Bol. Soc. Argent. Bot. 55 (4) 2020
Dpto. Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias, y Delegado Titular de la FCA ante la Comisión
Asesora Permanente de Cuarto Nivel del Consejo Superior de la UNCuyo. También elaboró numerosos
documentos didácticos de Botánica Morfológica y Sistemática Vegetal, dirigió proyectos de investigación,
formó recursos humanos y participó como asesor y perito en su especialidad botánica.
El Ing. Ambrosetti trabajó junto con otros destacados botánicos mendocinos: Adrián Ruiz Leal,
Fidel Antonio Roig, Eduardo Méndez y Luis del Vitto en investigaciones sobre la Flora y Vegetación
de Mendoza. Sus trabajos sobre las especies de Schinus y Artemisia permiten comprender la diversidad
específica e intraespecífica y los hábitats específicos. Además, realizó importantes contribuciones botánicas
en proyectos del IADIZA entre 1979 y 1986, como los “Estudios Económicos y Ecológicos de las Tierras
Altas Pastoriles de Mendoza” de Malargüe, San Rafael y San Carlos.También participó en el importante
proyecto internacional “Transecta Botánica de la Patagonia Austral”, liderado por Osvaldo Boelcke, David
Moore y Fidel A. Roig, contribuyendo junto con E. Méndez, con el primer estudio sobre las comunidades
vegetales de Río Turbio, Santa Cruz, y la Carta Fitosociológica (1985). Otro trabajo muy importante fue
“
La Vegetación del Paso de Uspallata, Provincia de Mendoza, Argentina” (1986), donde junto con Fidel
A. Roig y Luis A. del Vitto revelaron la diversidad florística y sintaxonomía de los distintos pisos de
vegetación de la precordillera y cordillera principal. También realizó, junto con Iris Edith Peralta, Esther
Martínez Pallé, Bertilde Rossi y Guillermo Debadi, interesantes estudios sobre la fenología y morfología
floral de las especies del género Larrea (1999) y la biología reproductiva de Bulnesia retama (2002),
importantes Zigofiláceas del Monte. Coco fue un excelente taxónomo y en sus últimos años, junto a sus
compañeros de la Cátedra de Botánica Agrícola, se dedicó a completar la Flora Ilustrada de Chacras de
Coria, obra fundamental para conocer no sólo las especies nativas de los piedemontes, sino también las
exóticas en los oasis.
El Ing. Ambrosetti fue un activo miembro de la Sociedad Argentina de Botánica, representante por
Mendoza (1999), participó en la organización de las X Jornadas Argentinas de Botánica (1969) y XXV
Jornadas Argentinas de Botánica (1996) realizadas en Mendoza, y en la II Exposición de Ilustración
Científica Botánica durante las XXIX Jornadas Argentinas de Botánica y XV Reunión anual de la Sociedad
Coco fue un entusiasta y curioso hortelano. En su huerta cultivaba sus sabrosos tomates criollos y otras
plantas poco comunes, que utilizaba para sus clases, también flores y esencialmente sus bellos tulipanes,
que tanto admiraban sus familiares y amigos. Fue una persona generosa y servicial, dedicada a sus seres
queridos, llevaba en su alma la actitud y la predisposición a la enseñanza, al consejo sano y desinteresado
de un maestro sabio.
Más allá de la relación profesor-estudiante o director-personal de apoyo, Coco se convertía en maestro,
consejero, amigo y mentor de mucha gente en el ámbito laboral y con sus estudiantes. La paciencia y el
tesón al explicar la metodología de trabajo para estudiar las plantas y comprender los detalles para hacer los
bosquejos ilustrativos de la flora nativa, mostraban su capacidad profesional en el conocimiento profundo
de la botánica y su habilidad innata para el dibujo, reflejados en sus contribuciones en la Flora Popular
mendocina de su maestro el Dr. Adrián Ruíz Leal. Sí, Coco era muy exigente y disciplinado a la hora de
formar recursos humanos en la ilustración científica botánica; él fue quien encauzó a los estudiantes de la
facultad, estimulando sus habilidades en la observación analítica para dar a luz las mejores ilustraciones.
Coco fue un hombre sencillo y amable, de perfil bajo, no le gustaba figurar ni aparecer en eventos; se
destacó por ser muy voluntarioso y trabajador a la hora de hacer un informe, revisar un manuscrito, armar
una salida a campo o construir un nuevo cantero en el jardín botánico. Así, a lo largo de su vida Coco
logró transmitir su pasión por la Botánica a muchas generaciones de estudiantes y discípulos, quienes lo
recordarán por su conocimiento de las plantas y su entusiasmo por transmitir. Le agradeceremos siempre por
sus enseñanzas, conservaremos los valores que nos transmitió y su legado para continuar, y lo recordaremos
con afecto cada vez que recorramos los senderos de nuestro Jardín Botánico de Chacras de Coria.
Adiós querido Coco, amigo y maestro, te imaginamos clasificando las plantas de aquel paraíso celestial.
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