Entretejiendo vínculos y construyendo nuevos sentidos de lo común para la construcción de paz. Una experiencia de investigación colaborativa para hacer, sentir y pensar con otrxs

 

Wasinton Carabalí Torres[1]  | wasintoncarabalit@gmail.com |Asociación de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas  de Buenaventura, Colombia

Mónica Alvarado Rodríguez[2]  | monica.alvarado@uexternado.edu.co | Universidad Externado de Colombia

Joanna Delgadillo Méndez[3]   | joanna.delgadillo@uexternado.edu.co | Universidad Externado de Colombia

Natalia Mosquera García[4] | Asociación de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas  de Buenaventura, Colombia

Recepción: 01/05/24

Aceptación final: 03/07/24

 

Resumen

Este artículo da cuenta de una experiencia de investigación colaborativa iniciada en el marco de los proyectos territoriales -o de extensión- de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia. Se trata de un proceso colectivo de investigación transdisciplinar iniciado entre el equipo de Dirección y Coordinación del Programa de Sociología de la Universidad Externado de Colombia y la Asociación de Mujeres Campesinas Negras e Indígenas de Buenaventura – AMUCIB y su semillero de jóvenes, alrededor de una inquietud común: ¿cómo pensar formas alternativas para el sostenimiento de la vida por fuera de las lógicas extractivistas basadas en la acumulación y el sobre esfuerzo?  En la primera parte reseñamos los hitos más importantes que han hecho posible entretejer y fortalecer vínculos entre la Universidad y la Asociación. A continuación, compartimos reflexiones acerca de la importancia de la extensión universitaria como escenario que abre la posibilidad de construir nuevos sentidos de lo común y pensar soluciones creativas y pertinentes en un contexto global de múltiples crisis. Habitar lo común no nos llama únicamente a resistir o confrontar las injusticias y desigualdades, sino también a imaginar y construir otros mundos posibles en donde sea viable y sostenible el bienestar colectivo. Finalizamos con reflexiones acerca de los aprendizajes y retos que nos viene dejando esta experiencia que pone a prueba en nuestras prácticas cotidianas lo que significa hacer, sentir, pensar y construir saberes con otros/as y no para otros/as.

Palabras clave: diálogo de saberes, extensión universitaria, investigación colaborativa, saberes propios, transdisciplina.

 

Resumo

Este artigo relata uma experiência de pesquisa colaborativa iniciada no âmbito dos projetos territoriais - ou de extensão - da Faculdade de Ciências Sociais e Humanas da Universidade Externado da Colômbia. Este é um processo coletivo de pesquisa transdisciplinar iniciado entre a equipe de Gestão e Coordenação do programa de Sociologia da Universidade Externado da Colômbia e a Associação de Mulheres Camponesas Negras e Indígenas de Buenaventura – AMUCIB e seu grupo de jovens, em torno de uma preocupação comum: como pensar sobre formas alternativas de sustentar a vida fora das lógicas extrativistas baseadas na acumulação e no excesso de esforço? Na primeira parte revisamos os marcos mais importantes que permitiram tecer e fortalecer os laços entre a Universidade e a Associação. A seguir, num texto escrito a oito mãos compartilhamos reflexões sobre a importância da extensão universitária como cenário que abre a possibilidade de construir novos sentidos do comum e pensar soluções criativas e relevantes num contexto global de múltiplas crises. Habitar o comum não só nos chama a resistir ou confrontar as injustiças, mas também a imaginar e construir outros mundos possíveis onde o bem-estar coletivo seja viável e sustentável. Concluímos com reflexões sobre os aprendizados e desafios que essa experiência nos deixou, que põe à prova em nossas práticas cotidianas, o que significa fazer, sentir, pensar e construir conhecimento com outros e não para outros.

 

Palavras-chave: conhecimento próprio, diálogo de saberes, extensão universitária, pesquisa colaborativa, transdisciplinaridade.

