ISSN 0373-580 X  
Bol. Soc. Argent. Bot. 56: 419. 2021  
ObituariO  
ROBERTO D. TORTOSA  
1946 - 2021  
Todavía resulta inimaginable que Roberto no esté físicamente  
entre nosotros. ¡Tantos años compartidos desde que ingresamos a  
la Cátedra como ayudantes alumnos hasta su partida!  
Son tantas las anécdotas que siempre lo recordaremos con  
una sonrisa. Era una persona muy divertida, inteligente e irónica,  
sumamente dedicada a la cátedra y con una gran vocación de  
servicio. Su gestión en la SAB nunca se olvidará, fue una bisagra  
en la Sociedad.  
Siempre admiramos su paciencia en las revisiones de los  
exámenes. Cuando nosotros ya agotábamos todos los argumentos  
para explicarle a algún/a alumno/a la causa de su reprobado, y  
no sabiendo más qué hacer, le decíamos que hablara con él, y  
siempre esa charla terminaba en “un examen no es la vida”, risas  
y un apretón de manos. Teníamos mucho que aprender…  
Los alumnos admiraban sus clases teóricas y las chicas eran sus fans. Cuando Adriana, ya profesora,  
comenzó a dar algunos temas y aparecía en el aula, lo primero que escuchaba era: “¿hoy no vino el  
Profesor?” O cuando ya jubilado nos visitaba, la ordenanza le decía: “esto ya no es lo mismo sin usted,  
Ingeniero”; él se reía y le decía que todo estaba igual o mejor.  
En los viajes de colección, una vez finalizada la colecta, siempre dejaba un tiempo para poder conocer el  
lugar donde estábamos. También solía cocinar por las noches en el camping los pescados sacados del mar  
de Camarones (Chubut) por el inseparable chofer Carlos González. Le llamábamos El Gato en alusión al  
célebre cocinero Gato Dumas.  
Siempre nos dejó hacer. Aunque lo que le propusiéramos no fuera muy acertado, nunca decía que no.  
Hagan, hagan, nos decía…, “en la medida que ustedes crezcan, crecemos todos”.  
Éramos muy jovencitos y un día nos encargó escribir un proyecto para un subsidio. No sabíamos muy  
bien qué hacer. Un compañero de la entonces Cátedra de Botánica Agrícola entró en la oficina y nos  
preguntó que hacíamos. “Estamos escribiendo un subsidio”, le dijimos. Nos respondió: “qué suerte que  
tienen, a nosotros no nos dejan hacer esas cosas”. En ese momento le respondimos con ironía: “…sí, una  
suerte bárbara”. Ahí nos dimos cuenta de que todos los jefes no eran iguales… Con el correr de los años,  
mucho se lo hemos agradecido.  
¡Te extrañamos, Roberto! Te queremos contar y comentar tantas cosas… Novedades de la SAB, política,  
chismes del ambiente botánico, que Gabriel es director de Carrera y que a Adriana le ofrecieron ser  
consejera, siempre te alegraba saber de nuestras cosas.  
Queremos seguir pensando que estás en tu casa de Merlo (San Luis), atendiendo tu parque, tocando la  
guitarra y desentendiéndote del teléfono, como solías hacer cuando estabas por esos pagos…  
Adriana Bartoli y Gabriel H. Rua  
Facultad de Agronomía (UBA)  
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