área puede observarse un aumento significativo en la superficie ocupada por cereales para granos que ronda el 43%.
Esto responde fundamentalmente a la producción de maíz, aunque también en paralelo a la producción de trigo, ya que la oleaginosa, que es una de sus posibles combinaciones productivas, también aumentó en un 33,3%. Por lo tanto, se nota un aumento general en lo que es el proceso de agriculturización. No sucede así con las forrajeras, ya que tanto las anuales como las perennes tienen una fuerte caída del 49% en el caso de las anuales y del casi 70% en el caso de las perennes. Esto se relaciona con el cambio en los sistemas productivos ganaderos, tanto por su disminución como por el reemplazo de pasturas por la alimentación a derivados de maíz y soja fundamentalmente. En referencia a bosques y montes implantados, se observa una importante disminución en donde prácticamente han quedado 2.000 ha. ocupadas, lo que representa una caída del 78,7%.
En lo que refiere a la ganadería para este AAH, se observa una fuer- te caída de bovinos del 47,2%. Con respecto a ovinos, que representa un importante número en la cantidad total provincial, también se verifica una caída significativa en torno al 32%. Si bien la representación de caprinos es menos en relación a la totalidad de este ganado en la provincia, también comporta una variación fuerte de aproximadamente el 50%. El ganado porcino muestra un aumento considerable, en sintonía con las demás AAH, que lleva la cantidad de cabezas totales a 315.373, representando una variación del 76,6%. Por último, el ocaso de los equinos, que tienen una disminución del 68,1%, siendo la mayor disminución en relación a todas las AAH, y la deja tan solo 10.332 equinos.
Como resumen,
para esta porción
del territorio, se puede observar
una atenuación de esa característica de producción mixta en función de
un proceso de fuerte agriculturización, ya que es tanto sojización como aumento de la producción de maíz y trigo. Por
otro lado, se ve claramente el cambio alimentario en lo que es el ganado bovino,
con caídas abruptas
en
la producción forrajera, tanto anuales como perennes y, por otro
lado, una constante en los paisajes
pampeanos, la liquidación de los bosques implantados, que servían como barreras
de vientos, regulación hidrológica, entre otros
servicios ambientales. Por último, también en lo referente a ganadería, se verifica una reducción considerable en
todas las especies, salvo en la producción porcina. Resalta la abrupta caída de equinos debido a los cambios en los sistemas de producción, en los que
se reduce drásticamente la cría extensiva y, con ello, la alimentación bovina a base de pasturas
a campo o forrajeras, recluyéndose a corrales
y feedlots.
AAH-VI (núcleo agrícola): se verifica una disminución del área ocupada prácticamente de todos los cultivos y de todas las especies de ganado, a excepción del porcino que demuestra un aumento significativo del 72,8%, siendo una de las AAH que mayor producción porcina tiene, sólo detrás del AAH-V. Si vemos en detalle, la caída de cereales no es significativa, tan solo un 2,15%, lo que se inscribe en el repunte de la producción de maíz por la suba de los precios y los cambios en los sistemas productivos y su buen rendimiento como alimento ganadero. En oleaginosas se ve una caída considerable del 14,2%, que también responde a la relación que se dio entre mayor producción de maíz y menor producción de soja a nivel general, siendo que los departamentos de la zona núcleo fueron los primeros en introducirse al modelo de producción de commodities sojeros y ya en el 2002 presentaba altas tasas de producción de soja, habiendo desplazado al cultivo de maíz por aquellos años. Con respecto a forrajeras, se ve una caída importante, como en todas las AAH, se supone que por las mismas razones enunciadas anteriormente, es decir, por los cambios en los sistemas productivos ganaderos. Por último, en relación a bosques y montes implantados, también se ve una liquidación casi total, en un 98,7%, de lo poca superficie que ocupaba en el 2002, dejando solo algo menos de 14 ha, en clara sintonía con la intensificación productiva que llevó a la desaparición de estas vegetaciones en función del mayor rédito aprovechando los altos precios internacionales.
La producción bovina muestra una caída muy significativa, llegando al 41,5% aproximadamente. Los ovinos no representan una significativa disminución, si bien el número absoluto tampoco es representativo en relación a la cantidad de ovinos a escala provincial. El ganado caprino presenta disminución, aunque también es escasa su representación en el total provincial. En lo que refiere a porcinos, también se verifica un aumento importante de cabezas 72,8%, en sintonía con este incipiente proceso de porcinización, que responde a los cambios alimentarios de una población que se ha inclinado al consumo de esta carne. Por último, en lo que refiere a los equinos, también se ve una caída abrupta, del 51,5%, debido a las razones antes enunciadas con respecto a las otras AAH.