 

La experiencia que relatamos a continuación surge a partir de una iniciativa conjunta para desarrollar un proceso de investigación colaborativo y transdisciplinar entre la Asociación de Mujeres Campesinas Negras  e Indígenas de Buenaventura – AMUCIB y su Semillero de Jóvenes[5] y el equipo de Dirección y Coordinación del Programa de Sociología de la Universidad Externado de Colombia[6], alrededor de una preocupación común: ¿cómo pensar formas alternativas para el sostenimiento de la vida por fuera de las lógicas extractivistas y violentas basadas en la acumulación y el sobre esfuerzo?. Esta preocupación requiere pensar e imaginar soluciones creativas y pertinentes en un contexto global de múltiples crisis, y más aún en el contexto particular de Buenaventura, atravesado por complejas dinámicas de conflicto armado en la zona rural y urbana, así como por situaciones de pobreza y desigualdad que tensionan las condiciones de existencia de su población y a sus prácticas ancestrales[7].

Este texto fue escrito a ocho manos: escribimos docentes investigadores pertenecientes al Programa de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas- en adelante FCSH - y jóvenes investigadores y líderes comunitarios de AMUCIB quienes conformamos, a su vez, el equipo investigador del proyecto denominado: “Planta de transformación comunitaria AMUCIB: Una mirada transdisciplinar a la tecnificación de las economías propias”. A continuación, exponemos puntos de vista y reflexiones preliminares que han surgido en una investigación en curso, sobre la importancia e implicaciones del pensar e investigar de manera conjunta entre universidad, sus docentes y estudiantes; y los territorios, sus apuestas organizativas, sus saberes y sus gentes, frente al desafío de construcción de escenarios para vivir dignamente y en coherencia con los saberes propios y prácticas ancestrales. Por tanto, este texto intenta relatar la manera como hemos venido construyendo una relación que tiene como apuesta la co-creación y transformación de realidades sociales particulares desde el pensar, sentir e imaginar futuros posibles con otros/as.

 

¿Quiénes y cómo hemos construido la relación?

La apuesta de formación en investigación propuesta por la FCSH se desarrolla alrededor de la construcción de un enfoque o mirada inter/transdisciplinar que permita comprender la complejidad social en un contexto caracterizado por la confluencia de las múltiples crisis y tensiones que recorren las sociedades contemporáneas: la crisis ambiental global, incluida la disponibilidad de agua y de alimentos; la concentración de la riqueza; la tensión entre el desarrollo tecnológico y el debilitamiento de los procesos de cohesión social, entre otras. Esta mirada debe posibilitar la reflexión acerca de la coexistencia de diversas formas de comprender, percibir y habitar el mundo, así como la experiencia del encuentro y el diálogo entre cosmovisiones diversas; no solamente para la construcción de preguntas y categorías explicativas o comprehensivas, sino que, a partir de ellas, habilitar la emergencia de posibilidades creativas para la transformación social. En este sentido, el Programa de Sociología de la Universidad Externado de Colombia se ha interesado en construir diálogos con procesos territoriales que posibiliten la generación de espacios para pensar conjuntamente, inquietudes comunes.

La relación con AMUCIB tiene como antecedente un diálogo iniciado en 2019 con Natalia Mosquera, egresada del Programa de Trabajo Social de la FCSH y coautora de este escrito. Su vínculo, en ese entonces, con el Laboratorio de Innovación Comunitaria del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT CoLab), un centro de innovación y planeación participativa que adelantaba proyectos en distintas ciudades de la región del Pacífico colombiano sentó las bases para futuras colaboraciones. Luego durante el año 2020, en medio de la pandemia del COVID-19, organizamos el encuentro virtual "Tejiendo región: Ciclos de reflexión sociológica", propiciando conversaciones con experiencias organizativas y representantes del Movimiento Cívico de Buenaventura y del Chocó, poniendo énfasis en las formas alternativas de gobernanza.

En seguida, en el primer semestre de 2021, organizamos una salida de campo virtual donde estudiantes y docentes pudimos conocer experiencias de mujeres latinoamericanas en lucha por sus derechos. Allí conocimos a la Asociación de Mujeres Campesinas Negras e Indígenas de Buenaventura –AMUCIB- quienes como mencionamos al inicio de este texto, buscan no solamente resistir y enfrentar el conflicto por el control territorial por parte de diferentes grupos armados, sino también generar estrategias comunitarias para garantizar condiciones de vida digna y el empoderamiento económico de las asociadas y sus familias. Este encuentro posibilitó conversar acerca de las graves dificultades que históricamente han atravesado a las mujeres y que en ese momento se exponían y exponenciaban con la crisis por el coronavirus. La necesidad de encontrar mecanismos de solidaridad para enfrentar las dificultades económicas había activado una línea de acción enfocada en el emprendimiento para la transformación y comercialización de productos propios (viche, chips de papa china, cocada asadas, entre otros) basado en la recuperación y preservación de los saberes ancestrales.

