Revista de Culturas y Literaturas Comparadas- Volumen 9, año 2019. ISSN: 2591-3883

Presentación

Cristina Elgue-Martini

Facultad de Lenguas, Universidad Nacional de Córdoba


El N.º 9 de la Revista de Culturas y Literaturas Comparadas del Centro de Investigaciones de la Facultad de Lenguas (CIFAL) de la Universidad Nacional de Córdoba continúa con la temática tratada en el N.° 8: “La resignificación de los mitos: Siglos XX y XXI”.

En la introducción al N.º 8 de la revista, expresaba que, conforme a Northrop Frye (1982), el término mito tiene dos acepciones fundamentales: según la primera, mito es un relato, un ordenamiento secuencial de palabras. En este sentido, todo mito cuenta una historia. Pero en su segunda acepción, siempre según Frye, un mito es una historia que tiene un significado especial para una sociedad, ya que le cuenta acerca de sus dioses, de su historia, de sus leyes o de su estructura social: un mito es una historia sagrada. Como dice el teórico canadiense: “En este segundo sentido, por lo tanto, significa lo opuesto a ‘No realmente verdadero’: significa estar cargado con una seriedad e importancia especial” (33). Y, en efecto, la historia de las culturas da muestra que el sujeto y la cultura han necesitado de los mitos para hablar de su origen, de su historia, de su organización.

Mircea Eliade, referencia insoslayable en la temática que nos ocupa, coincide con la aproximación de Frye, y agrega una dimensión histórico-antropológica a su posicionamiento. En efecto, en 1962 escribía, en Mito y realidad:


Desde hace más de medio siglo, los estudiosos occidentales han situado el estudio del mito en una perspectiva que contrastaba sensiblemente con la de, pongamos por caso, el siglo XIX. En vez de tratar, como sus predecesores, el mito en la acepción usual del término, es decir, en cuanto «fábula», «invención», «ficción», le han aceptado tal como le comprendían las sociedades arcaicas, en las que el mito designa, por el contrario, una «historia verdadera», y, lo que es más, una historia de inapreciable valor, porque es sagrada, ejemplar y significativa (4).


Desde el psicoanálisis, Jacques Lacan también sostiene que todo mito tiene su valor de verdad, porque la verdad sólo puede expresarse en forma mítica:


Se trata de algo que intentaremos expresar en una fórmula esencial que muestra cómo en el seno de la experiencia analítica se encuentra algo que, hablando con propiedad, se denomina mito. El mito es precisamente lo que puede ser definido como otorgando una fórmula discursiva a esa cosa que no puede transmitirse al definir la verdad, ya que la definición de la verdad sólo se apoya sobre sí misma, y la palabra progresa por sí misma, y es en el dominio de la verdad, donde ella se constituye. (Lacan, 1952, en Textos de Psicología)


Como comenté en la introducción al número anterior de nuestra revista –dedicado también a la resignificación de los mitos- en el campo de la literatura, el lanzamiento por parte de la Editorial británica Canongate, en 2005, de la serie The Myths “con el objetivo de reunir los mejores escritores del mundo, cada uno de los cuales ha re-escrito un mito en un estilo contemporáneo y memorable”, da cuenta de la vigencia de la temática. La introducción a la serie que acabamos de citar comienza definiendo los mitos como “historias universales y atemporales que exploran nuestros deseos, nuestros sueños y proporcionan narraciones que nos recuerdan lo que significa ser Humano”. En el primer volumen de la serie, dedicado a Una breve historia del mito, su autora, Karen Armstrong, escribe: “la historia del mito es la historia de la humanidad; nuestras historias y creencias; y nuestra curiosidad e intentos de comprender el mundo nos relaciona con nuestros antepasados y entre nosotros mismos” (Atwood, 2005).

En este número, Guadalupe Barúa concentra su estudio en “los refugios contra el desamparo” en el artículo titulado precisamente “Refugios contra el desamparo: una comparación poética y etno-mitológica en torno a la meditación sobre el mundo arbóreo”. Afirma la autora que en el inter-juego entre la tradición y la modernidad, la memoria tiende a seleccionar recuerdos más felices ante mundos que desaparecen frente a nuestros ojos, una nostalgia meditativa que trata de captar lo eterno en el marco de un mundo transitorio. Ilustra su hipótesis con referencia a la cultura de los wichí bazaneros del noroeste de la Argentina, expresando que las concepciones sobre sus bosques muestran similitudes con concepciones de grandes poetas, como Robert Frost, en la instancia de su análisis. Ambas concepciones surgen de un tipo de razonamiento donde las percepciones e intuiciones vinculadas a ciertos elementos naturales dan lugar a visiones del mundo que fomentan la empatía humana con los seres de la naturaleza. Siempre desde la perspectiva de la autora, los árboles, se asocian aquí con la longevidad, la vitalidad y la fertilidad. Barúa concentra su análisis en aquellas instancias en que los humanos y los árboles están conectados y, como en el poema “Abedules” de Frost, pueden vagar entre el bosque y las estrellas a través de ensueños que están culturalmente modelados. La autora concluye que estas concepciones son importantes en la medida en que son fuente de profundas emociones y alegrías en contextos de privación y malestar. Ellas pueden actuar como refugios frente a la declinación del sentido de pertenencia que causa la modernidad.