AAH IX (lechera): acá se ve un aumento significativo en la producción de cereales para granos que asciende al 42,8%. Asimismo, también se observa un aumento en la superficie implantada con oleaginosas que ronda el 16%. Estos dos valores implican un creciente proceso de agriculturización en esta AAH. En cuanto a las forrajeras, igualmente se aprecia una caída debida, como ya se mencionó, a los cambios en la alimentación ganadera junto a la disminución en la cantidad de cabezas. Afortunadamente los bosques implantados no sufrieron cambio alguno, quedando en 158 ha ocupadas, siendo igualmente una superficie relativamente insignificante.
En cuanto al ganado bovino, se ve una fuerte caída, representando una desbovinización, que ronda el 41,6%. Es muy probable que esto se deba a la concentración productiva en la producción láctea, que no necesariamente se corresponde con una caída en los volúmenes de producción debido a los cambios tecnológicos que llevaron a una mayor productividad y cantidad de litros por vaca. Igualmente, la cantidad de cabezas quedó en casi 782.000 lo que configura una caída de gran significancia. Los ovinos tienen un aumento de más del 100%, aunque el número de cabeza finales en 2018, 9.854, tenga relativamente poca representación en el total provincial. El ganado caprino es insignificante, aunque igualmente cabe mencionar su disminución en más del 30%, a contramano del ganado porcino que, al igual que en el resto del territorio y en porcentaje similar a las AAH anteriores, aumenta el 73,4%, llevando a un número de más de 43.500 cabezas porcinas lo cual indica que esta AAH no es mayormente significativa en el volumen total de producción porcina. Por último, el ocaso de los equinos también se observa en esta zona agroeconómica, en la que caen más de un 66%, y deja a la cantidad total en 3.823 cabezas.
AAH X (agrícola-ganadera): esta área muestra un aumento moderado en la cantidad de hectáreas cultivadas con cereales para grano del 18,4%. Al mismo tiempo, se ve una caída de cierta relevancia en la soja, cercana al 10%. En relación a las forrajeras, se verifica una caída altamente significativa, de más de 68% en las anuales y 62% en las perennes. En lo que refiere a bosques y montes implantados, hay una disminución muy fuerte que pasa de 419 ha a sólo 88 representando un 79% de disminución, quedando este AAH prácticamente sin esta categoría de cultivos.
En referencia a la producción bovina, se ve una importante caída de un 38%, lo que daría muestras de un proceso de agriculturización creciente, en donde esta zona se vuelve relativamente más agrícola que ganadera. En cuanto a los ovinos, si bien tienen una caída del 22%, es el área con menor representación en el volumen total, con tan solo 7.000 cabezas. Los caprinos también presentan una fuerte caída (62,7%) que lleva a emparejar, en esta variable, esta zona con las anteriores zonas agroeconómicas. En tanto que la producción porcina muestra un gran aumento, siendo la que mayor suba presenta en términos relativos, en un 92,3%. Aún así se ubica tercera en producción porcina. Por último, una disminución de casi el 61% en las cabezas equinas, en paralelo a las demás áreas económicas.
AAH XI (ganadera): Esta área corresponde, en gran parte, a lo que se denomina arco noroeste provincial, en donde se encuentra la mayor parte del bosque nativo remanente, siendo una zona históricamente denominada extra-pampeana. Aquí encontramos un aumento muy significativo, el mayor de todas las AAH, de un 53,7% en la producción de cereales para grano. Se observa una caída relativa en la producción de oleaginosas en un 8,2%, en correspondencia con el repunte del maíz que se observa a nivel provincial y nacional en la tendencia histórica en la caída de la producción de soja luego de su pico en el año 2015, como vimos en el gráfico elaborado a partir de las estimaciones agrícolas. En lo que respecta a forrajeras se observa una caída tanto en las anuales como en las perennes, pero se debe remarcar que la caída en las perennes es la más baja de todas las AAH, siendo tan solo de casi un 22%, en comparación con más del 60 y hasta 70% de las demás. Esto significa que, a pesar de la transformación productiva y de los cambios en los sistemas alimentarios ganaderos, existe una cierta predominancia de un tipo de cría extensiva, relacionada también a las condiciones geográfi- cas y edafológicas particulares. En lo que tiene que ver con las forrajeras anuales la caída es del 36% que resulta ciertamente significativa, pero que asimismo es la menor caída en la superficie de este cultivo en todas las AAH. En relación a bosques implantados, también se verifica una caída significativa siendo que ésta área es la que mayor cantidad de bosques tenía, con 18.000 ha, y paso a tener 11.577 ha representando una caída del 35,8% (en este punto se debe considerar que el mapa seleccionado de AAH incluye en esta área al departamento Calamuchita, porción geográfica que presentó históricamente significativas porciones de pinares implantados, a partir de políticas particulares de la segunda mitad del siglo XX).