Ampliar la comercialización de los productos presentaba a la Asociación el desafío y dilema de ingresar en un proceso de tecnificación e inserción de sus economías propias en lógicas de mercado, y a la vez, les llevaba a cuestionarse por las implicaciones que esto representaba en la preservación de los conocimientos ancestrales. Es aquí donde los vínculos con la Universidad Externado y el MIT CoLab resultaban relevantes para pensar y avanzar en la co-creación de escenarios posibles:

Este engranaje entre AMUCIB y la Universidad Externado de Colombia, es una ventana de posibilidades, puesto que ambas instituciones como entes autónomos en sus procesos, se encuentran como vertientes de ríos que unen sus fuerzas para una gran movilización y transformación mental, paradigmática e incluso metodológica para la consolidación y reconocimiento del “conocimiento”. Pues, el impacto trasciende más allá de las entidades en cuestión”. (Wasinton Carabalí, líder y miembro de AMUCIB).

Después, en 2022, formalizamos un acuerdo de entendimiento entre la Universidad y el Massachusetts Institute of Tecnology (MIT CoLab) y creamos la Red de Saberes del Pacífico como Proyecto Territorial y plataforma para la investigación colaborativa que permitiera entretejer saberes y prácticas transculturales entre procesos académicos y procesos sociales interesados en la justicia económica, las economías propias y la construcción de paz. A este encuentro asistió la Comadre Gloria Amparo Arboleda, líder fundadora de AMUCIB quien viajó desde Buenaventura enriqueciendo el diálogo y las posibilidades de trabajo conjunto.

En 2023, logramos consolidar una propuesta de investigación transdisciplinar entre AMUCIB y el Programa de Sociología, orientada al fortalecimiento de las economías propias, los procesos organizativos locales y la tecnificación de procesos productivos. Imaginamos un espacio que facilitara el diálogo horizontal entre los conocimientos disciplinares de las ciencias sociales, la ingeniería de procesos, que aportaría a pensar críticamente el proceso de tecnificación, y los sistemas de conocimiento propio de las comunidades negras de Buenaventura, tanto en la zona rural como urbana.  Al obtener financiamiento por parte de la Fundación WWB, tras ganar una convocatoria, pudimos fortalecer los vínculos colaborativos que hasta ahora habían sido movilizados en su mayoría a través de la virtualidad, consolidando un equipo de investigación transdiciplinar[8] y posibilitando además la participación de estudiantes de pregrado en el desarrollo de sus trabajos particulares de investigación y sus prácticas profesionales.

La primera experiencia colaborativa en el marco del proyecto de investigación fue el seminario-taller Proyecto Territorial Buenaventura, una apuesta por el desarrollo de economías propias. Este espacio constituyó un auténtico echar a andar el diálogo y el intercambio de saberes definiendo de manera conjunta tres ejes que orientarían la investigación, al menos por el periodo de financiamiento (2023-2024): 1. Fortalecimiento del proceso organizativo: que nos permitiría reflexionar acerca del qué hacer y el sentido de la organización y las condiciones para la reproducción de la vida a partir de prácticas y saberes comunitarios propios y ancestrales. 2. Economías propias: en donde podríamos profundizar en la idea de soberanía y autonomía alimentaria, y pensar otras nociones acerca de la riqueza y la abundancia, por fuera del modelo hegemónico, abriendo posibilidades hacia la configuración de nuevos modos de producción y reproducción de la vida. 3. Tecnología y saberes: un eje para abordar la tensión entre tecnificación/ancestralidad que surgiría en el proceso de tecnificación para el fortalecimiento de la planta comunitaria de producción de chips de papa china y cocadas,[9] lo cual supone un desafío para la preservación de los valores, sentidos y lógicas de las comunidades negras. La apuesta se orientó hacia la autonomía tecnológica soportada en el posicionamiento de los conocimientos propios de las comunidades en su relación con el ecosistema (Figura 1).

