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hay que enfatizar la necesidad de realizar estas actuaciones -de marketing- mediante
‘productos’ como por ejemplo: programa de construcción de hoteles, campañas promo-
cionales mediante ofertas turísticas integradas, proyectos culturales, venta de imagen
de ciudad segura y/o atractiva8 [6], campañas especícas de atracción de inversores y
congresistas, etc (Borja & Castells, 1997, p. 192 - grifo do autor)9.
La venta de la imagen de una ciudad segura va a menudo de la mano con la venta de
una ciudad justa y democrática. En el diagnóstico elaborado por el Plan Estratégico de
Río de Janeiro, con el asesoramiento de consultores catalanes, la ciudad se presen-
ta como “un laboratorio de experimentación y mejora democrática, baja intolerancia
racial y ejemplo de convivencia social (sic)” (Plano Estratégico do Rio de Janeiro Ja-
neiro, s/d, p.20)10. La preocupación por la imagen alcanza su paroxismo entre los es-
trategas cariocas-catalanos cuando el diagnóstico señala como uno de los problemas
la “fuerte visibilización de la población sin hogar” (Plano Estratégico do Rio de Janeiro,
s/d, p. 50): la pobreza redenida estratégicamente como un problema paisajístico (o
ambiental)11.
En consonancia con la visión expresada en el Plan Estratégico de Río de Janeiro,
Borja & Castells comentan que “la pobreza urbana y la marginación”, como parte de lo
que denominan el “entorno social”, “condicionan o inuyen considerablemente en las
decisiones de los agentes económicos, en el atractivo de la ciudad” (Borja & Castells,
1997, p. 133).
Se podría explorar un poco más la forma en que la transformación de la ciudad en
una mercancía (de lujo) impacta en la forma de enfrentar la pobreza. La transgura-
ción de la pobreza en ambiente la formulan explícitamente los catalanes, cuando in-
cluyen en lo que llaman entorno social “el peso de la pobreza”. Los pobres son entorno
mercado de la consultoría urbanística es sin duda uno de los resultados comerciales de esta “gran operación
de city marketing”.
8 Nunca está de más recordar que ofrecer una imagen de ciudad segura no necesariamente depende de que
la ciudad sea, de hecho, segura para quienes la habitan; siempre es posible crear cordones y áreas de segu-
ridad para los visitantes. En una cita anterior, la mención de hoteles de lujo con seguridad adecuada es una
sugerencia obvia de que a los visitantes (lujo) se les debe ofrecer una tasa de seguridad más alta que la tasa
de seguridad promedio ofrecida a los habitantes de la ciudad y visitantes (no lujo).
9 También en este punto, la posición de Ascher es prácticamente la misma: “En la perspectiva de la competencia
interurbana para atraer empresas, todas estas características deben estar reunidas en diferentes proporciones,
en uno o más productos urbanos bien a la vista del mercado de las ciudades, estos productos deben ser
publicitados y presentar una buena ‘imagen’. En este sentido -añade el francés, ahora en oposición a los
catalanes- el éxito más notorio es, sin duda, el de la ciudad de Montpellier, que sirve de referencia, incluso como
modelo, para numerosos tomadores de decisiones locales” (Ascher, 1994, p. 85).
10 En otros pasajes, no muchos, el Diagnóstico reconoce la existencia de desigualdades, pero, por regla general,
silencia este tipo de problemas. Al respecto, ver Vainer, 2007.
11 Para un análisis del Plan Estratégico de Río de Janeiro desde este punto de vista, ver. Vainer, 2007.