En lo que respecta a ganadería, vemos una caída en la cantidad de cabezas de producción bovina de un 17,8%. Si bien es significativa, se debe remarcar que es la menor disminución respecto a las AAH de la provincia de Córdoba, estando por la mitad o menos que la disminución de las restantes. Los ovinos también disminuyen, en el área que más ovinos tiene junto con el AAH V, y la disminución del 12,56% es representativa en el total provincial. La producción caprina presenta una caída realmente significativa de un 37,65% que, si bien no es el área donde más cayó en porcentaje, sí lo es en términos absolutos ya que tiene la mayor representatividad de ganado caprino a nivel provincial, correspondiente a los modos de producción campesina. Vemos entonces que hay una caída de algo más de 62.000 cabezas, lo cual es altamente significativo de los cambios productivos y territoriales en el arco noroeste provincial. Por otro lado vemos un aumento, en sintonía con las demás AAH, de la producción porcina, en este caso de casi un 90%, llevando de 31.000 a aproximadamente 58.500 cabezas porcinas. Si bien aquí no es preponderante la producción porcina, sí puede decirse que se verifica el incipiente proceso de porcinización. Por último, en lo que a existencias equinas se refiere, se observa una caída del 39%, que es la menor caída de todas las AAH. Esta área es la que mayor número absoluto de equinos presenta, 21.427, y la relativamente menor caída refiere a la permanencia de la producción bovina extensiva.
En resumen, para el territorio provincial se verifica una expansión y profundización territorial del desarrollo agropecuario, de manera algo diferenciada aunque tendiendo a una homogeneización agrícola del territorio (agriculturización). Si bien las características geográficas provinciales, y particularmente la diferenciación entre zona pampeana y extra-pampeana, establecieron ciertas dinámicas particulares principalmente hasta 2002 cuando se verificaba una agriculturización (sojización) en la primera y una bovinización en la segunda (Hocsman y Preda, 2006) también es cierto que con posterioridad a 2002 el efecto fue bastante más homogéneo en lo que a agriculturización se refiere, a la disminución bovina, a una incipiente porci- nización y a los cambios en los sistemas productivos, los que establecieron a los commodities como base productiva general en tanto flexcrops, apor- tando alta flexibilidad y estrategias de comercialización, industrialización y especulación múltiples.
De acuerdo a la posición teórica asumida en este trabajo, conviene pensar en la categoría de acumulación por apropiación, como parte del pro- ceso de acumulación dentro de las relaciones de valor del capitalismo en tanto forma de organizar las naturalezas. Esta propuesta vincula ámbitos de naturalezas extrahumanas que se articulan al desarrollo y constituyen excedentes ecológicos a partir de su apropiación de manera barata, y hasta gratis, y que configuran condiciones claves para la valorización del capital cuando se tiene en cuenta al resto de las naturalezas relacionándolas al proceso de valorización, su forma y substancia social (Moore, 2014 y 2020). En este sentido, la utilización de la tierra y el territorio, con los nutrientes que allí se acumularon durante largos períodos de tiempo y su liberación acelerada a través del modelo biotecnológico y de gestión empresarial de agronegocios constituye una apropiación de las naturalezas en relaciones de valor no remuneradas y compensadas con tecnología química de fácil y barata obtención y de vínculos con otras esferas de acumulación de capital.
En la actualidad, además de la clásica expansión territorial de las fronteras agropecuarias, la desposesión se juega en ámbitos novedosos que implican una profundización de las lógicas hacia nuevas territorialidades y dimensiones de la naturaleza. Estos “new enclosures” de códigos genéticos, de conocimiento fitogenético y prácticas de mejoramiento vía semillas OGM y de información y big data (Gras y Hernández, 2016: 91) de ingentes cantidades de información de agentes a escala local, se entremezclan con el acaparamiento territorial y de los sistema de producción, dando muestras de la lógica intrínseca de concentración, exclusión y hasta expulsión que conlleva la territorialización de la última revolución agrícola a escala mundial. Es decir que acaparamiento territorial, acumulación por apropiación e intensificación productiva tecnológica se articulan en un proceso de profundización del desarrollo agropecuario que implica una presión sin precedentes sobre las naturalezas históricas, bajo una serie de tácticas y estrategias de agroambientalización y de regímenes discursivos ligados al desarrollo sostenible, la economía circular, la responsabilidad empresarial y la intensificación sustentable, dentro de construcciones simbólicas y ontológicas ligadas a vanguardias productivas de perfil empresarial e hipertecnológico.