Figura 1. Taller Proyecto Territorial Buenaventura, una apuesta por el desarrollo de economías propias

 

Aquí y Allá: Creando vínculos para una extensión universitaria con impacto y sentido transformativo

Desde la racionalidad científico-moderna, la Extensión Universitaria se ha entendido de manera unidireccional ubicando a la universidad como la principal fuente de saberes legítimos y validados, lo que la hace asumir una postura vertical, transfiriendo estos conocimientos a las comunidades a través de talleres, cursos de educación continuada, proyectos de servicio comunitario, etc. Sin embargo, la Extensión Universitaria puede colaborar en la construcción de nuevos sentidos de lo común, desde la horizontalidad despojándose de la lógica individualista y jerárquica que caracteriza al capitalismo contemporáneo, apelando a principios como la solidaridad, la colaboración y el cuidado mutuo.

Construir nuevos sentidos de lo común implica construir espacios, vivencias y luchas colectivas que propendan por una vida digna para todas y todos y eso nos lleva a interpelar nuestros propios lugares de enunciación y dialogar con otras lógicas no hegemónicas de conocimiento y existencia. Si bien el trabajo en red, la cooperación e intercambio crítico de conocimientos, y el sentido de lo público se constituyen como ejes del proyecto de la FCSH que orientan la articulación investigación-docencia-extensión, la convocatoria a construir este relato sobre la forma en que la Extensión Universitaria toma presencia, particularmente en esta experiencia de investigación, nos lleva a reflexionar acerca de nuestro hacer como investigadoras/es sociales y a pensar sobre los vínculos que en las llamadas “prácticas de extensión” construimos y entretejemos con y desde los territorios a partir de cuestiones comunes que nos interpelan a todos/as.

Como mencionamos en el apartado anterior, esta es una investigación en curso, por lo que el punto central de indagación acerca de lo que implica política y éticamente desarrollar un proceso de tecnificación de economías comunitarias para garantizar la vida digna, es algo que se viene gestando en su desarrollo mismo. Sin embargo, sí podemos intentar poner en palabras la experiencia concreta de empezar a pensar e imaginar en conjunto: se trata de una experiencia de investigación en movimiento compuesta por viajes terrestres de doce horas de una ciudad a otra, conexiones virtuales y llamadas telefónicas que de alguna manera expresan las distancias y diferencias, no solo físicas y geográficas, sino también de puntos de mira y enunciación, a pesar de la crítica y deseo común de alterar o confrontar a la lógica global de producción capitalista.

Cada viaje realizado desde Bogotá a la ciudad de Buenaventura, así como los encuentros entre los/as investigadores/as de aquí y de allá, representan a su vez el encuentro entre diferentes formas de habitar, comprender y hacer frente a las lógicas de poder que atraviesan nuestras propias realidades cotidianas. Para AMUCIB la co-construcción de conocimiento es un quehacer permanente que ha sido fruto de todas las iniciativas y apuestas de resistencia y transformación social en el territorio; para el Programa de Sociología la apuesta consiste, en primera instancia, en romper la distinción entre “investigadores e investigados” (Gabarrón, 2004), y en cambio, desde un enfoque de investigación acción participativa, tejer redes y vínculos significativos que transciendan la simple temporalidad de los proyectos; por ello, el equipo de investigación está conformado por líderes y jóvenes de AMUCIB. Decidir pensar y hacer en conjunto implica transformar el nombrarnos como “los/as investigadores de la Universidad” y los/as investigadores de AMUCIB” y empezar a construir un “nosotros/as” que ponga en cuestión la lógica científico-moderna que impuso leer la realidad en términos racionales según conceptos y teorías generalizantes provenientes de un saber válido y pretendidamente superior y “objetivo” sin dar lugar a otras lógicas de conocimiento y formas de comprender el mundo.