Irene Chikiar Bauer titula su artículo “Virginia Woolf: una interpretación de Antígona, ‘obra maestra’, ‘propaganda antifascista’ y algo más”. Explica Chikiar Bauer que, desde muy joven, Virginia Woolf sintió la necesidad de encontrar alternativas a las normas instauradas por la sociedad victoriana, que no admitía que las mujeres ingresaran a las universidades. En ese sentido, para ella, estudiar y leer en griego se constituyeron en formas de resistencia y rebelión. Además de que sentía que era indispensable un buen manejo de los autores griegos para su formación como escritora, a lo largo de toda su vida retomó, insistentemente, la lectura de sus obras. Destaca en ese contexto, su relación con la Antígona, de Sófocles, mencionada desde su primera novela Fin de viaje y, luego, en sus libros Un cuarto propio, Tres guineas y Los años; así como en el ensayo “Acerca de no conocer el griego”, incluido en El lector común. En este trabajo y, teniendo como referencia los escritos mencionados, Chikiar Bauer aspira a mostrar cómo, a través de su interpretación y reelaboración del mito de Antígona, la autora inglesa expresó su feminismo (especialmente como resistencia al sistema patriarcal), relacionándolo con su postura pacifista y antifascista.

El artículo de Florencia Martini está dedicado a las artes plásticas y performativas. En efecto, la autora centra su análisis en “Susana y los viejos”: partiendo de su primera versión en la pintura barroca, analiza su resignificación desde una perspectiva de género en expresiones artísticas de los siglos XX y XXI. Se trata, entonces, de una indagación de las representaciones de género en la cultura, específicamente en la pintura barroca (s. XVI-XVII), a través del análisis de la obra Susana y los viejos de Tintoretto (1560/65), Artemisia Gentileschi (1610) y Guercino (1617), pinturas que representan una escena del Antiguo Testamento (Daniel 13), para luego examinar las resignificaciones producidas en los siglos XX y XXI -que invierten las representaciones sociales de los siglos XVI-XVII- en la obra de Pablo Picasso (1955), la performance “Ablutions” (1972) -llevada a cabo por Suzanne Lacy, Judy Chicago, Sandra Orgel, Jan Laster y Aviva Rahman- y finalmente en la obra inédita de un artista local, Pablo Martini (2012).

En su artículo “La búsqueda de cuerpos ausentes en Argentina: el mito de Antígona retorna cíclicamente”, Virginia Saint-Bonnet indaga en acontecimientos históricos argentinos que, leídos como textos, permiten hacer un análisis comparatista a fin de explorar la cercana relación entre mito e historia, concretamente, el mito de Antígona y su búsqueda de un cuerpo ausente, en estrecha vinculación con sucesos recientes de desaparecidos en dictadura y en democracia. Según la autora, el rol de Antígonas modernas es adoptado inconscientemente por un mandato cultural en el cual el cierre de un rito (como es el reconocimiento y sepultura de un fallecido) se convierte en una misión mítico-histórica de la que se apropia toda una comunidad, asumiendo un rol antiguo, a modo de visión cíclica y transcultural.

El número 9 de esta revista concluye con un artículo de Pedro Luis Villagra Diez sobre “Las Ménades” de Julio Cortázar en el que estudia la subversión del mito de Orfeo. Como expresa el autor, resulta casi una obviedad afirmar que la historia de la literatura occidental es forzosa deudora de las letras griegas. Ya en la misma Antigüedad, la apropiación que hace la literatura de Roma de los modelos helénicos denota una clara conciencia de recepción. El autor destaca que esta práctica de la recepción (que a través del tiempo se dio a conocer con diferentes denominaciones: influencia, huella, estudios de fuentes, entre otros) recibió recién su designación definitiva de intertextualidad con Julia Kristeva. En su artículo, se propone, según expresé, atender a la recepción que hace Julio Cortázar del mito de Orfeo en su cuento “Las Ménades”. En este sentido y en una suerte de “diálogo” que supone la intertextualidad entre la versión clásica y la del escritor argentino, Villagra Diez subraya de qué manera la asunción de ciertos motivos míticos y su variación se subordinan a la recreación poética cortazariana.

Autores citados


Atwood, Margaret. The Penelopiad. Edinburgh: Canongate, 2005.

Eliade, Mircea. Mito y Realidad. Barcelona: Editorial Labor, 1991.

Frye, Northrop. The Great Code. The Bible and Literature. Toronto: Academic Press Canada, 1982.

Lacan, Jacques, 1952. Notas de Seminario. 1952. En “Los textos en el Psicoanálisis”. Textos de Psicología. Web.


Nota: Se han omitido las obras del corpus.