Los datos analizados dan muestra de una tendencia histórica hacia la concentración económica (tanto de EAPs como de cultivos), la que debe ser analizada en función de los cambios en los sistemas productivos, en sus relaciones internas y en la forma en que se articulan desde la gestión empresarial dentro del régimen alimentario corporativo. En consecuencia, la agriculturización del territorio responde a la implementación de los commo- dities como base productiva general por la diversidad de usos que proporciona, en una cadena de valor que comienza en las TNs de insumos agropecuarios (semillas GM, plaguicidas, fertilizantes) como agentes nucleares de los sistemas productivos junto al complejo agroindustrial de procesamiento, transformación y exportación. Por lo tanto, ya sea exportados como granos o en su transformación en alimentación ganadera y/o agrocombustibles, el cambio tecnológico y empresarial implicó una predominancia territorial y productiva de los cultivos flexibles, llevando a una reducción en la cría extensiva de ganado, a su disminución significativa de cabezas y a la instalación creciente de feedlots o sistemas de cría intensiva en corrales, junto a la caída abrupta del cultivo de pasturas y de ganado equino.
Como parte de la revolución agrícola mundial, y del cambio metabólico que trajo aparejado, este proceso implicó una transformación acelerada de las naturalezas históricas y una mayor presión ecosistémica vía intensificación productiva, evidenciable básicamente en el aumento del flujo energético agrícola y la presión en aumento sobre los recursos base –tierra, agua, suelos, biodiversidad- (Viglizzo y Jobbagy, 2010; Jobbaggy et al. 2021). Relacionada directamente a la globalización económica y destinada fundamentalmente a la producción para la exportación, se propone, a partir de los análisis precedentes, denominar a esta forma de organizar las naturalezas régimen ecológico de commodities. Este régimen implicó una significativa intervención sobre las naturalezas y los paisajes, que confluyeron en desequilibrios ecológicos y ambientales con profundas consecuencias en la salud ambiental y ecosistémica a nivel provincial además de contribuir a la creación de una serie de limitantes sociales y ecológicas para la acumulación y el funcionamiento del aparato productivo, que se evidenciaron en los diversos, permanente y de momentos álgidos procesos de conflictividad socioambiental vinculados al desarrollo agropecuario a escala provincial.
Consecuentemente, la categoría de régimen ecológico de commodities se establece como un aporte a una serie de conceptos que gravitan alrededor de análisis de los cambios territoriales recientes, pero que al mismo tiempo intenta vincular una serie de fenómenos de manera particular y diferenciada. Si al hablar de “consenso de los commodities” se hace referencia a una suerte de acuerdo político latinoamericano en función de la instalación de la producción de commodities como modelo de desarrollo extractivista en el continente (Svampa, 2013), régimen ecológico de commodities intenta hacer énfasis en el eslabonamiento productivo del territorio y de diversidades de agentes a partir de una lógica de acaparamiento territorial, en la que la transferencia de valor y las lógicas de subsunción se efectúan sin necesidad de imposición violenta ni expulsión territorial (Giraldo, 2018). Por otro lado, si con “neoextractivismo agropecuario” se hace referencia fundamentalmente a “actividades que remueven grandes volúmenes de re- cursos naturales, que no son procesados (o lo son limitadamente), y pasan a ser exportados” (Gudynas, 2010b: 188), la presente propuesta concibe la posibilidad de un proceso de ambientalización productiva que implica un saber/poder de base tecnológica en donde el balance ecológico entre lo ex- traído y lo aportado a los suelos y la atmósfera tiene un rol fundamental, a pesar de que la tecnologización de las naturalezas en el marco de un balance de flujos que se considera puede ser medido y equilibrado tenga una difícil predictibilidad y “efectos laterales” diversos.