Como punto de partida, en las dos primeras “salidas a campo” construimos una estrategia metodológica colaborativa en la que se incluyeron “instrumentos de investigación” propuestos desde la Universidad y desde AMUCIB con el fin de realizar un diagnóstico comunitario y participativo que permitiera el reconocimiento y diálogo entre la diversidad de saberes. Los/as investigadores que hacían parte de la Universidad propusieron cartografías sociales para identificar las lógicas de producción y comercialización de las economías propias, la construcción de un calendario ecológico, talleres de análisis de actores y redes, una encuesta y entrevistas a diferentes actores. Por su parte, los/as investigadores que hacían parte de AMUCIB pusieron a disposición el Comadreo, una práctica ancestral de encuentro para la escucha, el acompañamiento, apoyo mutuo y solidaridad entre comadres y compadres, estableciendo lazos de parentesco comunitario, basados en prácticas culturales asociadas a la espiritualidad propia y el reconocimiento como parte de la naturaleza. Desde el año 2008, con la agudización de la violencia armada en Buenaventura, la Asociación ha resignificado esta práctica como una metodología para la vida y el trabajo comunitario, que pone en escena los valores organizativos, movilizando mecanismos de reconciliación y autocuidado.

   Hoy estamos hablando en el marco de todas las afectaciones de cambio climático y demás, y hoy hay una solución basada en la naturaleza y la solución siempre estado allí (...) la economía circular es para mí un ejercicio de vida, y es esa relación directa que hacemos con la naturaleza. Investigaciones como esta nos permite llevar a la Academia, decirle a la Academia: usted tiene una metodología, pero nosotros tenemos otra” (Wasinton Carabalí, líder de AMUCIB). (Figura 2).

Figura 2. Taller de diseño metodológico colaborativo

En la tercera salida de campo, pudimos desarrollar los instrumentos propuestos: realizamos entrevistas, el taller de análisis de actores, cartografías, construcción del calendario ecológico y el comadreo. Las creadoras del comadreo lo definen como un espacio para compartir saberes que se va modificando de acuerdo a las necesidades del momento en el territorio. Este comadreo particularmente estaba orientado a conversar acerca de la abundancia. Inició con un espacio de intención y conexión espiritual canalizado por medio de esencias de plantas y la posterior disposición colectiva de alimentos en un mandala de canastos para ser compartidos entre las mujeres que asistieron (Figura 3).

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Figura 3. Comadreo de la Abundancia realizado en el mes de mayo de 2024

 

El comadreo, como parte de las lógicas comunitarias de las mujeres de Buenaventura, ha tenido como finalidad rescatar y transmitir a las nuevas generaciones conocimientos ancestrales, fortaleciendo a su vez con el encuentro, lazos y vínculos que producen tejido comunitario, para proveer a cada miembro nuevas capacidades, amplificando las posibilidades colectivas de producción, reproducción y disfrute en el territorio. También ha funcionado como espacio para el fortalecimiento de la confianza, el acompañamiento y la orientación sobre qué hacer ante ciertas situaciones de violencia en los territorios. Aunque la Comadre Gloria llamó a "conectarse”, “disponer el corazón” y “entregarse”, creemos que el diálogo en este encuentro, en el que participamos docentes -que no hacemos parte de la comunidad- y mujeres de diferentes comunidades -que no habían participado en otros ejercicios en el marco de la investigación- nos interpeló en la medida en que en el espacio de conversación colectiva, nuestra presencia ajena tal vez limitó el fluir cotidiano de la palabra y el silencio ocupó gran espacio de la jornada. Esto nos recuerda el reto que representa pensar “lo común” en la diferencia, aunque a diferentes escalas intentemos hacer frente a la lógica hegemonizante del capital, que a su vez nos atraviesa de maneras diversas.

Dialogar desde la diferencia es complejo. (...) Con el corazón ancho completamente, creo que las partes nos resistimos, no estamos generando un diálogo verdaderamente profundo, nos resistimos, nos cohibimos de hablar desde el sentir-ser porque secuestramos parte de nosotros mismos. (...) la capacidad de extrañamiento la hemos puesto en una caja fuerte con seguros muy profundos y empezamos a hacer conjeturas desde la experiencia, impidiendo ver otras posibilidades que la “investigación” como excusa de encuentro puede generar”  (Wasinton Carabalí, líder y miembro de AMUCIB).

 

Este posicionamiento permite contrastar e interpelar las propias formas de habitar y pensar lo cotidiano o lo que cada uno/a desde su posición particular, ha normalizado como parte de lo que considera su presente y horizonte de futuro.  Es así como se puede entonces hablar de “habitar lo común” que no nos llama únicamente a resistir o confrontar las injusticias, sino también a imaginar y construir otros mundos posibles.

La reflexividad, usada a partir del diseño del trabajo colaborativo que se basa en conceptos como lo holístico, la pluralidad y la emergencia, son caminos necesarios para traducir ideas en prácticas comprometidas y aplicadas en el mundo real. Así entonces, la reflexividad se configura a partir de la pluralidad metodológica que permite integrar diversas experiencias, visiones de mundo y conocimientos situados, a través de la cual, los actores cuestionan sus creencias, valores y acciones para entender mejor los roles en las interacciones con los otros (Bolton & Delderfield, 2018). 

De esta manera, esta experiencia nos llama a conectarnos con el sentipensar y desde allí seguir fortaleciendo los lazos de comadrazgo y compadrazgo desde las diversidades que nos constituyen como seres que habitamos este mundo y desarrollar acciones concretas que logren integrar desde los diferentes puntos de enunciación nuevas preguntas, que se orienten desde la curiosidad, la creatividad, el re-conocimiento del territorio, sus historias, sus cotidianidades y su presente. Estos espacios permiten integrar las diferentes miradas y epistemologías que, a su vez, contribuyen a entender las dinámicas propias de los territorios y aportar desde allí a la construcción de paz de nuestro país.

 

Reflexiones finales

El vínculo que se ha venido entretejiendo entre la Universidad Externado de Colombia y la Asociación de Mujeres Campesinas Negras e Indígenas de Buenaventura – AMUCIB, además de múltiples actores que han estado acompañando el proceso de articulación como MIT CoLab y la Cámara de Comercio de Buenaventura auguran procesos de gran impacto para la región y el país. Conjuntamente apostamos por seguir fortaleciendo alianzas y redes colaborativas, expandiendo no sólo sus relaciones sino también abriendo posibilidades para articular y generar participación de otros procesos o universidades al trabajo conjunto.

Se aspira a seguir cultivando capacidades académicas, comunitarias, sociales y culturales, como elemento transversal respetuoso, armonioso y fructífero trabajo de articulación. Lo anterior contribuiría a generar un impacto social de mayor envergadura, potencializando el papel de las mujeres, la niñez, la juventud y la familia en el empoderamiento y transformación de estereotipos sociales, y apostarle a que las universidades puedan conectar con mayor profundidad en la realidad de las comunidades.

Sin embargo, vale rescatar que este trabajo no deja de ser un desafío para las comunidades y la Universidad, pues se necesita seguir articulando otros actores en los territorios, otras facultades, otras áreas de conocimiento, como también, que los contextos territoriales permitan desarrollar los trabajos de la mejor manera. Aunque, esto también representa una oportunidad para crear estrategias conjuntas que viabilicen soluciones a problemas estructurales. Otro desafío son las fuentes de financiación, se requiere de mucha más pluralidad en la oferta de fondos para estas investigaciones, así como reformas universitarias que integren la Extensión al proceso educativo, formativo y de investigación, además de que las Universidades lleguen a los territorios.

La experiencia que hemos presentado en este artículo se ha ido materializando desde diferentes espacios, pero sin duda alguna, la investigación ha sido el vaso comunicante que ha permitido enfocar la mirada sobre el fortalecimiento de las economías propias para la reproducción de la vida. Este escrito en sí mismo, representa un resultado de esta apuesta epistémica y de vida, pues ha fomentado un ambiente de aprendizaje mutuo, donde las experiencias y vivencias individuales se han integrado para generar conocimientos colectivos y abrir a nuevas preguntas y desafíos que nos lleven a la transformación social.