En conclusión, régimen ecológico de commodities nos conecta a la forma particular de organizar las naturalezas históricas por parte de un entramado productivo y agencial diverso y heterogéneo, a través del capital, el poder, el conocimiento científico-tecnológico y nuevas formas de organización institucional y empresarial. Estableciéndose los commodities como base productiva general que rearticuló las dinámicas de los sistemas agropecuarios, las lógicas de acaparamiento territorial del modelo agrobiotecnológico y de gestión empresarial de agronegocios, se conjugaron con enfoques científicos y técnicos en los que el balance de nutrientes, los ciclos biogeofísicos, junto a otras variables agroecológicas son cada vez más relevantes en un pensamiento que construye la posibilidad del equilibrio ecológico. Además, nos conecta con la perspectiva de una tendencia de mediano plazo de estabilización de arreglos espacio-temporales que permiten olas de acumulación relativamente duraderas y que actualmente, al menos en nuestra provincia, comienza a mostrar síntomas de su debilitamiento, tanto por la caída en la rentabilidad de los negocios agropecuarios, como por sus limitantes sociales, ecológicas y ambientales actuales. Por último, propone un diseño analítico y un lenguaje científico que supere las escisiones ontológicas modernas y contenga en un análisis relacional naturalezas humanas, extra- humanas, impactos ecológicos, territoriales y ambientales y formas posibles de reestructuración capitalista ante sus límites y constreñimientos actuales.
Ensabella, B. (2008) “El deterioro de los ecosistemas del norte cordobés y los límites de las economías campesinas”, en Mundo Agrario, vol.9, no. 17.
Escobar, A. (2000), “El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar: ¿globalización o postdesarrollo?, en Lander, E. (comp.) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires: CLACSO.
Foucault, M. (2001) Defender la sociedad, Curso en el Collège de France: 1975- 1976, Fondo de Cultura Económica
Ghida Daza, C. y Sánchez, C. (2009) “Zonas agroeconómicas homogéneas, Córdoba”, INTA.
Giraldo, O. (2018) Ecología política de la agricultura. Agroecología y postdesarrollo, Chiapas, México: El Colegio de la Frontera Sur
Gras, C. y Hernández, V. (2013) El agro como negocio: producción, sociedad y territorios en la globalización, Buenos Aires: Biblos
Gras, C. y Hernández, V. (2016) Radiografía del nuevo campo argentino: del terrateniente al empresario transnacional, Buenos Aires: Siglo XXI.
Gudynas, E. (2010) “Agropecuaria y nuevo extractivismo bajo los gobiernos progresistas de América del Sur”, en Territorios, no. 5, 37-54.
Hocsman, L. D. (2014) “Cuestión agraria actual en perspectiva regional/global: bloque de poder agrario modernizado y complejo corporativo”, en Contemporánea, 4 (1)
Hocsman, L. D.(2003). Reproducción social campesina. Tierra, trabajo y parentesco en el chacho árido serrano. Córdoba: CEA-UNC
Hocsman, L.D. y Preda, G. (2006) “Agriculturización y bovinización, la renovada territorialización capitalista en Córdoba (Argentina)”, VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural, Quito, Ecuador.
Jobbaggy et al. (2021) “Impronta ambiental de la agricultura de granos en Argentina: revisando desafíos propios y ajenos”, en Ciencia Hoy, vol. 29, no. 173.
Mc’Michael, P. (1999) “Política alimentaria global”, en Cuadernos Agrarios, No. 17-18, México “Los límites del crecimiento”, Meadows y Meadows (1972)
Moore, J. (2020) El capitalismo en la trama de la vida. Ecología y acumulación de capital, Madrid: Traficante de Sueños
Moore, J. (2014) “The end of cheap nature. Or how i learned to stop worryng about the environment and love crisis of capitalism”. Disponible en https://ja- sonwmoore.com/
Svampa, M. (2013) “Consenso de los commodities y lenguajes de valoración en América Latina”, en Revista Nueva Sociedad, no. 244
Sztulwark, S. y Braude H. (2010) “La adopción de semillas transgénicas en Argentina. Un análisis desde la perspectiva de la renta de innovación”. Desarrollo Económico Vol. 50 N° 198
Viglizzo, E. y Jobbagy, E. (2010) Expansión de la frontera agropecuaria en Argentina y su impacto ecológico-ambiental, Ediciones INTA
Fuentes primarias estadísticas
FAO, sistema de consultas estadísticas, disponible en https://www.fao.org/faostat/
INDEC (1988) Censo Nacional Agropecuario 1988, disponible en https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-8-87
INDEC (2002) Censo Nacional Agropecuario 2002, disponible en https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-8-87
INDEC (2021) Censo Nacional Agropecuario 2018: resultados definitivos. Buenos Aires: INDEC, libro digital. Disponible en https://cna2018.indec.gob.ar/