Por ello, esta perspectiva de Extensión Universitaria que estamos asumiendo desde nuestra propia vivencia, pretende dar un vuelco a las muchas formas extractivas del conocimiento que tiene algunas entidades, principalmente educativas, las cuales en palabras del profesor Armando Arboleda, hacen parte de la piratería biológica y en segundo lugar, se desconocen las comunidades depositarias de los conocimientos (Arboleda, 2012).

A diferencia de dicho enunciado, esta apuesta de “generar conocimiento” hace parte de un proceso de construcción colectiva, reconociendo los aportes de cada una de las partes en el resultado final del presente relacionamiento. Aunque existen diferencias contextuales entre una entidad y otra; la Universidad en la capital del país y la Asociación en la Costa Pacífica al suroccidente, cada una tiene múltiples saberes y conocimientos que forman parte de sus ideologías, cuestionamientos y luchas permanentes.

“Para el caso de la Asociación, es supremamente clave que los/as estudiantes y docentes reconozcan que, en la ancestralidad de las comunidades existe mucho potencial, tanto en conocimiento como en estilos de vida. Allí, el rol de los/as docentes como orientadores en sus contextos académicos es fundamental, puesto que ellos/as son hilos conductores para que los/as estudiantes confronten, teoría-práctica, práctica-cientificismo, cientificismo-saber y conocimiento” (Wasinton Carabalí, líder y miembro de AMUCIB).

 

Para procesos de base como el de la Asociación, es fundamental que la Academia -a menudo distante de las comunidades- se relacione con la otredad de territorios dispersos y sus dinámicas propias. Desde esa mirada, un punto cardinal para una profunda conexión entre estudiantes, academia y procesos de base comunitaria, son las salidas de campo, aunque en múltiples casos son breves en el tiempo, sus impactos en la vida de las personas pueden ser para siempre. Estas actividades, no solo permiten cuestionar o reflexionar fuera de las aulas, sino que también nos aproxima más de cerca a las “máscaras” que conocemos o que simplemente alguien nos ha narrado.

Finalmente, para seguir gestando procesos sólidos con los procesos de base, comunidades y universidades es imprescindible seguir gestionando y construyendo proyectos que permitan fortalecer o crear nuevas propuestas para el bienestar de las comunidades. En esta experiencia de investigación colaborativa en curso, seguimos poniendo a prueba en la práctica cotidiana lo que significa pensar y construir saberes con otros/as y no para otros/as, en el sentido de comprender las prácticas extensionistas no como la forma de “transferir” el resultado de la actividad investigativa y docente a los territorios, propio de un modelo mercantil de universidad (Pacheco, 2004) que se considera poseedora de un conocimiento superior por su carácter científico que debe ofrecerse a “otro que no lo tiene”, si no como el despliegue de apuestas colectivas basadas en inquietudes y preocupaciones comunes, que partir del diálogo horizontal entre diferentes formas de conocimiento,  la solidaridad y el cuidado mutuo, orientan su hacer, pensar y sentir hacia la comprensión de la complejidad social, y la imaginación y construcción de otros mundos posibles que resignifiquen las aparentes certezas sobre las que fue configurado el actual sistema-mundo.

 

Bibliografía

Arboleda, A. (2012) Conocimiento ancestral: necesidad manifiesta en las prácticas educativas de la Educación Superior en Colombia. Ponencia presentada en la Tercera Conferencia Internacional de Estudios Afrolatinoamericanos. Centro de Estudios Avanzados de San Juan de Puerto Rico y el Caribe.  Disponible en: https://www.academia.edu/22624070/Conocimiento_ancestral_final

 

Comisión de la verdad (2019) “Buenaventura, un territorio lleno de contrastes” Disponible en https://web.comisiondelaverdad.co/actualidad/noticias/buenaventura-los-contrastes-del-puerto-pobreza#:~:text=La%20bah%C3%ADa%20cuenta%20con%20uno,sido%20v%C3%ADctimas%20del%20conflicto%20armado. Fecha de consulta: 29/04/2024

Fitzpatrick, H., Luthe, T., and Sevaldson, B. (2024) Methodological Pluralism in Practice: A systemic design approach for place-based sustainability transformations. Contexts—The Systemic Design Journal, 2. https://doi.org/10.58279/v2003

Pacheco, M. (2004) Reflexiones en torno a la construcción del espacio de la extensión universitaria hoy. En Revista Cuadernos de Educación. N°3: La universidad como espacio público. Diciembre 2004. Córdoba. Disponible en:

 http://www.revistas.unc.edu.ar/index.php/Cuadernos/article/view/669/632

Rodríguez, L. (2004) Investigación participativa: metodología para la atención primaria de la salud mental comunitaria.   Revista Psicología y Salud. Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana. Vol 14, num. 2.

Zamudio, L. (2000) Proyecto Académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad Externado de Colombia.

 

 



[1] Trabajador Social, investigador, ambientalista y líder del pilar de seguridad, soberanía y autonomía alimentaria de AMUCIB. Correo electrónico: wasintoncarabalit@gmail.com

[2] Docente investigadora del Programa de Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia. Correo electrónico: monica.alvarado@uexternado.edu.co

[3] Docente investigadora del Programa de Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia. Correo electrónico: joanna.delgadillo@uexternado.edu.co

[4] Consultora e investigadora independiente. Actualmente se desempeña como líder de investigación comunitaria y organizacional en AMUCIB.

[5] AMUCIB es una organización que dinamiza, empodera y visibiliza el quehacer colectivo de mujeres y jóvenes que habitan en zonas rurales y urbanas del Distrito de Buenaventura, Valle del Cauca en Colombia, zona que ha sido afectada por el conflicto armado. Desde hace aproximadamente treinta años, la organización realiza incidencia político-organizativa tejiendo proyectos productivos basados en el territorio y los saberes ancestrales del pacífico. Además, la asociación lidera una apuesta reivindicativa a través del Semillero Juvenil, por medio del cual niños, niñas, adolescentes y jóvenes hijas e hijos de asociadas se encuentran para recibir parte del legado que mayores y mayoras le entregan, construyendo y fortaleciendo proyectos de vida y que hacer comunitario para hacer frente a las dinámicas de violencia en estos territorios.

[6] El equipo está conformado por cinco docentes investigadoras: Laura Escobar Arango, Nathalia Ávila Escobar, Johanna Delgadillo Méndez, Antonio Gómez Sánchez y Mónica Alvarado Rodríguez, quienes a su vez hacen parte de diferentes áreas de investigación del Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social CIDS de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.

[7] El denominado desde el año 2007 “Distrito Especial, Industrial, Portuario, Biodiverso y Ecoturístico de Buenaventura” está ubicado en la costa pacífica en el suroccidente de Colombia. Es el principal puerto de la economía nacional y uno de los 10 principales puertos de América Latina por su posición geoestratégica que conecta al país con las grandes economías del mundo (Comisión de la Verdad, 2019). La presencia de comunidades organizadas para afrontar las dinámicas de conflicto armado y violencia que atraviesan su territorio enriquecen el diálogo intercultural y transdisciplinar para comprender su complejidad.

[8] Desde la FCSH se han vinculado docentes investigadores de las Áreas de Investigación del CIDS: Conflicto y Dinámica Social; Sentidos y lógicas de los pueblos originarios; Economía, Trabajo y Sociedad y Procesos Sociales, Territorios y Medio Ambiente, del Programa de Sociología y Trabajo Social, y del Laboratorio de Medición Social. En el marco del Proyecto de WWB dos estudiantes, una de Sociología y otra de Antropología han realizados sus Prácticas y Pasantías. Además de dos estudiantes del Programa de Sociología que actualmente participan como voluntarias en el Proyecto de WWB y desarrollan sus trabajos de Grado articulados al Proceso con AMUCIB. Desde MIT CoLab se vincularon dos docentes investigadoras sobre economías propias. Desde el territorio se vincularon tres investigadores de AMUCIB y su Semillero de jóvenes y una investigadora de la Cámara de Comercio de Buenaventura. Además, participan brindando asesoramiento técnico, un arquitecto y una ingeniera industrial.

 

[9] Si bien el objetivo principal del proyecto es diseñar una estrategia de operación y seguimiento del prototipo de la planta de transformación comunitaria de chips de papa china y cocadas asadas liderada por AMUCIB, el eje central gira alrededor del fortalecimiento  de las economías propias como formas de producción alternativas  a la lógica hegemónica extractivista